El panorama de la justicia que se vive en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua es difícil y afecta las democracias de los países y en general de la región. Actualmente, suceden hechos como jueces que actúan bajo las órdenes de presidentes, sentencias que persiguen a opositores y leyes que silencian a críticos.

En el #DiálogosCONNECTAS del pasado 14 de marzo “Centroamérica: sin independencia, la justicia se corrompe”, cuatro expertos y expertas debatieron la situación en la región, las consecuencias para la democracia, los desafíos para el equilibrio de poderes y la violencia generada por el narcotráfico y bandas criminales. 

De manera general, los y las expertas explicaron que hay una falta de pesos y contrapesos entre los poderes de los países en riesgo, y de hecho, hay ciertos pesos que en la actualidad simplemente no existen o son únicamente una fachada ante la ciudadanía. Por ejemplo, según Carolina Jiménez Sandoval, presidenta de WOLA – (Advocacy for Human Rights in the Americas), Nicaragua es un ejemplo “trágico”, pues los poderes del país se unieron y se perdió el sistema de justicia, al igual que en Guatemala, donde los presidentes han cooptado las instituciones y los organismos judiciales. 

#EnVivo 🔴 l “#Centroámerica: sin independencia, la justicia se corrompe”. ⚖️

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— CONNECTAS (@ConnectasOrg) March 14, 2023

De igual forma, las democracias también deben tener mecanismos que la ciudadanía pueda ejercer para que se eviten los autoritarismos, y si esto falla, los organismos multilaterales deben entrar en acción. Como lo explicó Claudia Mendez Arriaza, fundadora, co-propietaria  y directora de ConCriterio en Guatemala, “hay que ser reactivos y rápidos frente a las amenazas de la democracia”, algo que en la actualidad no está pasando. Esto implica empezar a generar conciencia en la sociedad y ocupar cada espacio que sea desocupado por los regímenes autoritarios.

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Por otro lado, se dejó claro que las democracias en América Latina están en un proceso de consolidación y que por ello, la ley aún no aplica para todas las personas, pues viven con ciertos privilegios que evita que sean, por ejemplo, sancionadas, como contó Camilo Pardo Herrera, PhD Analista Senior y Director de Programa en Centro de Estudios contra el Terrorismo, el Crimen Transnacional y la Corrupción de la Universidad George Mason en Estados Unidos. Adicionalmente, es necesario agregar el ingrediente de la virtualidad a los procesos democráticos, pues este está agregando una complejidad a la influencia en la opinión pública y el control que se le hace a la ciudadanía.

Así pues, los valores de independencia y objetividad no están presentes en todas las democracias de la actualidad, lo que se ve reflejado, por ejemplo, en las capturas a periodistas, el control excesivo a la ciudadanía o las elecciones fallidas. Tampoco se están teniendo en cuenta documentos de relevancia internacional para los países que estipulan reglas claras, como aquellos de la Corte Internacional de Derechos Humanos. Esto no está permitiendo tener vías claras para las personas que buscan hacer contrapeso o las instituciones que buscan independencia, explicó Emmanuel Vargas, fundador de la ONG El Veinte.

Por último, el poder está en muchos grupos a la vez, lo que la ciudadanía y las organizaciones deben usar a su favor pues los cambios profundos se pueden lograr si se logran coordinar actores con intereses parecidos. Aunque no hay un antídoto definitivo para evitar los autoritarismos y que las democracias fallen, las personas están sofisticando sus medios para combatir este fenómeno desde diferentes esferas lo que da un hilo de esperanza al final del día.