Claves de un proyecto colaborativo que cuenta la covid-19 en Latinoamérica

La serie #HuellasDeLaPandemia, un esfuerzo colectivo de una treintena de periodistas de la Comunidad CONNECTAS en más de 10 países, plantea varios aspectos para animarte a desarrollar tus propios proyectos.

Coronavirus

El coronavirus ha causado estragos en muchos países de América Latina, desnudando y agudizando las fallas que hay en los sistemas de salud de la región. También ha supuesto un reto para los periodistas, quienes -en muchos casos- han tenido múltiples limitaciones para hacer reportería, entrevistas y en general la cobertura sobre la covid-19.

La pandemia no solo ha derivado en una ola de muertes en las Américas; también ha planteado grandes interrogantes en el sector de la educación y profundizado problemáticas que ya existían antes del coronavirus, como la de los migrantes o el sistema carcelario. Para entender este nuevo escenario, al interior del colectivo periodístico CONNECTAS se abrió una intensa conversación sobre qué temas priorizar a la hora de hacer un retrato general de la pandemia, y reunió a más de 30 periodistas en más de 10 países. El resultado fue el especial #HuellasDeLaPandemia, un trabajo de cinco entregas que mostró los efectos del coronavirus en la región.

Acá algunas de las lecciones que dejó la producción de esta serie colaborativa contado por miembros de la Comunidad Periodística de CONNECTAS que participaron en la coordinación de la misma.

Convocatoria, selección de temas y ruta de trabajo

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Con el coronavirus pueden surgir muchos enfoques. Es importante definir los investigativos, los informativos y los interpretativos.  En este caso se hicieron tres rondas de consultas al interior de la Comunidad de CONNECTAS, para detectar temas en común y usarlos como base para construir el especial. En principio se pensó en tener al menos tres grupos, pero se lograron cinco durante el proceso. En las rondas de discusión de los temas se fueron sistematizando tanto el interés por una docena de enfoques que surgieron, como las disponibilidades de tiempo de los participantes y colaboradores.

Uno de los retos fue la organización del trabajo en equipo estando en distintos países y trabajando en su mayoría desde casa. Los periodistas se adaptaron a hacer lo que usualmente se realiza en la calle: trabajo de reportería, entrevistas, confirmación de datos, todo mientras se cuidaban para no contagiarse. Para ello fue de gran apoyo el uso de plataformas seguras para el intercambio de información, y el seguimiento de acuerdos y compromisos, y canales encriptados para reuniones virtuales, a través de las cuales se compartió y gestionó toda la información.

Mirada regional sobre el coronavirus

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Siempre se tuvo en cuenta cubrir los diferentes tópicos con una mirada regional y no local, a pesar de las dinámicas de cada uno de los 10 países involucrados y las coyunturas del momento. Sabíamos que no era lo mismo hablar de coronavirus en República Dominicana que en Bolivia o en Ecuador, pero se evitó que los textos se convirtieron en un listado de lo que sucedía en cada nación.

Para ello los editores tuvieron presente la pandemia como denominador común y sus posible vasos comunicantes entre países: la tragedia indígena, el subregistro de los muertos, la angustia de la “no despedida”, etcétera. Lo que buscó #HuellasDeLaPandemia fue un retrato de la región, no una colección de voces locales juntas. 

La selección de los coordinadores para cada tema fue fundamental pues la labor de articulación de ellos con los editores fue decisiva para canalizar las búsquedas de información, la afinanción de los contenidos y los énfasis.

Creatividad y propuestas

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En el camino también se llevaron de la mejor manera las propuestas de los participantes, permitiendo que las ideas volaran pero valorando los límites impuestos por el tiempo y las circunstancias de la pandemia. Uno de los grandes retos fue evitar caer en una forma narrativa exactamente igual en todas las historias.

El equipo editorial entendió las necesidades narrativas de cada tema y supieron buscar los aspectos diferenciales para presentarlos de formas innovadoras y distintas: en algunos casos se utilizaron videos, otros concentraron su trabajo en datos o en otros incluso se invitó a que los niños, en el tema de la educación, fueran quienes aportaran sus testimonios en imágenes. El muy profesional trabajo de ilustración permitió ofrecer un tejido que conectara las individualidades. 

Precisión en medio de la incertidumbre

Desde que el primer tema comenzó a tomar forma, era evidente que el manejo de las cifras y las estadísticas impondría un reto. Dentro del equipo se vinculó un apoyo específico para dar soporte de datos. La búsqueda no se limitó exclusivamente a los reportes oficiales,  sino que sumó el mayor numero de voces expertas y referenció –adecuadamente atribuida–, la información que medios de la región ya habían obtenido tras esfuerzos investigativos. La realidad, por ejemplo, evidenció que en muchos países del continente algunos gobiernos buscaban acallar el bullicio del conteo y los números que desnudaban sistemas de salud frágiles y legitimidades políticas inciertas. Hacer comparaciones entre diferentes países y ponerle rostro a los datos, fueron otras formas de diferenciar la docena de historias de esta serie. 

Plan A, B y C

Si bien la planeación estratégica fue indispensable, siempre se tuvieron en cuenta las dinámicas mismas de la pandemia. Se sabía que los periodistas o sus seres queridos podrían verse afectados, y fue indispensable crear una metodología para, llegado el caso, redistribuir cargas y sacar adelante el trabajo mientras se le ofrecía todo el apoyo posible a la persona afectada, además de un tratamiento diferencial. 

La colaboración permitía suplir los esfuerzos de alguno del equipo que tuviera menos tiempo, o que tuviera situaciones personales motivadas por el virus, bien fuera de manera directa o con familiares. La suma del compromiso permitió consolidar un equipo constante donde la posta del contenido se paso de manera efectiva entre quienes tuvieron más posibilidad de estar activos en el trabajo. 

Un último paso

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Los rituales de despedida están cambiando por la pandemia. Hasta las funerarias han tenido que reinventar sus modos de acompañar a los familiares. Foto: Ricardo Gutiérrez

Una vez armado el rompecabezas de la producción –textos, ilustraciones, fotografías, videos– en cada uno de los temas, se sabía que la coordinación con los miembros de la Comunidad de CONNECTAS era clave para ofrecer el contenido a los medios en los que regularmente trabajan. Con más de 35 republicaciones, #HuellasDeLaPandemia confirma el valor y el potencial del trabajo en colaboración. El que permite sumar fortalezas y encuentra estrategias de solidaridad aún bajo las situaciones más complejas.