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Entrevistas

<- Regresar Pablo Hernández: Nutricionista-Dietista, MSc. Investigador en Consumo de Alimentos. Profesor Universitario Universidad Central de Venezuela.

1. Desde el Observatorio Venezolano de la Salud ¿cómo han evaluado el panorama nutricional de los últimos cinco años?

- La situación venezolana es bastante crítica: hay una crisis nutricional que está ligada a deficiencias en el sistema de salud y, a su vez, a una situación compleja desde el ámbito socioeconómico y político que, hasta ahora, ha sido difícil de manejar y resolver. Desde el año 2012, hemos percibido cómo los indicadores han cambiado: al principio observamos cómo el consumo en los venezolanos estaba disminuyendo y, luego, los cambios en la alimentación por las carencias de alimentos. A la par de esta situación, hemos visto cómo se incrementaba la morbilidad y mortalidad por diversas enfermedades. En ese contexto, un conjunto de enfermedades infectocontagiosas resurgió. Ciertamente, hubo un cambio muy rápido en el panorama epidemiológico de Venezuela; mientras que en otros países esto ocurre en cinco, 10 y hasta 20 años. En el caso de nuestro país este cambio ocurrió en menos de cinco años.

2. ¿Por qué hay tanta opacidad en nutrición?

- Lamentablemente, las cifras en Venezuela no se publican desde hace cuatro años aproximadamente. Hay un panorama bastante oscuro sobre las estadísticas. El Estado venezolano considera la información como un arma política y no las divulga, y esto ocasiona que toda la planificación y organización de políticas públicas se dificulte porque para los investigadores es vital saber dónde estamos parados para planificar a futuro. Desde el punto de vista de la nutrición, desde el 2015 no se publica información sobre el Sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutricional y desde 2014 no hay datos de la Encuesta Nacional de Consumo. Ni siquiera, hay divulgación de los Boletines Epidemiológicos Semanales, tampoco hay datos de mortalidad. En resumen, tenemos cuatro años sin ningún tipo de cifras, y en contraparte las organizaciones civiles han buscado mecanismos para investigar y mostrar resultados.

3. ¿Qué se esconde detrás de la opacidad?

- Lo que vemos es que las generaciones que se están formando ya vienen con la desnutrición, desde que se gestan durante el embarazo. Es común observar familias donde un hermano mayor tiene mejor estado nutricional que un hermano menor; y esto trae como consecuencia, desde el punto de vista biológico y cognitivo, que esos niños no van a crecer adecuadamente, que no tendrán madurez desde el punto de vista de intelectual y su desarrollo e inclusión social será inadecuado, y eso trae consigo que se profundicen problemas sociales como la delincuencia y la adicción a las drogas.

4. ¿Cuál son las enfermedades ligadas a la desnutrición?

- Hay muchas enfermedades relacionadas con la desnutrición y observamos como ellas son un factor condicionante en la mortalidad. Las personas con un déficit nutricional tienen más riesgo de morir por alguna enfermedad, especialmente de tipo infecciosa. Es común observar, por ejemplo, que un niño desnutrido muere más rápido por sarampión, tuberculosis y difteria. Las personas hospitalizadas incluso tienden a fallecer más rápido cuando no están alimentadas y, de allí, la importancia de que se garantice una dieta rica en proteína y minerales a los pacientes y se evite, especialmente, los períodos de ayuna, que tienden relacionarse mucho con la mortalidad.

5. ¿Han tenido información sobre las denuncias de médicos que aseguran que no se coloca en las actas defunción desnutrición como causa de fallecimiento?

- Aunque no se lleva un registro sobre este hecho. Sí hemos recibido denuncias de los médicos que comentan que no se les permite colocar la desnutrición como causa de muerte en el acta de defunción de los pacientes, a pesar que la desnutrición puede estar asociada a una enfermedad de tipo infecciosa, generalmente. Es lamentable, porque las cifras de desnutrición tienen que formar parte de las estadísticas y en el último boletín epidemiológico de 2016, publicado en 2017, no aparecen la mortalidad por desnutrición, especialmente en menores de cinco años.

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