LA SALUD SUCIA DEL CERRO PATACÓN POR ERROL CABALLERO

La contaminación afecta la salud de las comunidades próximas al vertedero de la ciudad de Panamá y las autoridades investigan la concesión de la empresa Urbalia, por haber comprometido las fuentes de agua debido a la falta de controles. A su vez, el Estado falla en la fiscalización de la compañía, no ofrece soluciones al problema y fue demandado por los habitantes de la zona.

PANAMÁ.- El olor a basura todo lo penetra. Está en las calles que serpentean el relleno sanitario de Cerro Patacón, en ciudad de Panamá, donde diariamente se depositan aproximadamente dos mil toneladas de basura. Para los recién llegados es la primera señal de alerta: vivir cerca de Patacón enferma. Y en algunos casos también mata.

Jackeline Chango, de 39 años, es residente de La Isla, un barrio marginal levantado en las márgenes del Mocambo, uno de los ríos que atraviesa la zona. Cuando el sistema de distribución de agua potable falla -como sucede frecuentemente en el sector -, ella junto a su esposo Domecin y sus hijos, todos de la etnia Emberá, bañan, friegan y lavan en la quebrada. Lo hacen por necesidad, a sabiendas de que todo ha sido contaminado por la basura.

Pero su hijo Kelvin de cinco años se bañaba en la quebrada sin tener conciencia del peligro. En diciembre bebió del río. A los dos días tuvieron que llevarlo al hospital Santo Tomás, aquejado por dolores en su cuerpo. Los médicos identificaron una bacteria que le afectaba el pulmón. Su padre le donó sangre, pero no bastó para salvarlo. Después de sufrir un paro cardiaco, Kelvin falleció el 31 de diciembre al mediodía, en la víspera de Año Nuevo.

lixiviado
Masculino. Ecología
1. Líquido residual, generalmente tóxico, que se filtra de un vertedero por percolación.

La contaminación del aire, suelo y ríos hacen que la zona próxima a Patacón haya sido catalogada por Aurelio Rangel, director de la región metropolitana de salud, como inhabitable, un “ambiente contaminado desde todo punto de vista”. Hay más documentación oficial que respalda su afirmación: dos informes del Ministerio de Salud (MINSA) concluyeron en 2017 que el origen del problema se debe, en parte, a los líquidos contaminantes que se filtran a través de los residuos sólidos, más conocidos como lixiviados.

Además, una investigación abierta por el Ministerio Público determinó, luego de una inspección técnica en el vertedero, que la contaminación podría generar “varios tipos de cáncer”. Todo un riesgo para Kuna Nega, una comunidad fundada a principios de los ochenta que hasta 2017 contaba entre 6 y 7 mil habitantes -según datos oficiales- que permanecen expuestos a la contaminación.

La investigación desarrollada en el marco de la iniciativa para el periodismo de investigación de las Américas del International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con CONNECTAS, encontró que desde el Estado señalan como responsable a Urbalia Panamá SA, la empresa concesionaria que se encarga de la operación de Cerro Patacón, que en 2011 fue comprada por la firma colombiana Interaseo SA. Entre sus accionistas se encuentra el empresario colombiano William Vélez Sierra, más conocido como el “Zar de la basura”, según consta en el registro público panameño. En 2016, el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) abrió dos procesos administrativos contra Urbalia por “incumplimiento a las medidas establecidas en las herramientas de gestión ambiental”.

Los incumplimientos de la empresa señalados por el Estado son: el manejo deficiente de los lixiviados, con lagunas de acumulación sin la capacidad y el resguardo requerido; la falta de cubrimiento de los desechos, que quedan expuestos y sujetos a dispersión en el aire o la lluvia; el manejo de las aguas pluviales, que se mezclan con los lixiviados acumulados; la disposición de neumáticos, que ingresan al relleno sin ser triturados para evitar incendios y la proliferación de mosquitos, entre otros.

Esta investigación envió un cuestionario a la empresa para preguntarle si se están cumpliendo las normativas en cuanto a gestión de desechos y si se habían realizado estudios para medir las afectaciones a la salud de las comunidades cercanas. Al cierre de esta nota, no se había obtenido respuesta.

Tras una docena de inspecciones conducidas a lo largo de los últimos cinco años, los procesos administrativos en MiAmbiente se encuentran en espera de “resolución final”. En caso de que se compruebe de que Urbalia haya incumplido con los controles ambientales las sanciones podrían abarcar desde amonestación escrita hasta la suspensión temporal o definitiva de las actividades de la concesionaria. El contrato para la operación del relleno sanitario será sometido a revisión, anunció recientemente Pedro Castillo, administrador general de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD).

A pedido del Gobierno, Ineco, consultora española que ha participado en proyectos de ingeniería civil en diferentes países, advirtió en un informe de 2017 sobre altos niveles de metales pesados en las fuentes hídricas, agua que, según el Ministerio Público, no puede ser utilizada por la contaminación. Por este motivo, el baño recreativo -que suelen realizar muchos niños en esta zona- puede convertirse en una práctica nociva, como señala MiAmbiente en su último monitoreo de calidad de agua realizado en el 2018.

MiAmbiente y AAUD -encargada desde 2010 de la administración de los rellenos sanitarios- fueron demandados por vecinos de la comunidad de Kuna Nega por “inacción” ante la contaminación por lixiviados en los ríos Mocambo y Cárdenas, según reportó el año pasado el diario La Prensa.

La situación en Cerro Patacón, que inició operaciones en 1986 -en plena dictadura militar-, empeoró en la última década por una medida que tomó el Estado. El MINSA autorizó en 2009, durante el gobierno de Martín Torrijos, la admisión de residuos hospitalarios, lodos fecales y otros desechos conocidos como no aceptables o peligrosos. En aquella época estaba bajo administración del municipio de Panamá.

La medida sería derogada en el 2017, cuando una nueva resolución estableció que los desechos provenientes de los hospitales (que son más peligrosos) deberían ser tratados previamente a su ingreso a Patacón con acciones como la incineración, entre otras. Pero para Alida Spadafora, exdirectora del programa de Basura Cero de la Alcaldía de Panamá, no existe certeza de que esto se esté cumpliendo en la actualidad a pesar de lo que exige la normativa.

Se reportan casos de infecciones cutáneas y respiratorias, también diarrea y parásitos en el centro de salud de Kuna Nega. El departamento de registros médicos ha contabilizado:

ENTRE ENERO Y JUNIO DEL 2019
CASOS DEGASTROENTERITIS
INFECCIONES AGUDASEN VÍAS RESPIRATORIAS
CASOS DEPARASITOSIS INTESTINAL

Enfermedades que podrían estar vinculadas a la contaminación de la zona.

Otra infección en las vías respiratorias, la rino-faringitis aguda registró la morbilidad o incidencia más elevada, según estadísticas recogidas entre los años 2012 y 2018. La gastroenteritis y la pioderma -trastorno que provoca la aparición de llagas en la piel- se ubicaron entre las cinco enfermedades más frecuentes. Pero en cambio, fuera de Kuna Nega, en el Centro de Salud Rómulo Roux de Pueblo Nuevo, las afecciones gastrointestinales, en las vías respiratorias y en la piel han reducido su incidencia en los últimos años.

La experta Spadafora considera que el problema ya ha superado la capacidad de fiscalización del Estado. El contrato para la operación del relleno sanitario de Cerro Patacón establece sanciones por el incumplimiento de regulaciones ambientales, que van desde 500 dólares de multa por evento hasta iniciar el proceso que permitiría dejar sin efecto la concesión. En cuanto al sistema de recolección de lixiviados, tres incumplimientos durante la vigencia del contrato también podrían culminar con la extinción de este. Según expertos consultados para esta investigación, MiAmbiente ha impuesto multas pero la empresa ha dilatado el proceso con apelaciones.

La justicia también tomó cartas en el asunto. Después de que la Defensoría del Pueblo y MiAmbiente recibieran denuncias por la contaminación, el 15 de abril la fiscalía ambiental condujo una inspección ocular. De acuerdo con el sitio web del Ministerio Público, “un mal manejo” de las tinas que son utilizadas para la captación de lixiviados representa “un riesgo de contaminación por derrames, causando graves problemas de salud”. Todavía está pendiente otra diligencia para la toma de muestras en los ríos de Kuna Nega.

Mientras el Gobierno, la empresa y la Justicia debaten sobre el asunto, las madres de Cerro Patacón están desveladas por las afecciones que aquejan a sus hijos. Las historias sobre enfermedades se acumulan como las capas de desechos que depositan todos los días los tractores. Historias como la de Madais, quien hace tres años se mudó junto a su esposo y dos niños a La Isla. Apenas se instalaron, sus hijos sufrieron vómitos y diarrea. La familia se mudó a la calle central de Kuna Nega para tomar un poco de distancia de la basura. Desde entonces sus hijos ya no se han vuelto a enfermar.

Cuando las moscas invaden todo, Marcia Kosano cierra las puertas de su vivienda, levantada al borde de un camino empinado. En el pequeño chalet también vive la hija de 10 años de Betzaida Pacheco, quien se enfermó. El año pasado fue atendida por dermatitis en el Centro de Salud del Valle de Urracá, fuera de la comunidad.

Mientras pela mangos frente a unos tablones donde ofrece las ensaladas que prepara, entre las moscas que se arremolinan en el centro de Kuna Nega, Yaneth Flores, también de La Paz, recuerda que hace dos años fue atendida en el subcentro de salud, que se encuentra a tan solo unos pasos. Padecía de brotes, alergias en la piel. El médico le dijo que eran producto de la contaminación.

Aunque el relleno sanitario está en Patacón, los ríos extienden el problema. En Clayton, en las riberas del Canal, los moradores se quejaban de malos olores provenientes del río Mocambo, que también atraviesa la antigua base militar. “Es evidente que existe una contaminación tanto por lixiviados provenientes del relleno sanitario de Cerro Patacón y por aguas residuales provenientes de la tina de los lodos por excavación que desemboca directamente en la fuente natural de agua”, advierte un reporte oficial realizado en 2017 por el MINSA.

Asimismo, se describe una inspección en el río Mocambo, cuya agua cambiaba de clara a oscura y “con olor característico a la descomposición de basura”. Es una contaminación agravada por la proliferación de asentamientos informales desprovistos de sistemas de recolección de aguas residuales ni desechos. A la sombra de Cerro Patacón la basura se acumula en los ríos y veredas, contribuyendo a la insalubridad.

Luego de las inspecciones oficiales, los camiones que hasta el 2017 entraban al vertedero para depositar “lodos fecales” actualmente lo hacen en la planta de tratamiento del millonario Proyecto Saneamiento de la Ciudad y la Bahía de Panamá, que construye la empresa Odebrecht, en Juan Díaz, al este de Patacón.

Pero según María Chávez, de la Red Ciudadana Urbana, en Clayton la comunidad sigue preocupada por el tema de los lixiviados. Entre los contaminantes presentes en las fuentes hídricas se encuentran metales pesados: cadmio, hierro y plomo en concentraciones que rebasan los niveles permitidos, precisa el estudio encargado por el Estado a la consultora Ineco.

Después de esperar años sin una respuesta estatal, los moradores de Kuna Nega todavía viven entre la basura y la enfermedad. A más de siete meses de la muerte de Kelvin, a Jackeline todavía le cuesta explicar las causas que provocaron la muerte de su hijo. Dentro de su pequeña casa con piso de tierra la espera otro de sus hijos. Ha sufrido brotes en la piel por el contacto con aquella quebrada que se ha convertido en un peligro para Jackeline y los suyos, y que continúa enfermando a quienes viven allí.

En el relleno sanitario de Cerro Patacón, diariamente se depositan aproximadamente dos mil toneladas de basura. Vivir cerca de Patacón enferma. Y en algunos casos también mata.