Wendi C. Thomas, la perseverancia de contar lo afroamericano y el legado vigente de Martin Luther King

La fundadora de MLK50 dijo en ISOJ 2024 que, pese a las dificultades que encontraría a su paso, lo suyo era ese periodismo centrado en las comunidades, en especial “las empujadas a los márgenes”.

Wendi C. Thomas - ISOJ
Wendi C. Thomas, fundadora de MLK50, durante el 25º ISOJ. Foto: Knight Center for Journalism in the Americas.

Por Riamny Méndez Féliz, miembro de #CONNECTASHub

Imposible ser un o una periodista descendiente de una familia de clase trabajadora, afrodescendiente, negra o afrocaribeña con interés en cubrir temas sobre justicia social en comunidades marginadas y no emocionarse con la trayectoria de la colega afroamericana Wendi C. Thomas en el difícil, pero exitoso camino para la creación del medio MLK50, cuyo lema es “Justicia a través del periodismo”.

¿Alguna vez, desde un medio tradicional, has pensado que por más que trates, por más pequeños cambios que logres en la sala de redacción, no podrás cubrir los temas que te interesan sobre las poblaciones marginalizadas a las que perteneces o que te importan?

Thomas cuenta que, en principio, creía que sí, que era posible desde el periódico tradicional en que tenía una exitosa carrera en Memphis, Tennessee, Estados Unidos, lograr los cambios necesarios para dar seguimiento a los temas importantes en las comunidades marginalizadas. Pero su experiencia le demostró que no era posible hacer las reformas que tal cambio requería en un medio tradicional bien establecido.

“Solía pensar que los medios tradicionales podían ser reformados, un poco de cambio por aquí, más tomadores de decisión negros por allá… pero creo que me equivoqué, ya no creo eso”, dijo Thomas durante la conferencia “Habla lo que buscas hasta que veas lo que has dicho: creando una visión valiente para noticias locales”.

El panel fue moderado por Emily Ramshaw, cofundadora y directora ejecutiva de The 19th, durante el 25 °Simposio Internacional de Periodismo Online, realizado por la Universidad de Texas el 12 y 13 de abril de 2024.

Un punto de inflexión en el cambio de mentalidad de Thomas, que posteriormente influiría en la creación de MLK50, fue la coordinación de la cobertura del 50 Aniversario del asesinato del doctor Martin Luther King en el periódico en que trabajaba, y lo que ello representaba para una mujer afroamericana.

“Me di cuenta de que el único tipo de periodismo que quería hacer, el único importante para mí, era aquel centrado en comunidades que han sido empujadas a los márgenes”, explicó durante la conferencia. Luther King fue asesinado en Memphis, Tennessee el 4 de abril de 1968, donde se dirigió para apoyar a trabajadores afroamericanos que demandaban mejores condiciones de trabajo.

En 2018, Thomas dejó de trabajar en el diario luego de ser amenazada de muerte-y en un caso con ser violada-por lectores blancos que se enfurecieron con ella porque escribió que deberían ser derribadas las estatuas de los líderes que promovieron la permanencia de la esclavitud en el sur de Estados Unidos (confederados). Sintió que el liderazgo de la redacción de ese entonces no la apoyó y tuvo que buscar terapia psicológica para enfrentar las presiones.

“Fue mi oportunidad de hacer el tipo de periodismo que Memphis merecía: uno que honrara al doctor Martin Luther King y a la vez interpelara qué había hecho Memphis con su legado, su sacrificio”, reflexiona. 

Crear un medio nunca es fácil. Con la idea de servir a su comunidad en mente, y con la gran oportunidad que tuvo de ser una Nieman Fellow en la Universidad de Harvard, pudo empezar a dar forma a su sueño. Pero dar forma no quiere decir realizarlo.

Uno de sus profesores le dijo que ese proyecto no sería posible. Aún con eso, no se rindió, y mientras trataba de salir adelante, se enfrentó a las limitaciones económicas de crear un medio alternativo y a las de desarrollarlo para servir a una comunidad negra y marginalizada en Estados Unidos.

Su idea era impulsar una redacción “liderada por personas que tradicionalmente están marginalizadas”. Agrega que “estaba segura de que quienes escribirían y editarían el contenido se verían como el público al que atendemos, dos tercios de esas personas son afroamericanas”.

La otra pregunta era cómo financiar este medio. No encontraba fundaciones dispuestas a apoyarla, y algunas estaban descartadas, dado que pertenecían a grupos investigados por afectar negativamente a poblaciones marginalizadas. Aún así se lanzó al ruedo.

Durante tres años, la situación fue tan extrema que Thomas no pudo cobrar un salario, mientras trataba de mantener la redacción a flote. “Muchas organizaciones blancas consiguen ese capital inicial antes de empezar, pero nosotros no y teníamos un plazo para empezar. Durante tres años no tuve un salario”, relata. 

Finalmente, luego de hacer muchos contactos, pudo conseguir financiamientos importantes de fundaciones y algunos patrocinadores. Ahora también trata de desarrollar la organización de eventos para garantizar la sostenibilidad. 

Relación con la comunidad

Uno de los puntos esenciales para mantener un medio alternativo enfocado en la justicia social ha sido fomentar la confianza con el público y los líderes comunitarios. Entre sus lineamientos éticos se encuentran explicarle a los entrevistados, especialmente a aquellos de grupos más marginados, sus derechos, como el de arrepentirse de salir en la historia, aunque hayan dado una entrevista.

También ha sido importante la cobertura de las actividades comunitarias, poner las necesidades del colectivo en el centro, y profundizar en las diferentes maneras en las que esos grupos precarizados consumen información.  Así ha consolidado un medio, ahora premiado, que, desde el principio, fue rechazado por autoridades y grupos de poder.

Sin embargo, Thomas enfatiza que todo esto no se logró solo con pensamiento positivo. Además del trabajo duro, el tiempo dedicado a hacer conexiones y pensar en modelos de negocios, reconoce los privilegios que ha tenido, como estudiar y graduarse sin acumular deudas para pagar la matrícula, gracias al esfuerzo de sus padres; algo imposible para mucha gente de clase trabajadora en los Estados Unidos, y haber contado con un trabajo como periodista estable, sindicalizado y bien pagado por mucho tiempo, lo que le permitió ahorrar y resistir en esos años en los que los recursos del medio no permitían que ella tuviera un salario. 

A pesar de esa situación, ella estuvo a punto de quedarse sin ahorros y de endeudarse más allá de lo razonable con las tarjetas de crédito, mientras inspiraba y animaba a un grupo de periodistas a escribir las historias que su comunidad necesitaba, a honrar el legado de Martin Luther King y el de Ida B. Wells, feminista afroamericana, precursora del periodismo de investigación y editora del periódico Free Speech, destruido en 1892 por una turba de personas blancas  en protesta por las investigaciones sobre los linchamientos de afroamericanos.

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