Ilustración: Erick Retana.

Axie Infinity y la afición venezolana por el mundo cripto

En 2018 surgió Axie Infinity: un juego de computadora inspirado en Pokémon que premia con fichas virtuales transformables en criptomonedas. A pesar de sus problemas de conectividad, los venezolanos son quienes más lo juegan. Es que la dificultad por hacerse de ingresos suficientes empuja a miles al mundo de los criptojuegos.

Por Grisha Vera, Miembro de #CONNECTASHub en Venezuela

Ehiber Graterol, de 28 años, como la mayoría de los venezolanos, siempre está atento a las nuevas oportunidades de generar dinero. En agosto de 2021 inició como jugador de Axie Infinity, un juego que premia con fichas transformables a criptomonedas, cuando se ganan las partidas.

Ehiber empezó a jugar justo cuando los venezolanos se posicionaron como los principales jugadores en América Latina y los segundos en el mundo. Un fenómeno curioso en un país con apagones eléctricos a diario y con la segunda conexión a internet más lenta de la región. Pero no todos los venezolanos lo padecen en la misma magnitud. 

Ehiber es afortunado, se le va poco la luz. “Si tuve un par de días en los que se me fue el internet. Pero yo también soy parte de la burbuja. A pesar de que no vivo en Caracas sí estoy muy cerca”, cuenta. No todos sus compatriotas tienen la misma suerte. Por eso, él cree que la mayoría de jugadores viven en las ciudades menos afectadas por los apagones. “Tengo entendido que si estás en la frontera, puedes tener tu planta eléctrica y además usas el internet de Colombia. Si lo que estás es minando criptos, suele suceder que las personas tienen su planta de backup para poder seguir minando aún cuando no tienen luz”, agrega.

El juego en su mejor momento tuvo un millón de usuarios activos y el 6% de esas cuentas (más de 60 mil) estaban en Venezuela. Pero, para mayo de 2022, el panorama parece estar cambiando. Muchos ya se han retirado del juego y otros se mantienen solo por diversión. 

La oportunidad de diversificar las vías de ingresos, en un país donde ningún trabajo ni divisa es estable, fue la razón de este boom. Así, algunos venezolanos invirtieron el dinero necesario para comprar el equipo de mascotas virtuales con que se pelea contra otros entrenadores (muy al estilo Pokémon), mientras que otros venezolanos pusieron su tiempo para trabajar-jugar. Es decir, dedicar varias horas al día en completar misiones y ganar peleas, pero con mascotas que pertenecen a otros.

El boom de Axie no es un caso aislado. Los venezolanos, siempre, se montan en las tendencias, antes de la crisis y ahora en ella. En las décadas anteriores los booms en Venezuela se enfocaban más en el consumo de productos. Por ejemplo, en la primera década del siglo XXI,  los venezolanos fueron los que más compraron los teléfonos Blackberrys en la región: los compraron altos ejecutivos, maestros, obreros y niños que iban al colegio. En Venezuela todos tenían su “pin”. 

En la crisis (la económica, la política, la del covid…), las tendencias tienen que ver más con los negocios y otras formas de aumentar los ingresos. Por eso, Venezuela se ha convertido en un país de emprendedores. Cuando el negocio era vender cocadas, proliferaron las tiendas que vendían cocadas en diversas ciudades cercanas a la capital. Lo mismo pasó con la chicha, las paletas de helado y la creación de perfiles en Only Fans. 

Ehiber es programador freelance, profesor de la academia 4Geeks en Caracas y project and manager de la sede en España. A él desde pequeño le han gustado los videojuegos.  Tener la posibilidad de generar dinero jugando fue algo difícil de rechazar.

“Ya tenía esto de que me gusta jugar. Entonces, era mucho más de pinga si puedo ganar dinero mientras juego”. Su motivación principal era conocer la dinámica y oportunidades de Axie Infinity para enseñar a su hermana una actividad que le generara dinero sin tener que invertir demasiado tiempo. Es que en su mejor momento Axie le permitió a muchos venezolanos “salvar la quincena”

Pero, en octubre de 2021, los desarrolladores de Axie Infinity cambiaron las reglas del juego y la actividad dejó de ser tan rentable desde la óptica venezolana. Lo mismo ocurrió con las chicha, las paletas y las “cocadas”, de las que apenas unos pocos locales se mantienen en el negocio.  La fortuna se acabó, ya la ola se surfeó y los que se subieron tarde terminaron cayendo al agua. 

Venezuela en el mundo cripto

Ehiber inició en el mundo de las criptomonedas en diciembre de 2017, justo cuando emigró. Empezó haciendo trading: comprar y vender criptomonedas con el objetivo de obtener ganancias. Invirtió 15 dólares y al cabo de un mes ya tenía 120. Con ese dinero pudo mudarse de Colombia a Ecuador, donde vivió solo un par de años, ya que en 2019 decidió volver a Venezuela. 

Una de las razones principales por la que los venezolanos llegaron a ser los jugadores más activos de Axie en la región es que muchos, desde hace varios años, participan activamente en el mundo cripto. Incluso, el año pasado, Venezuela fue el primer país en Latam, y el séptimo en el mundo, con más actividad comercial en criptomonedas, según el Índice Global de Adopción de las Criptomonedas 2021, un estudio de la firma Chainalysis. 

El economista Aarón Olmos explicó a la agencia de noticias EFE que está situación obedece a que los venezolanos consiguieron en las criptomonedas una oportunidad para resguardar su dinero de la hiperinflación. Axie Infinity también se hizo popular en otros países con contextos económicos inestables como lo son Argentina y Filipinas. 

Erik Vers Forster es un venezolano residenciado en España y cuenta una historia similar a la de Ehiber. Erik empezó a jugar Axie en agosto de 2021 y ganaba entre 50 y 60 euros mensuales. Al igual que Ehiber lo invitó un amigo. “Yo lo hacía realmente para seguir invirtiendo ese dinero en criptos, más que por hacer dinero para vivir”. Aún se mantiene como jugador, pero lo hace sobre todo por diversión.  

La caída del interés en Axie no es más que un efecto rebote de lo que está pasando en el mundo de las criptomonedas, porque el juego se sustenta en generar SLP (tokens) que son convertibles en AXS, la criptomoneda  de gobernanza del juego, que a la vez es intercambiable por otras criptomonedas, y estas a su vez por dólares. Cada vez que un jugador completa las misiones y derrota enemigos, gana tokens y así es como se generan los ingresos. 

La criptomoneda de Axie se hizo tan popular entre los venezolanos que es aceptada en algunos casinos, según la publicaciones de estos negocios en las redes sociales. 

Pero, ¿cómo se sustenta esto? Mientras los chicos juegan y resuelven las misiones, se generan operaciones matemáticas que producen las criptomonedas del proyecto Axie Infinity. Es parecido a minar criptomonedas, pero acá se hace mientras se juega. Por otra parte, los Axies (estas mascotas virtuales parecidas a Pokémon) tienen un valor, que varía dependiendo de cuán poderosa es cada una de las mascotas.

Por ello, fuera de la plataforma, hay dos figuras en el negocio: el inversionista y el jugador. El inversionista crea las cuentas y compra las mascotas. A mediados de 2021, cuando Axie Infinity estaba en su mejor momento, el precio promedio de una mascota era de 300 dólares y el valor de los Axies más poderosos podía ascender y hasta superar los 500 dólares. Es decir, un equipo “bueno” podía costar 1.500 dólares. Actualmente, debido a que el valor de las criptos ha bajado, se puede comprar un Axie en seis dólares, aunque algunas mantienen un valor similar al de hace meses, cercanos a los 300 dólares, según el sitio oficial de Axie Infinity.  

El jugador, en cambio, se encarga de ganar los tokens, para lo que debe invertir unas dos horas diarias de trabajo. Luego, las ganancias se reparten de manera porcentual,  pero esto varía dependiendo de los acuerdos laborales de cada equipo. 60 para el inversor, 40 para el jugador, es uno de los “contratos” comunes. 

Comprar una cuenta, invertir en adquirir las tres mascotas virtuales que conforman el equipo y pasársela a un jugador para que juegue y reúna tokens, en este mundo se llama becar. Y gran parte de los que buscan becas, incluso ahora a pesar de la baja en la actividad del juego, son venezolanos. 

Quienes ofrecen becas y quienes buscan ser becados, intercambian mensajes y negocian en la plataforma Discord. 

En el boom del juego, los inversores exigían curriculums exhaustivos a quienes pedían becas: horas mínimas de juego, experiencia, estudios en carreras de informática, buena conexión a internet, etc.

Ehiber nunca llegó a tener una cuenta en Axie Infinity, siempre jugó como becado, un amigo lo invitó a participar: él jugaría y su amigo haría la inversión. “A pesar de que es un juego, no significa que sea tan sencillo. En realidad, cuando tú le dedicas unas horas y empiezas a percibir ingresos, es un trabajo común y corriente. En vez  de cargar sacos de cementos o de archivar datos, como un trabajo más tradicional. Aquí tienes que estudiar el modelo de negocio que diseñó Axie, cuáles son las reglas de juego.  Tienes que saber cuál alineación es la mejor, que tipo de Axie es mejor contra otro. Al igual que el ajedrez hay una cantidad de situaciones que debes estudiar”. 

Al principio Ehiber le dedicaba unas tres horas al día, todos los días de la semana, para entender las jugadas. Luego, cuando era más ducho, le llevaba solo una hora al día cumplir con las misiones y reunir su meta de tokens. 

Al mes dejó de trabajar con su amigo, pero inició un nuevo equipo con quien era su jefa en su trabajo tradicional de programador. Ella invirtió el dinero y Ehiber coordinaba a los jugadores: un amigo y a su hermana. Con el tiempo, los jugadores se salieron y él asumió su lugar. Se mantuvo por siete meses como jugador de Axie, pero “los últimos meses prácticamente era por diversión porque ya no me quedaba casi nada, como unos 20 dólares al mes. No me era rentable y hablé con mi jefa y le dije que teníamos que buscar a alguien más. Ella decidió vender la cuenta”.

Además Ehiber no tenía tanto tiempo para dedicarle al juego porque estaba iniciando en un nuevo trabajo. 

Ni predecible, ni estable

Muchos jugadores, como Ehiber, ya no ven rentable jugar Axie y desertaron. Pero otros, al igual que Erik, permanecen por diversión. 

“La moneda -AXS- luego empieza a bajar y los ingresos no son tantos. Empiezan a hacer unas nuevas restricciones en el juego y ya no generabas la misma cantidad de SLP. En un momento acá en Venezuela un jugador producía como 400 dólares al mes. Después bajó a 200, a 100, a 50 y ahorita deben ser como 10 dólares”. 

Las razones por las que los jugadores vieron disminuidos sus ingresos son varias: los desarrolladores de Axie cambiaron las reglas en octubre de 2021 para disminuir la producción de AXS y así conservar su valor; el robo de 600 millones de dólares a las billeteras de los dueños del juego y la pérdida  del valor de la criptomoneda AXS que viene en descenso desde noviembre de 2021, luego de alcanzar su valor máximo de 160 dólares por AXS. Actualmente, la criptomoneda del juego se cotiza en un poco más de 20 dólares. 

Ehiber es programador y su salario es mucho mayor al que puede percibir un venezolano promedio, por ello, siempre jugó por oportunidad y no por necesidad. También ha invertido dinero en otros criptojuegos. Lo ha intentado con siete distintos: Plant vs Undead, Coin to Fish, Cryptomines, Crypto Soccer, Block Farm, Ninja Fantasy y Wanaka Farm. 

En una de sus experiencias, con cryptomines,  calculó mal y perdió 7.000 dólares. “Pensé que la estabilidad del juego iba a durar como tres meses más y se vino abajo en cinco días”. 

El mundo de las inversiones, al igual que la realidad venezolana, es impredecible. Una mala interpretación o cálculo, puede llevar a perder mucho dinero. 

“De momento no hay un modelo de negocio -con los criptovideojuegos- que sea realmente rentable, que sea ecológico con la sociedad. Pareciera que es solo repartirse el dinero entre unos y otros. Yo siento que todavía se está buscando esa fórmula que funcione. Lo que falta es que tenga más sentido lo que se esté produciendo por jugar, pero es parte de lo que tenemos que encontrar como humanidad”. 

Pero a pesar del riesgo cripto, los venezolanos insisten en aprovechar todas las oportunidades que surgen para generar dinero, pese a que en algunos intentos puedan perder su inversión o les tome más tiempo y energía que al resto debido a los frecuentes apagones y la pésima conexión a internet.

Lo mismo ocurre en el mundo offline, la necesidad siempre es más grande que los obstáculos. Y es que no pueden parar, deben garantizar los recursos suficientes para vivir dignamente en un país donde la divisa oficial, el Bolívar, vale menos mes a mes. Aunque sea apostándole a una especie de pokémon regordete.

Autor

Miembro de la mesa editorial de CONNECTAS y del #CONNECTASHub. Fue coordinadora y reportera de investigación de El Pitazo, medio independiente venezolano. Participó en las investigaciones transnacionales #Petrofraude e Hijos Migrantes.

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Miembro de la mesa editorial de CONNECTAS y del #CONNECTASHub. Fue coordinadora y reportera de investigación de El Pitazo, medio independiente venezolano. Participó en las investigaciones transnacionales #Petrofraude e Hijos Migrantes.