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Entrevistas

<- Regresar Entrevistado (especialista): Nolis Camacho, especialista en nutrición y crecimiento. Jefe del Servicio de Nutrición y Crecimiento del Área de Pediatría del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula) en Mérida, Venezuela. Entrevistadora (reportera): María Fernanda Rodríguez - ¿Cuáles son los indicadores de nutrición y salud requeridos para la evaluación de la niñez?

- Los indicadores requeridos para la evaluación del estado nutricional de la niñez, la Organización Mundial de la Salud y la Unicef establecen una serie de parámetros desde el punto de vista antropométrico y desde el punto de vista de la parte subjetiva, y dentro de la parte subjetiva entraría la disponibilidad de los alimentos que tiene ese grupo familiar y, en base a eso, lo hacemos a través del recordatorio de las 24 horas que es, de una manera, sencilla y adecuada de ver cómo se está alimentando la población. Pero, fundamentalmente, en relación a lo que atañe como indicador objetivo, utilizamos el peso, la talla y la circunferencia del brazo izquierdo.

- ¿Algún indicador tiene preponderancia?

- La Organización Mundial de la Salud, desde el año 2006, establece que el peso para la talla debería ser el indicador preponderante independientemente de la edad. Generalmente la literatura señala que son los niños menores de dos años en los que deberíamos usar peso para la edad, pero hoy en día ese indicador peso para la talla nos permite tener una idea más confiable, o fiable, de lo que es la desnutrición aguda severa.

- ¿Por qué se clasifica la evaluación de nutrición por grupo de edades?

- Y esa clasificación por grupo de edades se establece porque es la etapa pediátrica en la que tiene una serie de períodos críticos de crecimiento, y son los primeros años de vida donde existe un mayor crecimiento del individuo y una diferenciación y crecimiento de sus tejidos, siendo el cerebro, el tejido cerebral, uno de los más importantes. De allí la importancia de la evaluación y del seguimiento y una buena alimentación en los niños porque es preponderante para su desarrollo cognitivo, cerebral y funcional.

- El índice de Desnutrición Aguda Global (GAM) otorga especial importancia a la desnutrición en niños de 0 a 5 años ¿Por qué los menores de cinco años tienen tanta relevancia en las mediciones de nutrición en el mundo?

- Un poco para enfatizar lo que señalaba, en la importancia de los menores de cinco años, es porque están en un período crítico de crecimiento, donde hay no solamente el crecimiento físico sino la adquisición de sus funciones en relación al desarrollo cognitivo y cerebral es muy importante, y es importante el contexto donde se mueve ese niño en relación a la probabilidad de tener un ambiente de igualdad en relación a, no solamente tener alimentos, sino tener un ambiente donde pueda expresar la mayor capacidad de sus funciones.

- ¿Qué consecuencias puede tener a corto, mediano y largo plazo la desnutrición en los primeros cinco años de vida?

- La desnutrición es un flagelo que, no solamente tiene repercusiones inmediatas, sino mediatas y tardías. Es las inmediatas, una manera de verlo de manera sencilla es a través de un deterioro en el peso y en la talla, pero va mucho más allá. Va más allá en el retardo, en los alcances para el desarrollo del individuo, en los retardos en el alcance del aprendizaje, en esos niños lentos o en esos niños con baja escolaridad, que no solamente está determinado por el tema de que no desayuna, sino que también tiene cansancio, debilidad, etc. Y lo otro es que, si tenemos un niño desnutrido, vamos a tener un adulto que probablemente va a tener una serie de consecuencias desde el punto de vista metabólico y de enfermedades crónicas no transmisibles del adulto. Entonces es como paradójico, soy un desnutrido en la infancia, pero voy a ser un hipertenso y un diabético en la edad adulta. Y en la manera intermedia, ese adulto productivo va a tener menor capacidad laboral y, por ende, va a ser de poca utilidad para su país, para la productividad. Entonces no solamente es el aquí, es el mañana y el futuro lo que está en juego cuando hablamos de un niño desnutrido.

- ¿Cuál es el estado actual de la nutrición infantil en su región?

- El estado actual de la nutrición infantil en nuestra región no dista o no se diferencia de lo ocurre a nivel nacional. Esto ha venido con las cifras francamente en ascenso con un franco deterioro y un aumento importante en lo que es la desnutrición aguda severa.

- ¿Y cuál es el estado actual de la nutrición infantil en el hospital donde usted trabaja? ¿Ha mejorado o empeorado con respecto a otros años?

- El estado nutricional de los niños que acuden a nuestro centro ha empeorado en relación a los años anteriores, sobre todo durante los últimos dos años, en los que se ha visto que, por lo menos, el 70 por ciento de los niños que acuden, por ejemplo, a la consulta de nutrición y crecimiento que yo presido, tiene algún déficit del estado nutricional. Y, de ellos, la desnutrición aguda severa, llámese marasmo o kwashiorkor, entendiendo por marasmo aquel niño desnutrido delgado y el kwashiorkor el niño edematizado, con problemas que aumentan mucho su mortalidad, ha aumentado de forma importante. De hechos oscila entre el 73 al 82 por ciento.

- La FAO reportó en su Informe Anual 2017 que Venezuela es el país con peor desempeño alimentario en la región, y que la caída de América Latina en la lucha contra el hambre se debe, en gran parte, a los índices de Venezuela. ¿Cuál es su criterio al respecto?

- Evidentemente, en relación a los criterios que señala la FAO al estado de situación alimentaria o de seguridad alimentaria que acontece en nuestro país, pues básicamente se debe por una realidad que todos sabemos: el estado de hiperinflación, el pobre poder de adquisición de los alimentos, un estado de inseguridad alimentaria que cada día se ve más afectado, sobre todo para los grupos vulnerables, donde para poder obtener el alimento tengamos que tener un carnet. El carnet no vale. El carnet vale que seas miembro de este pueblo, que puedas tener el alimento para tu grupo familiar, que las madres no tengan que hacer cola a expensas de dejar a su hijo en la casa sin el alimento primordial, el llamado oro blanco que es la lactancia materna. Entonces, ¿qué hacemos? ¿No podemos tener una política que nos ayude a contrarrestar eso? Eso es un deber y un derecho que tiene el gobierno de Venezuela, darle un requerimiento y una respuesta al estado de hambruna que tenemos nosotros en nuestro país.

Cáritas Venezuela reportó un aumento de 100 por ciento en las cifras de desnutrición aguda en menores de 5 años. ¿Cómo ha sido el comportamiento de este indicador en lo niños de esta edad en su estado? ¿Llega al 100 por ciento?

- Como señalaba, tenemos casi un 82 a un 85 por ciento con los niños que acuden con desnutrición aguda severa, ¿por qué? Porque el niño con desnutrición moderada o con desnutrición leve no viene, pero no viene no porque no quiera, es porque no puede. La madre no tiene con qué pagar el pasaje, el problema del transporte y, ese dinero, lo lleva a lo que necesita, que es comer. Entonces, ¿cuál es una de las prioridades que deberíamos tener? La prevención. La prevención estaría enfatizada en evitar que ese niño llegue a ese déficit de estado nutricional que lo haga acudir con una morbilidad que, probablemente, va a terminar en muerte para ese pequeño.

Cáritas Venezuela determinó que en 2017 el índice de Desnutrición Aguda Global, que se basa en mediciones a niños menores de cinco años, alcanzó 16,7 por ciento, demostrando que el país se encuentra en Emergencia Humanitaria. Indicadores de la FAO establecen, además, que la desnutrición en niños y niñas menores de cinco años incrementa su riesgo de muerte, inhibe su desarrollo cognitivo y afecta su estado de salud de por vida. ¿Se puede hacer algo para detener esta situación?

- Para detener esta situación de hambruna y de inseguridad alimentaria que aqueja a nuestro país, el gobierno debería garantizar una cesta alimentaria a toda la población y, en especial, a esos grupos vulnerables, pero una cesta alimentaria que tenga productos adecuados, que le asegure un aporte proteico a ese niño que está en crecimiento, a ese anciano que vive en ese grupo familiar. Yo no soy político, pero en relación a eso debería tener una mejoría de todo lo que son las políticas agroalimentarias, debería tener incentivo de la tecnología, debería intentar producir con productos locales, pero ¿cuáles productos locales?, si no tenemos producción nacional. Deberían mejorar los centros de atención médica, mejorar la atención de la mujer embarazada para evitar un producto de un niño de bajo peso que va a traer todas las comorbilidades que se relacionan con eso. Mejorar el nivel educativo de la madre. Mejorar el nivel a donde ese niño acude a recibir educación. No tenemos maestros. ¿Quién va a aportar educación? ¿Quién va a aportar el alimento? ¿Será que tenemos que salir de este gobierno para poder garantizar lo más básico que debe tener un pueblo que es alimento?

Nos estamos muriendo de hambre. Nuestros niños están muriendo en los hospitales. Nuestros niños que tú ves en esa Emergencia, niños desnutridos marasmáticos, kwashiorkor, edematizado, cuando no sabes a quién atender, a esa madre que tiene media aliento para decirte qué fue lo que le pasó a su hijo, que no tenía alimentos, que no tenía pañales, que no tenía leche, que hizo largas colas. Eso no se puede tapar con un dedo.

Estamos en una situación de crisis, y la crisis se va por aceptarla, y la manera de aceptarla es, una parte es recibir ayuda económica, quizás extranjera, pero también tratar de cambiar lo que tenemos. Nosotros somos un pueblo maravilloso, que tenemos todavía médicos acá tratando de luchar y tratando de satisfacer las necesidades mínimas que tiene eso, pero cuando estás en un hospital donde no tienes alimentos para ese niño, ni para la madre, ni para ningún hospitalizado, que no tenemos antibiótico para cubrir sus enfermedades infecciosas, pero cuando lo básico, que es darle alimento, no tenemos, ¿qué podemos esperar de eso?

- ¿Cuáles son los males que, a su juicio, ya no se pueden evitar? ¿Ha disminuido la talla promedio del venezolano? ¿Cuáles son los problemas que ya no se pueden revertir o por lo menos estamos ya tarde para hacerlo?

- En relación a los problemas de qué podemos cambiar y qué no, la talla, lo que el niño deja de crecer, lamentablemente dejó de crecer. Y la repercusión, dependiendo de la edad en donde comenzó esa desnutrición, cuando tenemos madres desnutridas, con un producto de un bajo peso al nacer, con un niño que ameritó hospitalización por esa causa, ¿qué nos espera? Un niño con déficit no solamente de peso y talla, sino con déficit desde el punto de vista cognitivo y eso tampoco se puede recuperar. Entonces, ¿qué hacer? Tenemos la solución en nuestras manos y no la queremos. Por favor, gobierno de Venezuela, aquí no somos políticos, aquí somos médicos y personas que les duele el país. Por favor, hay que cambiar con políticas adecuadas que permitan que el Estado venezolano le garantice el alimento y una vida adecuada a la población con calidad, porque la calidad no solamente es la adquisición de bienes materiales, es también cómo se siente, cuál es la satisfacción de bienestar que siente el individuo y le puedo asegurar que la mayoría de los venezolanos no tenemos calidad de vida.

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