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    EL EVENTO

    En contextos de violencia, la libre circulación de las ideas y la información son opacadas. Hay menos posibilidades de investigar y la ciudadanía tiene menos elementos para interpretar la realidad. En #DiálogosCONNECTAS de este 15 de junio se realizó un análisis sobre la libertad de expresión en el contexto de inseguridad, crisis económica e inestabilidad política que vive Ecuador.

    Masacres, matanzas en cárceles, ataques terroristas del crimen organizado y una tasa de homicidios pasó de 10 por cada 100 mil habitantes en 2021 a 25 muertes violentas por cada 100 mil habitantes en 2022. Ecuador está bajo amenaza y la sociedad civil tiene cada vez menos posibilidades de investigar y menos elementos para interpretar la realidad. Esto ha tenido repercusiones grandes en la libertad de prensa, especialmente a aquella que investiga a organizaciones criminales, redes de narcotráfico, masacres, crisis carcelarias y política. 

    Para hablar sobre la situación actual y las propuestas para el futuro, en el #DiálogosCONNECTAS del pasado 15 de junio participaron los expertos y expertas, César Ricaurte, director ejecutivo de Fundamedios Ecuador, primer grupo de la sociedad civil en Ecuador enfocado en la protección a periodistas, la defensa de la libertad de expresión, el desarrollo de medios y la lucha contra la desinformación; Paco Rosendo Moncayo Gallegos, consejero de Gobierno de Seguridad Nacional de Ecuador; Saudia Levoyer, columnista de El Universo, editora política, judicial y de investigación; y Susana Morán, presidenta de la Fundación Periodistas Sin Cadenas.

    Ha llegado a la autocensura

    La prensa en Ecuador ha tenido cambios grandes en los últimos años, pues ha pasado a ser una profesión cada vez más peligrosa y especialmente para aquellos medios que narran crónica roja y que están alejados de las grandes ciudades, se han volcado a la autocensura por dichas agresiones. Asimismo, el Estado no ha respondido de manera adecuada, pues no existe protección para los y las periodistas y han tenido que depender del mismo gremio para lograr su labor.

    Además, la impunidad alimenta la violencia a los y las periodistas y esto es claro cuando en países vecinos por el mismo hecho, personas y bandas criminales son sentenciadas, mientras que en Ecuador hay un silencio total. De igual forma, la precariedad amenaza al periodismo, lo que lleva a que sean captados por otros poderes y reciban presiones, lo que se volvió evidente con el caso del Comercio, al igual que la falta de capacitación en seguridad.

    Protección de derechos

    Los derechos de los y las periodistas no están siendo protegidos, lo que está demostrando la incompetencia y fragilidad del Estado. Sin embargo, estos espacios están dejando la puerta abierta para la promulgación de nuevas leyes que salvaguarden la libertad de prensa y la labor periodística, que finalmente aporta a la democracia. Estas nuevas leyes no solo protegerán la labor de estos actores, sino que dejarán lecciones importantes para aportar a la libertad de expresión.

    Además, en esta protección de derechos las organizaciones tendrán un rol protagónico, pues son las que generarán reflexiones profundas sobre temas alrededor del periodismo como la salud mental, el trato diferencial hacia las periodistas mujeres o la seguridad digital. Igualmente, la ciudadanía ha perdido la legitimidad en la labor periodística, sin contar que cada vez hay más fuentes de información que para las personas tienen el mismo valor.

    El panel estuvo lleno de apuntes para abordar la labor periodística de una manera cuidadosa, novedosa y distinta a cómo se está haciendo en la actualidad, porque si hay algo seguro es que la manera de hacer periodismo debe estarse actualizando constantemente para sobrevivir a las amenazas actuales en Ecuador.

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