Un fondo de transición energética sin prender

México camina lentamente en la generación de energías renovables y, muy al contrario, se prioriza la utilización de energías fósiles, a pesar de la urgencia de proteger el medio ambiente y tomar medidas contra la crisis climática.

Autos eléctricos y centro de cargas adquiridos con recursos del Fondo por el gobierno del estado de Aguascalientes. Crédito: Gobierno del Estado de Guadalajara

El país, desde hace 11 años, cuenta con diversos mecanismos institucionales para fondear la transición energética, sin embargo, hay deficiencias en su aplicación y en la utilización de los recursos asignados, así como en las metas proyectadas que se incumplen, pero no por cuestión de carencia de tecnologías o de leyes, sino de voluntad política, según investigadores y especialistas.

Desde hace 30 años se iniciaron los pasos para el aprovechamiento sustentable de la energía en México, con la creación de organismos y fideicomisos institucionales, pero hasta ahora arrojan pobres resultados.

Hasta el 2018, del total del consumo de energía en el país, solo cerca del 25 por ciento provenía de energías limpias, y posiblemente continuará en esa cifra, pues la apuesta gubernamental actual es por una mayor inversión para producir combustibles fósiles.

Para el 2019, el panorama será adverso para coadyuvar en un mejor ambiente, pues la Secretaría de Energía (Sener) del gobierno mexicano, de su presupuesto total 26 mil millones de pesos, unos mil 346 millones de dólares; sólo destinó el 0.1 por ciento a la Subsecretaría de Planeación y Transición Energética.

Mientras tanto,para la Empresa Productiva del Estado Pemex, el Presupuesto de Egreso de la Federación le asignó en este año, 82 mil 527 millones de pesos, equivalentes a 4 mil 274 millones de dólares, para rescatar el sistema nacional de refinación de hidrocarburos. Además de recursos extras reasignados para la extracción de petróleo.

Ismael Ruiz, investigador del Centro de Cambio Global y Sustentabilidad en el Sureste de México A.C., señala que la transición energética en México está detenida. “La prueba más palpable es la suspensión por la nueva administración federal de las subastas a largo plazo encaminadas a la generación de energía eléctrica mediante energía solar”.

Asimismo, Beatriz Olivera, investigadora de FUNDAR Centro de Análisis e Investigación A.C, considera que aunque México inició el camino adecuado para lograr la transición energética, es la falta de voluntad política el principal freno para entrar de lleno al desarrollo de las energías renovables, pues el problema no es de carácter económico ni técnico.

A pesar de contar con amplio potencial para la generación de energía solar y eólica, suficiente para producir en un año la que necesita el país, sigue la apuesta oficial por los combustibles fósiles.

La dependencia energética

De acuerdo con la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE), México es altamente dependiente de los hidrocarburos.

Desde 2016 la matriz energética se ha mantenido estable frente al uso de fósiles y fuentes alternativas. En ese año el 80 por ciento de las fuentes de energías provenían de fuentes fósiles. En 2017 hubo un pequeño descenso del uso de petróleo, pero porque fue reemplazado por gas.

Fue hasta mediados del año 2018 cuando se reportó una reducción significativa de las energías fósiles. En ese año las energías renovables llegaron a representar casi el 25% de las fuentes energéticas utilizadas en este país.

Según datos de la Comisión Económica para América Latina, la CEPAL, la situación no es exclusiva de México. En el año 2016, el petróleo fue la principal fuente de energía consumida en países de Latinoamérica, entre el 40 y el 80%, con la mayor proporción observada en Ecuador y Panamá, donde alcanza el 80% en el consumo final de energía.

Consumo energético en México. Fuente: CONUEE y Sistema de Información Energética

Avance a medias

Para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), solo México y Brasil destacan en el tema de eficiencia energética a nivel Latinoamérica, dado que desde tiempo atrás han consolidado sus marcos institucionales y regulatorios en materia de eficiencia energética e implementado programas en ese sentido. Una posición halagadora, pero que no refleja la realidad.

Desde 1989 cuando México creó la Comisión Nacional para el Ahorro de la Energía (CONAE), con el objetivo de promover la eficiencia energética y funcionar como el órgano técnico en materia de aprovechamiento sustentable de la energía en el país, la nación ha intentado avanzar en el tema.

En ese mismo año, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) creó el Programa de Ahorro de Energía del Sector Eléctrico (PAESE) con el objetivo de producir y distribuir energía eléctrica al menor costo, así como promover su uso eficiente.

Para 1990 se creó el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), con la finalidad de impulsar el ahorro de energía eléctrica y el desarrollo de una cultura del uso racional de la energía.

Con la publicación de la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, el 28 de noviembre del 2008, se instauró el Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (FOTEASE), un instrumento financiero que destinaría recursos para la transición energética, el ahorro de energía, las tecnologías limpias y el aprovechamiento de las energías renovables.

Durante las discusiones en el Legislativo se mencionó que este instrumento financiero ayudaría a romper la dependencia de México con los hidrocarburos.

El artículo décimo primero de los transitorios de la ley aprobada, señalaba que en el Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal 2009, se destinarían tres mil millones de pesos para el FOTEASE,  monto que repetiría cuando menos en los años 2010 y 2011.

Sin embargo, la primera aportación al FOTEASE, realizada en febrero del año 2009, fue de 600 millones de pesos, muy lejanos a los tres mil millones programados inicialmente.

En el 2010, ese organismo recibió uno de los montos mayores en su historia. En ese año el fondo reportó ingresos por mil 972 millones de pesos, de los cuales mil millones de pesos fueron recursos transferidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que originalmente los aplicaría la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación, SAGARPA, pero por acuerdo legislativo fueron destinados al FOTEASE.

Hasta el mes de mayo del año 2019 el FOTEASE reportaba ingresos por más de nueve mil millones de pesos, unos 466 millones de dólares, transferidos en su mayoría por el banco de desarrollo Banobras. Tras esos ingresos, el dinero se estancó.

Diez años después de su creación, el FOTEASE apenas llegó a sumar los nueve mil millones de pesos, los que debió recibir en sus primeros tres años de vida.

Festín energético ¿Qué ha pasado con el dinero?

Hasta diciembre del año 2018, el FOTEASE ha financiado un total de 48 proyectos y concluido 21 de ellos. Al inicio del año 2019 se registran seis proyectos más aprobados, pero que no han recibido aportación alguna.

Estos recursos han servido para financiar todo tipo de iniciativas. Algunos que caerían en verdaderas ocurrencias y otros en esfuerzos aislados que poco suman a una real transición energética del país.

Entre los beneficiarios de los recursos del FOTEASE se encuentra la Fundación Televisa, un organismo asistencialista del gigante televisivo del continente, que en el año 2012 recibió un millón 750 mil pesos para el proyecto Balón de Luz, por medio del cual entregó a niños más de cinco mil balones que generaban energía eléctrica mientras eran usados.

México entregó a Fundación Televisa recursos públicos dirigidos a modificar el consumo nacional de energía. Crédito La Silla Rota / José Manuel Arias

Entre los beneficiarios del fondo hay organizaciones extranjeras como TETRA TECH de Pasadena, California, en el año 2012 recibió un millón 750 mil pesos para la integración de un protocolo para proyectos de eficiencia energética en México.

También se encuentra la consultora InTrust Global Investments LLC, con sede en Washington, Estados Unidos, que, junto con la Universidad de Harvard, en el año 2014 recibió 25 millones de pesos para la capacitación de 270 profesores en su programa de Liderazgo aplicado en energías renovables.

Esto a pesar de que unos años atrás, en el año 2011, el Fondo sectorial SAGARPA-CONACYT financió con recursos de este mismo Fondo, la maestría de Tecnología en Producción Sustentable en Bioenergéticos en el Colegio de Postgraduados, Campus San Luis, con un costo de un millón de pesos.

Nos los vendieron a precio de oro”, dice el Profesor del Instituto de Ingeniería de la UNAM, José Luis Fernández Zayas al rememorar los proyectos aprobados por el Fondo de Transición a organismos extranjeros.

Asimismo, entre los beneficiarios del FOTEASE se encuentran Organizaciones civiles como Ilumexico que en 2011 recibió cinco millones 800 mil pesos para llevar iluminación mediante sistemas solares en comunidades de alta marginación con poco acceso a la red eléctrica en los estados de Veracruz, Guerrero, Campeche y Quintana Roo.

Energía Sonora es otra de las organizaciones civiles que en el año 2015 recibió 95 millones de pesos para la colocación de aerogeneradores de energía y el Centros de especialistas en gestión ambiental A.C., que en ese mismo año recibió 9 millones 710 mil pesos para apoyar en el secado del café mediante energía solar.

Otros de los beneficiarios del FOTEASE son las dependencias del Gobierno federal mexicano, a las que cada año se les destinan recursos para el cumplimiento de sus objetivos de ley. Sin embargo, esto no impidió para que el Fondo de transición también les otorgara recursos cada año.

Es así que el Fideicomiso para el ahorro de la Energía, el FIDE, ha recibido 6 mil 600 millones de pesos para el desarrollo de nueve proyectos.

La propia SENER ha recibido mil 336 millones de pesos para siete proyectos ejecutados.

Por su parte, la Secretaria de Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), desde el año 2010 ejerce un proyecto de mil 192 millones de pesos, que han servido para financiar a cinco fideicomisos de esta secretaría federal. En este gran proyecto multianual denominado BIOECONOMIA se incluyen los mil millones de pesos que se transfirieron al Fondo y que la SAGARPA ha ejercido de forma exclusiva.

El 97% de los recursos del FOTEASE la han aplicado dependencias federales que ya cuentan con presupuesto asignado. La SAGARPA es una de las instituciones públicas más apoyadas. Crédito La Silla Rota / José Manuel Arias

Mientras, otros organismos de la administración pública federal como la Comisión Nacional para el uso eficiente de energía, el Instituto Nacional de electricidad y energías limpias, la Comisión Federal de electricidad y la Comisión Reguladora de Energía han ejercido en conjunto un total de 558 millones de pesos.

De esta forma las dependencias federales han ejercido 9 mil 686 millones de pesos que representan el 97% del total de recursos que el Fondo ha destinados a los proyectos aprobados.

Con los años, el Fondo se ha convertido en un administrador de recursos para otras dependencias federales.

Algunas irregularidades

A pesar de los millones invertidos, el Fondo carece de personal propio que pueda realizar acciones de seguimiento a los proyectos aprobados, lo que no permite dar certeza del uso efectivo de estos recursos públicos destinados para la transición energética.

La misma Secretaría de la Función Pública, SFP, acepta que el fondo no cuenta con el personal necesario para poder verificar en otras dependencias que no se estén duplicando apoyos, toda vez que el fideicomiso no permite el pago de actividades administrativas propias del fondo. Por eso,las revisiones sobre las acciones del Fondo son realizadas por la SFP y la Auditoría Superior de la Federación, ASF, cuando sus programas de fiscalización anual lo permiten.

En el año 2015, la ASF revisó siete proyectos, en los que se señala que el FOTEASE “no fomentó ni realizó el monitoreo operativo de los proyectos ejecutados para la supervisión del cumplimiento de proyectos de inversión, ni la evaluación de la comprobación del gasto”.

En el proyecto denominado Energía Sonora, el órgano de control detectó que el responsable no cumplió con todas las acciones comprometidas, ni comprobó más de tres millones de pesos, del total de recursos entregados. A pesar de estas irregularidades, el FOTEASE autorizó una ampliación del presupuesto de este proyecto por 20 millones más.

Para el año 2014 la ASF detectó irregularidades en uno de los proyectos financiados por el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (FOCIR), a la empresa Morfomet Advisor, S.A.P.I. de C.V: en la que se menciona un remanente de más de cinco millones de pesos, para el proyecto de producción de pellets de madera, mismo que fue recuperado mediante la judicialización del caso, posterior a la intervención de la Auditoría Superior.

En esta misma revisión del año 2014, la ASF detectó en unos de las acciones apoyadas por el Proyecto multianual Bioeconomía, que los recursos que se transfirieron conforme al convenio correspondiente, fueron depositados a la cuenta del ex socio principal y exrepresentante legal de la empresa receptora, que en ese entonces era un servidor público que fungía como Secretario de la Comisión de Economía e Integrante de la Comisión de Energías Renovables de la Cámara de Diputados de la Legislatura LXII, aunque unos días después este transfirió los recursos a la cuenta de la empresa.

En ese mismo año, la ASF encontró que el Fondo financió un proyecto sin tener los permisos ambientales para su realización en el estado de Quintana Roo. Además de otras irregularidades en la aplicación de los recursos. Por lo que el implementador inició acciones para la recuperación de los recursos entregados hasta ese momento.

Las irregularidades aparecieron desde años atrás. En la revisión al ejercicio fiscal 2011, la ASF también detectó dentro de Programa de sustitución de equipos electrodomésticos para el ahorro de energía, que se otorgaron dos y tres apoyos directos al mismo beneficiario.

Del cotejo de 464 facturas en el sistema integral de comprobantes fiscales del módulo de verificación de comprobantes fiscales impresos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), por un importe de dos millones 253 mil pesos, el sistema las reportó como presuntamente apócrifas y como resultado de la visita al proveedor éste aceptó haberlas expedido sin cumplir con las obligaciones fiscales del ejercicio 2010, lo cual era un requisito para participar en el programa.

Otros desvíos

No son las únicas irregularidades en el uso de los recursos del FOTEASE. De la revisión documental a los proyectos apoyados, se desprende un uso político de algunos recursos.

Caso específico fue lo ocurrido en el año 2017, cuando el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL), reportaba que en el municipio del Juchitán de Zaragoza en el estado de Oaxaca, se habían creado  grandes parques eólicos privados, mientras la población aseguraba que no se ha beneficiado de los parques.

Para que la población percibiera los beneficios de la utilización de un recurso renovable abundante en la región, el FOTEASE aprobó el proyecto Juchitán Sustentable, por medio del cual generaría electricidad que se vendería a terceros y las ganancias económicas se distribuirían entre los habitantes de ese municipio.

No es el único proyecto apoyado por el Fondo en dicho sentido y en la misma zona. Otro caso registrado es el proyecto de Eficiencia Energética en Servicios Públicos municipales en el Istmo de Tehuantepec, el cual formó parte de las negociaciones encabezadas por la SENER para obtener el consentimiento de la comunidad indígena zapoteca de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, para la construcción y operación del proyecto de generación de energía eólica de la empresa Energía Eólica del Sur en el año 2015.

Por única vez la SENER se comprometió a cambiar cinco mil 242 equipos de alumbrado público por equipos con tecnología eficiente, acción que fue realizada por la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía.

La documentación pública del FOTEASE evidencia un uso político de los recursos del fondo. El caso más evidente fue la sustitución de luminarias en Juchitán. Oaxaca. Crédito La Silla Rota / José Manuel Arias

Dinero a terceras manos

Los informes de los proyectos también muestran que el FOTEASE ha apoyado a solicitantes que no tienen la capacidad técnica ni humana para la implementación de los proyectos para los que solicitaron los apoyos, por lo que subcontrataron a un tercero para que realizara las actividades comprometidas con el Fondo.

Es el caso del proyecto aprobado en el año 2015 a la Instrust Global Investment, sociedad legalmente constituida en los Estados Unidos y con oficinas en Washington DC.

Sin embargo, el convenio fue firmado con Instrust Global Mexico S.C, a quien se le entregaron 25 millones de pesos para la ejecución del proyecto Educación aplicada para la integración de proyectos de energía limpia en alianza con universidades estatales y tecnológicos federales, sin que fuera problema que una persona fuera la solicitante y otra la receptora de los recursos.

Otro caso es el de la Asociación Mexicana de Energía Eólica que en el año 2013 destinó un total de 75 mil dólares (982 mil 192 pesos), al pago de los servicios de Price Water Houses Coopers, Asesores de Negocios. S.L, lo que representaba el total del financiamiento otorgado por el Fondo para la implementación del estudio eólico.

Pagos dobles

La documentación entregada por el Fondo de Transición muestra que algunos estudios se han pagado en más de una ocasión, caso específico de los atlas de Energía Eólica.

En el año 2013 la Asociación Mexicana de Energía Eólica recibió 975 mil pesos para la implementación del Estudio del potencial Eólico en México.

Un año después, en el año 2014, la Comisión Federal de Electricidad recibió apoyos por 18. 4 millones de pesos para la implementación del proyecto Atlas Nacional de Oleaje y Eólico

Así mismo, durante el año 2015 la CFE ejerció 14.6 millones de pesos para el proyecto Elaboración de un Atlas Eólico Nacional y desarrollo de la capacidad para hacer posible la planeación de la explotación del recurso eólico en México.

En ese mismo año, el Instituto de Investigaciones Eléctricas recibió 62.3 millones de pesos para la integración de un Atlas Eólico mexicano.

El #FOTEASE pagó hasta en tres ocasiones estudios técnicos en materia de energías eólicas. Crédito La Silla Rota / José Manuel Arias

Estas acciones documentadas por la SENER y los órganos de control dan cuenta de la poca efectividad de los recursos del FOTEASE para el cumplimiento de su objetivo último, lograr la transición energética, romper la dependencia del petróleo y aportar a las energías renovables.

A pesar de haberse buscado insistentemente al responsable del Fondo en la SENER para que respondiera en cuanto al manejo de los recursos públicos, este nunca dio respuesta a la solicitud de entrevista.

El problema no es el dinero, ni un marco regulatorio, afirma Beatriz Olivera, Investigadora de FUNDAR Centro de Análisis e Investigación A.C., el asunto obedece a  cuestiones políticas s que continúan colocando en el centro del interés nacional a la actividad petrolera.

El asunto tampoco es exclusivo de este Fondo, señala Fernández Zayas, especialista de la UNAM. Los programas nacionales en materia energética “no tienen una clara identificación de lo que hay que apoyar y con qué propósitos”. Eso ha sido aprovechado por algunas personas, aunque con poco beneficio para la sociedad mexicana.

A esta situación se suman las nuevas prioridades energéticas del gobierno mexicano en la que las energías renovables pasan a segundo término.

La posición fue fijada el pasado mes de abril cuando el director general del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), Alfonso Morcos Flores, señaló ante legisladores federales que “la meta de 35% de energías limpias en 2024 para mí es irrealizable”. No es el único funcionario federal que comulga con esta posición.

Tiempos difíciles para la transición energética

Para la investigadora Beatriz Olivera, “Los avances logrados en los sexenios anteriores se han visto detenidos en la actual administración del presidente Andrés Manuel López Obrador”, pues la prioridad de su política energética busca rescatar la industria petrolera Mexicana.

Las energías renovables “son asuntos de agenda pública en países desarrollados”, afirma el investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, José Luis Fernández Zayas, quien optimista pide “esperar a que dentro de unos meses los tomadores de decisión volteen a ver hacia las energías renovables” en el país.

Este investigador de la máxima casa de estudios en México recomienda una revisión de las acciones del Fondo de transición energética. “Si bien se cometieron errores, también es cierto que se tuvieron aciertos”, pero ahora lo más importante es “ver cómo le hacemos para caminar hacia adelante”.

Hasta marzo de este año, el fondo ha recibido una aportación federal de 516 millones de pesos y tiene a la espera de desembolso seis proyectos aprobados el año pasado.

Esto hace suponer el interés del gobierno federal en continuar inyectando recursos a este Fondo de transición. De ser así. es importante hacer una pausa, revisar, fortalecer y continuar.

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Este trabajo fue realizado por Jose Manuel Arias para La Silla Rota en alianza con CONNECTAS con el apoyo del Programa Regional de Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer (EKLA-KAS).

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