Mejor cobertura multimedia 2019

Entrevistas

<- Regresar Fernando Pereira: Fundador y coordinador general de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap).

- ¿Cuál es la generación que se está gestando con la crisis alimentaria?

- Lo que emerge es la generación del hambre, de madres desnutridas. Sabemos que los primeros años de vida de niño van a ser determinantes para su crecimiento. Entonces, los alimentos que no reciben en la fase prenatal y en los primeros dos años de vida impedirán que sus estructuras fisiológicas se formen adecuadamente. Estaremos en presencia de niños condenados al fracaso, que no tendrán capacidades para el aprendizaje, que se le olvidarán las cosas, que no retendrán información; niños condenados a interrumpir su continuidad escolar, niños expuesto a una vida poco saludable porque estarán susceptibles de enfermarse.

- ¿Qué se observa en los hogares donde el hambre convive?

- La crisis alimentaria está causando problemas de convivencia. En los últimos años hemos recibido información de que hay maltratos a un niño, por ejemplo, por haber tomado una arepa, se aviva el conflicto entre hermanos por comida. Incluso en las escuelas se ha observado que hay hurtos de loncheras, peleas y conflictos en clases porque un niño le quita la merienda a otro. Son fenómenos nuevos que hemos emergen por la escasez de alimentos.

- ¿En qué aspecto falla el Estado?

La omisión en las políticas del Estado ha sido determinante en este problema. No hay un aumento de las campañas informativas que refuercen la importancia, por ejemplo, de la lactancia materna, que rebata los mitos que hacen a las madres que no hagan uso de este alimento esencial. En el país no se cuenta con programas de asistencia prenatal a pesar de que hay muchas mujeres adolescentes embarazadas, la alimentación de las madres es deficiente, ni siquiera la cubre los Clap. La embarazadas, no hay programas de suplementación alimentaria que prevenga enfermedades en los niños, no hay fórmulas lácteas en los hospitales, en las escuelas no hay programas de alimentación porque también estas iniciativas se han visto mermadas por la crisis.

- ¿Se justifica que el Gobierno use la guerra económica para que el Estado no cumpla con su responsabilidad?

- El derecho a la alimentación está garantizado en la Convención de los Derechos del Niño, en la propia Lopna, hay principio en la Constitución que obliga al Estado a garantizar atención a las madres y sus hijos. Es una prioridad que debe ser atendida en tiempos de normalidad y, especialmente, en tiempos de crisis y de emergencia. Por lo tanto, que no se tomen medidas requeridas en estos tiempos de privación se está limitando al grupo familiar de este derecho fundamental. El Estado también elude su responsabilidad al no dar cifras, al mantener la opacidad, al no contar con información se impide a la población hacer un seguimiento exacto de la problemática. No se tiene una ruta clara de las políticas de alimentación que se ejecutan incluso sin tomar en cuenta las condiciones reales de los niños que se benefician.

- ¿A qué está condenado el país?

Una población desnutrida es una condena para el país. A una población con pocas capacidades para desarrollarse, estudiar, aprender, tener la iniciativa de hacer proyecto de vida. Será una generación apática, sin energía necesaria. Por lo tanto, será una ciudadanía postrada. Es una forma de ver un país postrado.

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