En 2016 Ecuador llegó a su cifra más baja de homicidios en lo que va del siglo (959), lo que la ubicaba entre las naciones más seguras de Latinoamérica. Pero solo seis años después, en 2022, alcanzó el indecoroso récord de 4.450 asesinatos. Y este año todo indica que esa cifra roja crecerá aún más. Ante una situación tan dramática, los habitantes de ciudades como Guayaquil han adaptado sus vidas a la violencia. Salen menos a la calle y cierran sus negocios más temprano.
Y como la vida de los ciudadanos, la democracia también corre peligro. Hoy tener un puesto de elección popular puede convertir a un ecuatoriano en blanco de una banda criminal. Es como si hubiera regresado la pandemia, pero esta vez por otro virus: el de los grupos criminales.
¿Qué explica que Ecuador haya dejado de ser un país relativamente tranquilo y se haya convertido en sinónimo de violencia?
Hablamos del tema en este capítulo del pódcast #TenemosQueHablar
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