Cinco consejos para superar el miedo a los números en la redacción periodística

Es común encontrar a colegas que se enfrentan con cierta resistencia e incomprensión al manejar cifras y datos numéricos en sus reportajes e investigaciones. Aquí algunas estrategias para abordar temas económicos.

Redacción periodística - Números
Abordar el manejo de datos puede ser un asunto complejo en las redacciones. Crédito: iStock

Por Mariela Mejía, Miembro de #CONNECTASHub

Suele pasar. En las salas de redacción se pueden encontrar periodistas que solicitan ayuda a los reporteros económicos para calcular un porcentaje o escribir una cifra en miles de millones. Además, que en ocasiones expresan resistencia ante informes densos.

Aunque los currículos universitarios abarquen asignaturas sobre estadísticas y matemáticas, hay reporteros que llegan a los medios con una limitada capacidad para procesar datos numéricos en notas periodísticas. Por ejemplo, simples comparativas de muertos en accidentes de tránsito o el presupuesto de un programa estatal.

Esta falta de destreza se traduce en notas cargadas de declaraciones, sin fundamentos numéricos, errores o la omisión de documentos con valor noticioso.

Sin embargo, existen métodos para enfrentar este temor. Uno sencillo es ejercitar la mente y mejorar dichas habilidades con aplicaciones de juegos numéricos o de lógica en el móvil.

A continuación otros cinco consejos que son buenos para comenzar:

1. Los números narran muchas historias

Una cifra puede desencadenar una noticia relevante. Por ejemplo, si muere un niño en una guardería del Estado, vale preguntarse si es el primero o cuántos han muerto en otros locales. Y por ahí se puede llegar a una compilación que da pie a una gran historia. 

O está el caso del presupuesto anual de salud, que al compararlo con años anteriores revela cambios significativos.

2. Contempla las tablas de datos como una fotografía

A simple vista, ver una tabla con muchos números puede ser abrumador. Es recomendable comenzar por leer los encabezados para entender de qué van las cifras. Si es una lista de países, al ubicar el de interés y compararlo con los demás, esto arrojará algún detalle relevante.

Así, por ejemplo, se puede saber si la tasa de mortalidad en accidentes de tránsito fue la mayor o menor; si mejoró o empeoró el índice de percepción de la corrupción, etcétera.

Los datos pueden ofrecer una mayor perspectiva sobre las temáticas que se informa. Crédito: iStock.

3. No “empaquetes” los números en un párrafo

Hay redactores que escriben párrafos con una serie de cifras millonarias una detrás de la otra. Si da brega escribirlas, mucho más leerlas. Lo ideal es espaciar estas cifras o convertirlas en porcentajes, si, por ejemplo, comparan entre sí los cambios de una variable. 

La interpretación permite darle aire a un texto que informe que el censo de población de un país determinó que lo habitan 13,857,689 personas, siendo 1,567,342 más que hace 10 años, de los que 783,660 son mujeres y 783,682 hombres. 

Una mejor manera es escribir que dicho censo arrojó que la población se incrementó 12.75 % en 10 años, para totalizar 13,857,689 personas, creciendo las mujeres y los hombres en igual proporción. Ya luego en párrafos subsiguientes se pueden detallar las cifras puntuales por sexo.

4. Los números le dan credibilidad a la narrativa

Lejos de ser un dolor de cabeza, las cifras sustentan una pieza periodística. Escribirlas con base denota que el reportero le puso empeño a su historia. Es por esto que es crucial tener cuidado con los números y revisar las fuentes, pues estos pueden ser refutados sin defensa cuando están errados.

Ya lo dijo el fenecido periodista y maestro español, Miguel Ángel Bastenier: “Lo primero que tiene que hacer un buen periódico es estar bien escrito. Algo mal escrito no sirve, aunque sea estupendo”.

5. Los números dan estilo

Estilo, elegancia, dinamismo… Eso lo pueden aportar los números cuando son organizados en tablas que permiten elaborar infografías bien diseñadas y entendibles. Aportan a las historias ese recurso atrapante que le dice al lector: “me tomé tiempo para ti, para que entiendas esto mejor”.

No es elegante leer un texto sobre cómo ha variado la expectativa de vida, que diga que antes era de 68 años, aumentó a 69 en cinco años, para subir a 72 en siete años y ahora ubicarse en 78, para elevarse en 10 años a 81, según proyecciones. 

Una opción que aporta mayor claridad es la de graficarlo. Quedará una curva ascendente. Un lector que se entere de que seguirá vivo más años, volará de alegría junto con la línea alzada de la imagen.

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