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    EL EVENTO

    La labor de las Comisiones de Verdad en el mundo es clave para la construcción de memoria y verdad sobre los conflictos. Su trabajo marca el camino que los gobiernos deben seguir en materia de reconciliación y de no repetición. ¿Quiénes deben cuidar este legado? En #DiálogoCONNECTAS hablamos de paz.

    Luego de tres años de trabajo, la Comisión de la Verdad en Colombia presentó el martes 28 de junio los primeros dos capítulos de su informe final para esclarecer lo que ocurrió en medio del conflicto armado que ha golpeado a este país por más de 50 años.

    Al igual que las Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de personas dadas por Desaparecidas (UBPD), dicha Comisión hace parte de las instituciones creadas transitoriamente por el Acuerdo de Paz firmado entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC-EP.

    Con la llegada del informe de esta institución se abren preguntas como, ¿qué significa esta para la construcción de paz? ¿Qué viene ahora, después de la publicación del informe? ¿Qué lecciones dejan al respecto otros procesos de verdad en Latinoamérica? Para responderlas CONNECTAS invitó el pasado 30 de junio a los Diálogos CONNECTAS a Sofía Macher, excomisionada de paz en Perú, Mateo Gómez, líder de investigación de la Iniciativa Barómetro del Instituto Kroc, Isabel Pereira, Subdirectora (e) de Dejusticia y Vera Samudio, investigadora del CINEP.

    Reconocer la labor titánica

    De los 34 acuerdos de paz que ha habido en el mundo, 12 han tenido compromisos para comisiones de la verdad, dos de estos tenían un mandato de reconciliación, en cuatro de estos países los mandatos no se hicieron operativos, lo que indica que solo seis países han hecho comisiones de la verdad, como contó Mateo Gómez del Instituto Kroc. Esto significa que Colombia entró a ser parte de ese grupo pequeño de países que publicó unos informes con miras al pasado, pero con proyección al futuro.

    Otro país que publicó un informe fue Perú en donde Sofía Macher, quien estuvo frente a la Comisión de la Verdad en Perú después de la salida del presidente Alberto Fujimori en 2003, explicó que estos son procesos largos en donde hay un gran reto que es desmontar en el imaginario colectivo la lógica de la violencia. Por tanto, hay que ver la entrega de la Comisión en Colombia como un reto para el país entero y que muestra a nivel internacional qué sucedió en el país durante el conflicto armado.

    El ejercicio de esclarecimiento no es único

    Esta labor titánica que hizo el país no es el primer ejercicio de esclarecimiento. Según Isabel Pereira, Subdirectora (e) de Dejusticia, existen otros informes como el ¡Basta ya! del Centro Nacional de Memoria Histórica y además, dentro del Acuerdo de Paz de la Habana, hubo ejercicios de esclarecimiento, pero este informe de la Comisión es importante porque abre un camino al siguiente paso, que son las conversaciones que se tienen que dar en torno al relato de la verdad.

    De igual forma, además de la Comisión de la Verdad, hay otras instituciones que complementarán la labor de esta, como lo es la JEP y la UBPD, que desempeñan  la labor de judicialización, responsabilidades, reparación y esclarecimiento. Entonces, mientras la Comisión entró a un debate profundo sobre las causas del conflicto armado, las otras instituciones complementan esta labor.

    La construcción de paz toma tiempo

    Asimismo, cada institución tiene sus propios retos de cara al futuro. Más específicamente para la Comisión, Vera Samudio explicó que serán la socialización, que debe ocurrir en apenas dos meses, y la continuación del trabajo de los reconocimientos de las responsabilidades. Es decir que la Comisión debe seguir abriendo espacios para que las personas puedan contar qué fue lo que sucedió durante el conflicto armado. 

    A manera de conclusión, los y las panelistas reconocieron la importancia de que lo dicho por la Comisión trascienda el papel y se implemente en diferentes espacios: desde los salones de clases hasta la política pública. Esto también implica ser realistas, pues aunque Colombia tiene una oportunidad única para implementar las sugerencias de la Comisión, aún están vivas las condiciones que dieron pie al conflicto, como ha sido la violencia y la inequidad. 

    De igual forma, es importante que se sepa que la confrontación política va a ser una realidad si se quieren ver verdaderos cambios que muevan a los actores sociales y políticos en el país. Finalmente, el gran valor de la Comisión de la Verdad ha sido la de sacudir la sociedad y empezar a poner en el centro a las personas y buscar el bien común, que va a ser lo que va a cambiar definitivamente el rumbo del país.

    Puedes ver: Así fue la entrega del Informe final.

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