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Entrevistas

<- Regresar Dayana Gutiérrez, mamá de las gemelas María Victoria y María Verónica

- ¿Qué hacen en tu casa para vivir?, ¿a qué se dedican?

- Bueno, mi mamá trabaja. Ella trabaja en casa de familia, lava, plancha y mi hermano que me ayuda. Él es mecánico.

- ¿Hasta qué año trabajaste tu?

- Bueno, yo trabajé solamente un año, cuando trabajé en el hotel. Del resto no he trabajado más.

- ¿Qué haces en el día a día?

- Bueno, con mis hijos. Estar pendientes de mis hijos, de hacerles la comida, de lavar, llevarla a la escuela, pero siempre estoy aquí en mi casa. Junto a mis hijos.

- Cuando tus hijos nacieron, ¿cómo eran sus pesos?

- Bueno, una la tuvieron en incubadora que fue María Victoria por el peso: un kilo 800 y la otra pesó un kilo 900. A ella sí la tenía yo cuando… pero Victoria estuvo en retén mientras liberaba el peso. Cuando me la dieron de alta venía con un peso de un kilo 905.

- ¿A ellas las amamantaste?

- A ellas sí.

- ¿Y cómo te sentiste al tener gemelas?

- Bueno, muchos me decían, que cómo es eso, que cómo vas a hacer, eso duele mucho, duele uno. Pero no, gracias a Dios mis hijas no, no me dieron así mucha lata cuando estaban pequeñas.

- ¿Lograste amamantarlas?

- Sí las amamantaba a las dos a veces al mismo tiempo porque como mi mamá trabajaba me dejaba a veces sola, entonces tenía que colocármelas a las dos porque no tenía nadie quien me ayudara.

- ¿Recuerdas cómo comían ustedes hace cinco años?

- Bueno, no comíamos bien, así mucho, pero sí comíamos, a veces comíamos pollo. Ahorita eso es muy difícil.

- ¿Qué comían hace cinco años?

- Bueno comíamos caraoticas, comíamos arroz, comíamos pasta con su salsita, son su broma. Ahorita no. En este tiempo hay muchas cosas que uno comía que ahorita no las come.

- ¿Y en aquel entonces cuántas veces al día solías comer?

- Bueno en ese tiempo a veces comía dos veces al día, pero sí comíamos un poquito mejor.

- ¿Y cuánto pesabas Dayana, tu, en aquel entonces?

- 42 kilos.

- ¿Ahora?

- Peso 36 kilos.

- ¿Qué te han dicho los médicos al respecto de tu peso?

- Bueno, el peso por todo el tiempo que estuve en el hospital y el diagnóstico que me dieron siempre iba a tener falla, porque uno tiene pérdida de peso. Bueno hasta ahora no lo he podido recuperar después de que salí del hospital. Desde que salí estoy en 36.

- Cuando supiste tu diagnóstico de VIH positivo, ¿qué sentiste?, ¿en qué pensaste?

-Na’guará fue fuerte porque yo le dije a mi mamá, yo no quiero seguir, váyanse, déjenme aquí en el hospital porque yo no quiero regresar a la casa. Primero porque era algo que no me esperaba porque ya me había hecho exámenes y nunca me habían dicho: “usted es paciente VIH” hasta ese momento cuando el doctor me lo dijo. Incluso mis familiares lo sabían, más no me querían decir nada porque como estaba mal, tenía una herida abierta de la cesárea y ellas no me querían decir nada. Pero el doctor, como él era el doctor y era su obligación él tenía que decirme que me habían diagnosticado con VIH.

- ¿Y tu motor al salir del hospital?

- Mis hijos, porque a cada momento, todos los días, preguntaba por mis hijos y más por el bebé que estaba chiquitito, que no lo vi casi. Lo vi nada más cinco días y era fuerte estar encerrada allá. Le pedía que me los llevaran, pero por la situación y como estaba en un hospital no les permiten el acceso a los niños y por eso. Pero siempre pregunté por ellos y por ellos me tuve que, na’guará, dar valor yo misma cada vez que me curaban para salir de ahí del hospital.

- Ahora tienes el diagnóstico. ¿Te han dado el tratamiento?

- Sí, sí lo recibo, pero ahorita como no lo hay estoy esperando que llegue el tratamiento, pero sí lo recibo.

- ¿Qué tomas?

- Viraday.

- ¿Cuánto tiempo tienes sin tomarlo?

- Tres meses y piquito.

- ¿Cómo te sientes en el día a día?

-A veces me siento que ya, que no puedo. A veces no me dan ánimos de pararme, pero lo hago por mis hijos. Me levanto día a día por mis hijos porque a veces de verdad ya me siento que ya no puedo. Me dan con más frecuencias cosas en el estómago. Me dan muchas diarreas. Cuando tenía el tratamiento no vivía eso. Pero tengo que seguir.

- Conforme tus hijos crecen y te han visto, ¿te han preguntado a veces si te sientes mal?, ¿ellos conocen tu cuadro?

- Mis hijos en sí en sí no saben en verdad lo que tengo porque nunca se los he dicho, pero sí les digo que tienen que portarse bien, quererse como hermanitos, porque yo no sé el día que yo les vaya a faltar a ellos.

- ¿Con el diagnóstico que tienes debes tener una dieta especial?

- Bueno a mí me dijeron que no podía estar pasando hambre, primero porque me hicieron una histerectomía total y que tenía que… no puedo pasar hambre, cualquier cosa tengo que comer. Pero, bueno, no muchos granos. Pero cuando eso es lo que hay eso es lo que como tanto yo como mis hijos.

- ¿Cuántas veces al día comen?

- Antes los tenía que haber acostado con dos comidas nada más. A veces hasta con una sola. A veces sin nada. Ahorita es que no ha pasado eso de que se han acostado sin comer, por lo menos un poquito, pero comen.

- ¿Y qué comen en el día a día?

- Bueno, en la mañana una arepita con lo que haya, con lo que amanezca, con granos. Hasta pasta han desayunado, pero sí desayunan. A veces almuerzan, cuando hay. Y a veces cenan.

- No tienen nevera, ¿cómo hacen cuando sobra algún alimento?, ¿se los guarda algún vecino?

- No. Lo hiervo y lo dejo ahí, no me gusta molestar mucho a los vecinos. No porque sean ah, sino que es muy incómodo estar todo el tiempo: “vecino guárdeme esto”.

- ¿Comen vegetales, verduras, frutas?

- Bueno, cuando se logra comprar sí. Auyama, papa, a veces que comemos calabacín por allá y bromas así.

- ¿De qué dependen ustedes?, ¿de las bolsas de la comunidad o hacen colas?

- No. Mi hermano cuando compra por ahí en la calle que compra a precios más y yo con las bolsas, pero del resto nosotros no compramos. Aparte de eso, fuera, no.

- ¿Cada cuánto tiempo reciben las bolsas?

- Cada 15 días.

- ¿Y qué traen esas bolsas?

- Harina, arroz, pasta, azúcar, aceite.

- ¿Y qué preparaciones haces?

- Bueno, a veces les hago sopitas de arroz con sus verduritas. A veces les he dado hasta arroz puro, pasta. Y cuando trae los granos bueno, les doy con caraotas, con frijol.

- ¿Tus hijos te han llegado a decir en algún momento del día: “mamá tengo hambre, mamá tenemos hambre”?

- Si. Pero siempre les digo que se aguanten hasta la tarde.

- ¿Con cuánta frecuencia pueden decírtelo?

- Muy de vez en cuando. Cuando ya se ven como que comen muy poquito.

- ¿Cuando comen poco, qué comen?

- A veces cuando no tengo así suficiente les digo: vamos a comernos un poquito pa’ dejarles pa’ ahora.

- ¿Tus hijos han llegado a acostarse con el estómago vacío?

- A veces sí.

- ¿Y las gemelas?

- También.

- ¿Qué te dicen las gemelas?

- Mami, dame comida. Y yo digo: mami, no tengo nada. Vamos a acostarnos, mañana vemos a ver qué te doy, pero a veces…

- ¿Y qué les gusta comer a las gemelas?

- Na’guará esas son fanáticas de la pasta con caraotas. Cuando ellas ven pasta con caraotas se alegran. ¡Dígame de la arepa frita! Siempre me dicen: mami quiero comer hamburguesa, pero lamentablemente está demasiado caro todo eso pa’ darles.

- ¿Cuándo fue la última vez que ustedes pudieron comprarse alguna comida o algo que les gustara en la calle?

- ¿Con ellas? Una sola vez que comieron perro caliente y esa vez se lo regalaron.

- ¿Cuántos añitos tenían?

- Tres añitos en ese momento.

- ¿Lo recuerdan todavía?

- Sí.

- ¿Qué es lo más difícil de administrarse en la escasez, de que tengas que rendir esos alimentos?, ¿has tenido angustia?

- A veces sí porque yo digo que no debería darles a ellos tan poca comida por ser niños. Pero a veces toca así, todo medidito.

- ¿Cuántas bocas son aquí en la casa?

- Estamos siete personas aquí.

- ¿Los niños cuántas veces comen aquí cuando hay comida?

- Tres veces.

- ¿Y los adultos?

- Igual. Bueno mi mamá no porque mi mamá no se la pasa aquí. Siempre comen poquito.

- Dayana continuamos. ¿Cuántas horas han pasado tus hijos sin comer?

- Bueno, a veces duran hasta mediodía, a veces hasta en la tarde…

- ¿Qué te dicen en ese momento cuando estás esperando?

- Mamá, ¿a qué hora vas a hacer comida? Yo digo: mami ya va, espérese, ahorita busco qué hacerle.

- ¿Y cuándo buscas qué hacerles qué buscas?

- A veces me voy pa’ que mi hermana, ella me da auyama. Mi sobrina me da cualquier cosa y les hago comida.

- ¿Qué es lo que más comen en estos momentos… de crisis?

- Bueno, a veces les doy arroz, pasta. Cuando consigo granos, bueno, les doy frijolitos de esos chinos, de lo que consiga.

- ¿Cuántas veces a la semana pueden comer granos ustedes aquí?

- Bueno ahorita comemos dos y hasta tres veces granos.

- ¿Y carne y pollo?

- No, mucho tiempo que… María…

- ¿Cuántas veces comen granos tus hijos a la semana?

- Tres veces a la semana.

- ¿Y carne y pollo?

- No. Ahorita no.

- ¿Como cuánto tiempo tienen sin comer carne y pollo?

- Guará. ¡Uff! Tienen tiempo que no comen eso.

- ¿Te han llegado a pedir las niñas carne o pollo?

- Sí. A veces me dicen: mami quiero yo comer pollo, quiero comer carnita. Bueno, de hecho, cuando recibí los bonos hace como cuatro o cinco meses que les compré carne molida y les hice pasta porque estaban que querían comer pasta, comer carne molida y les hice.

- ¿Cuál fue su reacción cuando la comieron de nuevo?

- Cuando la vieron: ¡Mami me hiciste pasta con carne! Yo quería comer eso. Pero todos los días hablaban de lo mismo, “cuando yo comí pasta con carne”, “abuela yo comí pasta con carne”. Todos los días echaban el cuento porque habían comido pasta con carne.

- Y cuando hay granos, ¿qué dicen?

- Bueno, se comen lo que hay. Ellas no, no son de esos niños que “no, no voy a comer eso”. Gracias a Dios por ese lado mis hijos se comen todo lo que uno les dé.

- ¿Dayana y cuál es tu mayor preocupación con esta escasez de comida, que al día puede que no tengas alimentos?

- Por mis hijos el peso, el peso que tienen que en verdad no es un peso de un niño de su edad. Eso es lo que más me preocupa.

- Contabas que a las gemelas le diagnosticaron ¿Cómo te enteraste que las niñas tenían desnutrición?

- Bueno, cuando me incluyeron a mi en la broma de nutrición en marzo. Me dijeron que estaban bajo peso.

- ¿Y en qué pensaste?

- Na’guará pensé muchas cosas. Sí me lo suponía porque en verdad no estábamos comiendo como era y entonces me dio cosa porque son mis hijos y verlos con fallas de peso es fuerte…

- Cuando te dijeron que las niñas estaban bajo peso, ¿qué te recomendaron?, ¿qué te dijeron?

- Este… me dijeron que tratara de alimentarlas un poquito mejor, que les diera leche, pero eso es ahorita imposible. Yo no tengo la entrada de dinero como pa’ comprarles a ellas las cosas que me las hagan aumentar de peso.

- ¿Cuánto tiempo tienen sin tomar leche las gemelas?

- Na’guará tienen tiempo. Desde que dejó de venir en la bolsa.

- ¿Y cuándo fue eso?

- Na’guará ya tienen tiempo. Tienen mucho tiempo ya que no toman leche.

- ¿Y huevos Dayana?

- Muy de vez en cuando, cuando los compra mi hermano que compra huevo y les damos, pero del resto… o que los traiga mi mamá porque se los dan donde trabaja.

- Cuando las gemelas empezaron a comer y vino el destete y la alimentación complementaria, ¿comían carne y huevos?

- Sí. Comían huevitos, comían queso, comían mortadela, tomaban leche todavía, pero ya después no.

- ¿Cuántos años tienen en esa situación?

- Tenemos ya como tres años sin…

- Tienes una hija más grande que está en edad escolar. ¿En su escuela hay comedor?

- Sí.

- ¿Y qué le sirven allí a María José?

- Bueno a veces les dan sopa, a veces les dan arroz, a veces les dan carne, a veces les dan pollo. Pero sí granos, su pasta. Claro, que les dan poco, pero…

- ¿Con cuánta frecuencia funciona el comedor?

- Bueno a veces les dan la comida tres veces a la semana. Hasta donde rinda la comida.

- Y las niñas están por empezar el preescolar. ¿Tendrán acceso al comedor?

- Sí. Ellas entran al comedor porque ellas lo tienen en la escuela. Ellas también.

- ¿Te alivia pensar que una vez que entren al preescolar puedan tener acceso a una comida diaria?

- Sí.

¿Por qué las inscribes a los cinco años? Hay niños que suelen entrar a los cuatro, tres y medio…

- Bueno, a mi me dijeron muchas veces que las anotara en un Simoncito, pero con la situación yo en verdad no tengo cómo anotarlas a ellas que estudien un año, al siguiente año y entonces esperé a su edad para, pa’ poderlas inscribir.

- ¿Y cómo te preparas para este año escolar?

- Lo estoy pensando. No, estoy es pensando porque tengo que comprarle zapatos a tres, pero sin embargo las inscribí porque no las puedo dejar sin estudios. Pienso en el uniforme a pesar de que tengo el de María cuando estudiaba, pero ellas son dos.

- ¿Tienes lápices?, ¿colores?

- Hubieron en un tiempo, pero María jugando… acabó con todo.

- ¿Y qué lleva María José a clases?

- No, ahorita no le he comprado cuaderno, tengo que comprarle.

- ¿Y cuáles son tus angustias frente al año escolar que se acerca?

- Bueno, María ya va a estudiar cuarto grado, es un grado más fuerte y ellas dos, preescolar y piden más cosas que en básica. Es más fuerte. Para mí es más fuerte tener dos niños en el preescolar.

- ¿Qué distancias debes recorrer para llevar a tus hijos al médico?

- Muchas, porque agarro dos rutas para ir al hospital y dos de regreso, cuando lo voy a llevar a Jonathan, al médico.

- ¿Y a las gemelas a dónde las llevas?

- No, a las gemelas muy poco las llevo a ellas al médico porque muy poco se enferman y cuando se enferman las llevo aquí al CDI.

- Cuando se enferman y les mandan tratamiento, ¿cómo haces para adquirir esas medicinas?

- Bueno, cuando las hay en el CDI nos las han dado. Gracias a Dios, cuando, las veces que se han enfermado nos han dado los remedios. Pero a veces es difícil, cuando no los hay guardo las recetas porque no cuento con el medio cómo obtenerlas. No las puedo comprar.

- ¿Alguno de tus hijos ha tenido fiebre y tu estás sin la medicina para curarlos?

- Como el caso ayer, que no tenía ni remedio pa’ dale. Yo, a veces hago por hacerle guarapitos con las maticas, pero del resto muy difícil. Antes sí tenía, a veces hasta dos, tres frasquitos, pero ahorita no.

- Volviendo al tema del transporte, ¿has llegado con la escasez de transporte y lo retirado que vives a subir en alguna perrera o lo que llaman rutachivos con tus hijas?

- Sí. Con las gemelas cuando las iba a inscribir que me tocó llevarlas a tomarles la foto. Ida y vuelta en un rutachivo.

- ¿Y cómo fue la experiencia?

- Bueno, pa’ ellas fue otra cosa porque nunca las había sacado así de montarlas en un camión, pa’ mi es un poquito como difícil porque no estaba acostumbrada a andar en un camión, siempre salía en taxi, pero es fuerte andar con los hijos de uno. Primero porque uno arriesga la vida de uno y de los hijos de uno en esos camiones.

- Dayana, ¿llegas a salir de paseo con tus hijas?

- Bueno, ahorita no. No las he llevado nunca a un parque. Antes iba cuando tenía a María, pero ellos no han ido a un parque.

- ¿Las gemelas no conocen un parque?

- No. Ni ellas ni el bebé.

- ¿Alguna vez te lo han preguntado?

- Sí, a veces me dicen: “mamá vamos a salir, llévanos a pasear, vamos pa’ Metrópolis”, pero ahorita pa’ salir por ahí hay que tener plata.

- ¿Y ellas conocen el centro comercial?

- Sí porque ellas han ido, han ido con mi sobrina, han ido hasta con uno mismo cuando uno va pa’l médico que le dicen: “mirá mami, este en Metrópolis”. Pero en sí en sí de entrar y bromas así, cuando estaban chiquititas y eso porque iba a acompañar a mi hermana a comprar las medicinas y eso.

- ¿Y tu hija mayor sí llegó a tener acceso a estas salidas?

- María sí. Al parque, comía helados, salíamos por ahí pa’ casa de mis amigas, pero ahorita con la situación…

- ¿Cuántas veces al mes puedes salir con los niños para dirigirte hacia la ciudad, hacia Barquisimeto, el centro?

- No, muy poco. Cuando me toca salir con ellas que tengo que salir porque me toca llevármelas, pero muy poco.Yo casi no salgo. Después de que las tuve a ellas y tuve al bebé muy poco salgo, primero por los costos del pasaje y a veces que… no me dan ni ánimos ni de salir.

- Y quiero hacerte otra pregunta: ¿qué esperas de tus hijos cuando crezcan?

- Bueno primero que estudien, que se preparen, que sean alguien en la vida. Pero a mis hijos les deseo todo lo mejor, que sean profesionales, que lleguen y cumplan todas las metas que se propongan.

- ¿Las gemelas te han dicho qué les gusta, hacia dónde se inclinan?

- Sí, ellas dicen que quieren ser doctoras.

- ¿Luego del diagnóstico de la desnutrición te han dicho cómo afrontar esta situación los médicos?

- No eso fue algo que, María el bebé… lleva el remedio, mira, María te lo va a quitar.

- ¿No sabes nada de cómo afrontar la desnutrición?

- Bueno, primero con la alimentación, pero igualito. A veces hay y a veces no.

- ¿Y te han llegado a decir si eso tiene consecuencias?

- La falta de vitaminas también, porque mis hijas no toman vitaminas. Antes las tomaban, pero ahorita no. El bebé sí las toma porque su madrina se las compra.

Mi nombre es Dayana Gutiérrez. Vivo en el sector 2 de La Batalla y tengo cuatro niños.

- ¿Tus niños fueron diagnosticados con desnutrición?

- Sí. Tengo a las gemelas con bajo peso.

Mi nombre es Dayana Gutiérrez. Tengo 30 años, tengo cuatro hijos y vivo en el sector La Batalla.

- ¿Y tú también tienes desnutrición?

- También con desnutrición. También.

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