Cómo hacer periodismo bajo la ‘mano dura’ de Nayib Bukele

Con la reelección inconstitucional del presidente, los ataques a la prensa persisten. Periodistas de El Salvador explican cómo ejercen su labor informativa en este contexto.

Periodismo - Nayib Bukele - Mano dura - El Salvador
Un fotorreportero es requisado en medio de un retén policial en San Salvador, El Salvador. Foto: Cortesía Lissette Lemus

Tras la cuestionada reelección de Nayib Bukele, presidente de  El Salvador, diversas organizaciones periodísticas dentro y fuera de este país han expresado su preocupación por el “grave deterioro” de la libertad de prensa. Los ataques son diversos: estigmatización por parte del jefe de Estado y funcionarios públicos, amenazas, denuncias judiciales, espionaje digital y ataques físicos.

La prensa salvadoreña trabaja bajo constante asedio. Por ejemplo, actualmente, desde los juzgados salvadoreños se adelanta una demanda instaurada por el empresario Yakov Fauster contra El Diario de Hoy y el periodista Jorge Beltrán Luna por USD $10 millones en junio de 2023. El caso se dio después de que el medio publicó una cita de una investigación del periódico mexicano El Proceso, que vinculaba a Fauster con una exsocia procesada por lavado de activos y otros delitos.

De acuerdo con periodistas consultados por CONNECTAS, si el juzgado falla a favor de Fauster sentaría un peligroso precedente para la libertad de prensa al abrir la puerta a futuras acciones judiciales destinadas a silenciar a los periodistas. Lo que recuerda la salida del país de El Faro, diario con 25 años de existencia, que tuvo que trasladar su operación administrativa y legal a Costa Rica en abril de 2023, ante la represión del gobierno Bukele.

También se han registrado ataques físicos y directos contra periodistas. Un caso reciente ocurrió durante el escrutinio final de las últimas elecciones presidenciales. Giovanni González, esposo de la diputada Rebeca Santos, de Nuevas Ideas, intentó arrebatarle el celular al periodista Marvin Díaz durante su cobertura. Además, un delegado del partido del presidente Bukele amenazó con retirar la credencial de Díaz sin tener autoridad legal para hacerlo.

Artículo 19 de México y Centroamérica; Protection International Mesoamérica; Reporteros Sin Fronteras (RSF); la Fundación para la Libertad de Prensa; Free Press Unlimited; Fundamedios Voces del Sur; el Comité para la Protección de los Periodistas; la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) y la Federación Internacional de Periodismo (IFJ por sus siglas en inglés) advierten sobre la escalada en la represión y censura hacia el periodismo, incluso, en medio de un momento tan importante como las pasadas elecciones presidenciales celebradas el 4 de febrero. Desde RSF reportan que durante la jornada se presentaron, al menos, 80 vulneraciones a la labor periodística.

Todo esto marca un momento sin precedente donde muchos se preguntan: ¿cómo se hace periodismo en un contexto tan complejo?

“No hay garantías para ejercer la libertad de expresión y la libertad de prensa. Sabemos que si se comete un abuso contra nosotros no podemos acudir a alguna instancia o que el sistema de justicia vaya a darnos un proceso justo aquí”, expresa Jessica Ávalos, jefa de redacción de la Revista Factum y miembro de #CONNECTASHub.

Periodismo bajo ataque

Lissette Lemus, fotógrafa documental, periodista salvadoreña y miembro de #CONNECTASHub, afirma que el gobierno salvadoreño ha propiciado un escenario en donde “cualquiera que fiscalice al poder es un adversario político”. Esta situación ha empeorado desde que se declaró el régimen de excepción el 27 de marzo de 2022, con el que el presidente asumió facultades especiales para emprender su lucha frontal contra las pandillas y el crimen organizado.

Ávalos expresa que, durante los últimos años, desde la prensa independiente han tenido que investigar con mayores obstáculos, pues no es factible acceder a la información oficial y tener entrevistas con funcionarios públicos. Por esto, optan por recurrir al testimonio y apoyo de miembros internos del gobierno que están dispuestos a compartir información sobre las irregularidades que se cometen.

“Nos toca hacer un doble trabajo por convencer a la gente que está indignada desde adentro de la corrupción. Nos toca convencerlos para que nos cuenten lo que miran. Para que nos compartan documentos. Pero estamos aprendiendo mucho de cómo lo hicieron colegas de Nicaragua y de Venezuela que supieron sortear escenarios complejos y hostiles hacia la prensa”, afirma Ávalos, quien tiene 15 años de experiencia como periodista.

Mario Beltrán, cofundador de la Revista GatoEncerrado y miembro de #CONNECTASHub, también comenta que ante los ataques por parte de funcionarios públicos,  los riesgos digitales y las  trabas en el acceso a la información han tenido que fortalecer sus prácticas de seguridad física, digital y jurídica.

“Ya no usamos en público camisas o artículos que tengan nuestro logo como medio. Las fuentes temen hablar con nosotros, el Instituto de Acceso a la Información Pública ya fue cooptado y está sumiso al gobierno; además, diputados y funcionarios maltratan con despotismo público a periodistas que les incomodan o cuestionan”, puntualiza Beltrán.

Protección interna

Una situación que no deja de preocupar es el hackeo del que han sido víctimas algunos periodistas. Es preciso mencionar que en El Salvador ya se ha presentado espionaje cibernético contra directores, reporteros y empleados de medios de comunicación.

Hace dos años, una investigación de Citizen Lab reveló que seis medios salvadoreños fueron hackeados con el software espía Pegasus, que fue adquirido por varios gobiernos para presuntamente hacerle seguimiento al crimen organizado y el terrorismo.

Beltrán afirma que dentro de la redacción de GatoEncerrado y otros medios salvadoreños se ha promovido el uso de herramientas de mensajería encriptadas como Signal, y medidas adicionales de seguridad digital como contraseñas seguras y la verificación en dos pasos para así minimizar los riesgos de hackeo y monitoreo.

“En caso de espionaje digital con Pegasus, si bien no se puede detectar en sistemas Android, sí es posible identificar algunas acciones sospechosas en teléfonos iPhone. Entonces tratamos poco a poco de migrar a esa tecnología y dar a compañeros un teléfono institucional para mayor seguridad, sin embargo, la transición es lenta debido al costo económico”, subraya Beltrán.

Y agrega: “Hemos redoblado los filtros editoriales para que lo que se publique sea preciso y verificado, para no dejar cabos sueltos a ataques o señalamientos. Asimismo, incorporado revisiones jurídicas a los reportajes previo a publicarlos, para verificar que lo que se dice no transgrede lo legal”.

Sin desistir ante los hostigamientos

Ávalos y Lemus concuerdan en que APES está liderando en El Salvador la labor de protección y defensa de la prensa, aunque instan a un mayor apoyo y atención internacional. “Siempre he dicho que lo más preocupante de todo esto no es que nos ataquen en la narrativa, sino que nos cierran los flujos de información y eso es lo que justamente han hecho. Ahora es imposible conseguir datos oficiales”, asevera la jefa de redacción de la Revista Factum. 

Por su parte, RSF y otras siete organizaciones de Latinoamérica expresaron por medio de un comunicado conjunto que “la libertad de prensa es clave para restablecer la democracia en El Salvador” e instan a que se brinden garantías para el ejercicio periodístico. “Hacemos un llamado a las autoridades nacionales a respetar y proteger la libertad de expresión y de prensa, estableciendo condiciones seguras y propicias de largo aliento para el ejercicio de la labor periodística más allá de la coyuntura electoral”, concluyen.

Para aquellos periodistas que se encuentran en el interior o fuera del país, pueden consultar el “Manual para protegerse del autoritarismo” realizado por Redacción Regional (RR), que incluye herramientas prácticas de seguridad integral.

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