Periodismo en el exilio: ¿cómo reportar desde el exterior y tener impacto en casa?

Un panel compuesto por cuatro periodistas obligados a vivir en el exilio puso en contexto los grandes desafíos que enfrentan para continuar informando.

Periodismo en el exilio
Foto: Knight Center for Journalism in the Americas

El periodismo ha sido catalogado por distintas organizaciones de derechos humanos como una de las profesiones más peligrosas del mundo, y cuatro periodistas así lo corroboraron al contar sus experiencias y esperanzas en la edición 24° del Simposio Internacional de Periodismo Online (ISOJ), un programa del Centro Knight para el Periodismo en las Américas de la Universidad de Texas.

“Contar la verdad es un acto de resistencia”, declaró el periodista nicaragüense y director de la publicación digital Confidencial, Carlos Fernando Chamorro, al iniciar el último panel del sábado. “El exilio ya no es una situación de emergencia temporal (…) ahora es una condición permanente a mediano plazo que plantea importantes desafíos”.

Entre estos desafíos destacó cinco como los más importantes: seguridad digital para los periodistas y las fuentes, elevar los estándares de verificación y corroboración de la información, seguir innovando en plataformas digitales, promover el periodismo colaborativo, y hacer posible la sostenibilidad financiera del periodismo. 

Chamorro enfatizó que es necesario buscar nuevos modelos de gestión financiera para seguir haciendo periodismo desde el exilio “ya que nuestros anunciantes tradicionales también han sido criminalizados”.

Chamorro es uno de los 178 periodistas nicaragüenses que viven actualmente en el exilio y una de las 317 personas despojadas de su nacionalidad en lo que va de este año. Su publicación, Confidencial, ha sido confiscada e incautada en dos ocasiones por el régimen de Daniel Ortega. 

Por su parte Olga Churakova, periodista rusa independiente y presentadora de podcasts que cubren acontecimientos políticos en Rusia, enfatizó que “ser declarada como agente extranjero (criminalización del periodismo) te lleva al cierre porque nadie quiere darte información por temor al gobierno. No podíamos decir ni la palabra ‘guerra’. Todo es calificado como delito”. 

La periodista mencionó que hay unos 20 periodistas condenados en Rusia a más de 10 años de cárcel por difundir información supuestamente falsa. “No nos rendimos y no se nos está silenciando, pero no nos sentimos totalmente seguros aunque hayamos salido del país”. 

Para Churakova, depender de las subvenciones y ayudas filantrópicas no es una opción. “Queremos ser sustentables por nosotros mismos”, dijo. También apuntó la necesidad de mayor seguridad migratoria. “Necesitamos visas para viajar a otros países de Europa y conseguir empleos alternativos para poder seguir”.

Más adelante, el trabajo de los reporteros en Myammar fue representado por Danny Fenster, editor general de Frontier Myanmar, una revista de noticias de investigación galardonada que cubre negocios y política. 

“Myammar es el segundo país después de China en implementar la tortura. (Allá) se encarcela a los periodistas y las fuentes están aterrorizadas. No quieren hablar. La mayoría de los periodistas optan por abandonar la carrera para sobrevivir”, recalcó.

Fenster fue encarcelado por la junta de Myanmar durante casi seis meses en 2021 por sus informes sobre negocios vinculados al ejército, pero fue liberado luego de negociaciones con Estados Unidos. Actualmente es becario en la Universidad de Harvard e investiga cómo los periodistas en el exilio utilizan herramientas digitales emergentes para seguir informando sobre regímenes represivos.

Para finalizar, Juan Luis Font, periodista guatemalteco exiliado en Estados Unidos que transmite ConCriterio TV y Radio ConCriterio, especificó que en Guatemala lo que existe es una “tiranía corporativa”. “No es una dictadura como la de Nicaragua (…), pero pareciera que buscan cada vez nombrar a un presidente distinto, pero bajo el mismo sistema”.

Para Font, “hacer periodismo profesional y el ataque contra la libertad de expresión” son dos de los mayores desafíos desde el exilio. Al mismo tiempo, señaló que es necesario que otros medios de la región se interesen en realizar “una mayor cobertura, más profunda, para aumentar el interés por lo que pasa en Guatemala”. 

Este planteamiento fue apoyado por Chamorro, Churokova y Fenster, quienes también apelaron “por un mayor interés de la prensa internacional” en sus países.

 Debido al grave peligro que corren los colegas que siguen reportando desde el interior de estas naciones por el cerco legal que estos regímenes les imponen, los panelistas omitieron brindar mayores detalles sobre las tecnologías que utilizan para continuar con su trabajo desde el exilio.

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