Los linchamientos en América Latina siguen en aumento

Cobrar justicia por mano propia se está volviendo algo del día a día en la región. Desconfianza en los aparatos judiciales, crisis de seguridad y una impunidad que no disminuye son algunos de los factores que incentivan la violencia en masa.

Sistema Público de Radiodifusión de la Ciudad de México Twitter Capital 21

Una casa vomitaba fuego en el barrio Fracción 14 en la ciudad argentina de Comodoro Rivadavia el pasado 25 de marzo. Era la casa de José Oviedo, quien estaba a menos de 500 metros, muerto sobre el piso. Cerca de 11 habitantes de la zona lo habían linchado, luego de recibir a través de una cadena de WhatsApp la foto de su hijo como el presunto responsable de abusar sexualmente de un menor de edad ese día. Aunque al hijo lo alcanzó a resguardar la policía, José no contó con tanta suerte. Según varios testigos del barrio, el linchamiento sucedió en cuestión de minutos.

Más de ocho habitantes de la zona han sido detenidos desde entonces, luego de ser relacionados con el hecho, uno que rayó en lo absurdo, pues aparte de que José no estaba acusado sino de ser el padre del implicado, su hijo resultó demostrando su inocencia frente al hecho.

Por WhatsApp también rondó otra falsa denuncia en Colombia que terminó en la agresión de tres hombres y el linchamiento de uno en la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá. La denuncia involucraba a los tres hombres con el supuesto robo de un niño de la zona. En ese momento los hombres estaban siendo detenidos por la Policía por un delito diferente. La confusión de hechos sumado a la desinformación en WhatsApp, un elemento que se ha vuelto constante en esta época de ‘fake news’, terminó en esta agresión en masa. A pesar de que la Policía intentó defender a los hombres, uno de ellos llegó sin signos vitales al hospital.

Otro caso se repitió de manera parecido en Puebla, México, donde una turba enardecida le prendió fuego a Ricardo Flores y a su tío Alberto Flores, aún con vida. Los hombres, que habían sido detenidos por ‘alteración del orden’, terminaron sin vida debido a una información falsa que estaba difundiéndose por WhatsApp, y que los acusaba de ser secuestradores de niños. Sin que nadie comprobara nada, los dos hombres ya habían sido quemados vivos. La denuncia también resultó ser falsa.

Los linchamientos en América Latina, definidos como el acto de golpear en muchedumbre (muchas veces hasta la muerte) a un criminal sin un debido proceso judicial, ha venido en aumento durante los últimos años en América Latina. En México, por ejemplo, el año pasado los linchamientos llegaron a un tope histórico, 174, cuando en 2017 se registraron apenas 60, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quienes registraron un aumento del 190%. El incremento de los linchamientos no es lo única cifra que ha aumentado en el territorio: México cerró el año pasado con 333.369 asesinatos. Es la cifra más alta que ha alcanzado el país desde que abrió este registro, en 1997.

O Bolivia, uno de los países donde históricamente ha habido más linchamientos en el continente, junto con Guatemala y últimamente Venezuela. A finales del año pasado hubo en el país tres casos de ‘justicia por mano propia’ en apenas una semana. Sin embargo, el país que lidera la región, y el mundo, en esta problemática es Brasil. Según el sociólogo José de Souza Martins, que ha investigado este fenómeno violento en su país durante 20 años, en los últimos 60 años un millón de brasileños han participado en linchamientos.

¿Pero por qué esta manifestación de violencia con sed de justicia abunda en nuestro continente?

Días después del linchamiento en Comodoro Ridavia, medios locales empezaron a indagar sobre el hecho afirmando que el asesinato de José Oviedo, el pasado 25 de marzo, había sido la consecuencia de una serie de incumplimientos y varias negligencias cometidas por el Gobierno. Desde la aparente ‘desidia’ de la Policía de Chubut, como la calificaron algunos medios, pasando por la demora del Ministerio Público Fiscal al avisar de la violación e incluso la promesa no cumplida del Gobierno provincial de instalar en la ciudad un centro de monitoreo de seguridad, todas son razones que se relacionan con el fatal desenlace.

“Yo me pregunto qué crisis de lazos sociales existen en las sociedades neoliberales, especialmente en relación con la justicia y las instituciones”, cuestionó en ese momento Esteban DiPaola, Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires UBA, y autor del trabajo La comunidad del linchamiento. “Si no hay un lazo social que sostenga mis relaciones con el otro, (…) que no impriman a la ley un sentido de mandato, entonces queda que solo me puedo cuidar yo”.

Para este investigador las redes sociales son un componente nuevo dentro de la ecuación, en un marco mundial donde las fake news “pueden cristalizarse un día y al día siguiente ya se olvidaron”, afirma DiPaola. “En un linchamiento pasa lo mismo con los lazos que se forman entre los participantes”.

El aumento de los linchamientos en el caso de México va de la mano con la crisis de seguridad rampante en el país. Así lo demuestra el informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos CNDH, donde los linchamientos se generan en contra de quienes cometen robos, secuestros y abusos sexuales. En lo que va de 2019, de 107 homicidios que han sucedido en México, 67 han sido linchamientos, una cifra que parece ser un aviso del inminente aumento de los linchamientos que también habrá este año en el país, si la gestión de Amlo no logra aplacar pronto la inminente crisis de seguridad, disminuir los índices de violencia y volver más eficaces los aparatos de justicia.

Esto último es uno de los puntos claves en esta problemática que afecta a la región. Sin la confianza necesaria de la ciudadanía en las instituciones estatales, la justicia por mano propia y la violencia que este acto implica solo va a ir en aumento. “Los linchamientos, en su gran mayoría, buscan como fin último expresado por sus protagonistas directos la atención y solución al problema de la inseguridad ciudadana”, explica el informe, “aunque en realidad constituyan actos de desprecio y descalificación hacia las autoridades”.

Hacia las autoridades y su ineficacia reflejada en cifras de impunidad. En 2017, un Índice Global de Impunidad publicado por la Universidad de las Américas de Puebla, reflejó cifras dicientes: de los 13 países con mayor impunidad en el mundo, nueve son latinoamericanos, liderados por México, que obtuvo 69.21 puntos. Argentina fue uno de los países latinoamericanos mejor posicionados en el ranking con 58,87 puntos, un puntaje que apenas si es menor por 10 puntos del de México, lo cual sugiere que el panorama general de impunidad en el continente es crítico.

¿Cuánto tienen que ver los linchamientos en la región con la impunidad generalizada de varios países en el territorio?