Contra el elitismo acomodaticio

¿Cómo conectar con la audiencia y salvar la distancia que se ha producido entre los intereses de los periodistas y lo que quieren leer los lectores? Son los medios de comunicación quienes deben ir al encuentro de estos últimos y no al revés, coincidieron los panelistas del ISOJ 2023 que abordaron este tema.

Foto: Knight Center for Journalism in the Americas

Por David Ernesto Pérez, miembro de #CONNECTASHub

Tiempo atrás descubrí una contradicción descorazonadora: los lectores del diario digital para el que entonces trabajaba consumían felices tanto los artículos de nota roja cuyos titulares salpicaban sangre como los que contaban las frivolidades de la provinciana farándula del país en el que nací, mientras pasaban de largo frente al mostrador de los reportajes de profundidad que unos pocos todavía luchábamos por publicar.

Con el tiempo, la tiranía del clic se apoderó de la redacción y yo me largué con unas preguntas existenciales encima: ¿Por qué la curiosidad invasiva sobre la vida privada y el morbo tóxico interesan más en comparación con temas esenciales que nos afectan a todos como la corrupción? ¿Por qué mengua con tanta frecuencia el número de interesados en temas vitales para la democracia como el control del poder?

Unos años después el periodista argentino Martín Caparrós instaló en la agenda una cuasi doctrina que fue titular en varios periódicos hispanoamericanos: “Hay que escribir contra el público”, es decir, navegar a contracorriente de las apetencias dañinas que solo obnubilan la mente.

Esa, sin que pretenda opacar la lucidez de ese hombre que tanto ha viajado, escrito y publicado, es una idea que merece ser ampliada. Y en ese punto nos encontramos con un reto tan imposible como recorrer en monociclo el sistema montañoso de los Himalayas: desprenderse de las estáticas fórmulas ocupadas por las élites intelectuales que se sienten dignas de ocuparse solo de los grandes asuntos de la cosa pública —el despilfarro de los funcionarios, por decir una sola cosa que en Centroamérica solemos criticar, pero muy pocas veces explicar el impacto en la vida de los ciudadanos— y casi nunca de los problemas que por pequeños que parezcan son igual de reales para la vida diaria de las personas.

El desdén por las cosas que juzgamos pequeñas ha provocado distancia entre los periodistas y los lectores y ese espacio de incomprensión lo siembran de cardos los demagogos de nuestra época —llámese Donald Trump, Bukele, Ortega— que pretenden mantenerse eternamente elevados en las alturas del poder sin que nadie ose cuestionarlos.

Pero no todo es vacío y fracaso. Hay ideas. Hay experiencias. Hay estudios en un campo de preguntas cuyas primeras respuestas están en construcción.

En el panel Cómo responder a la evasión de noticias y volver a conectar con las audiencias a través de nuevos enfoques, del 24° Simposio Internacional de Periodismo Online, organizado por el Centro Knight para el Periodismo en las Américas, Ben Toff, del Instituto Reuters, explicó que en países como Argentina, Brasil, España, Estados Unidos e Inglaterra existe un porcentaje de lectores que consultan diarios menos de una vez al día. No obstante, la facilidad con la que pueden acceder a información ya sea en sus teléfonos o computadoras. 

Según el investigador sénior ellos pueden ser agrupados en categorías: los selectivos, es decir, quienes evitan cliquear artículos relacionados con la invasión de Ucrania o los líos judiciales de Donald Trump, por ejemplo; quienes únicamente acceden por temas específicos; y los consistentes que evitan noticias sostenidamente en el tiempo.

Quienes evitan las noticias, detalló Toff, suelen ser personas de bajo estrato económico, sin acceso a educación formal, jóvenes y mujeres encargadas de las tareas del hogar; ciudadanos con una clara identificación ideológica cuyo interés en las noticias es proporcional a su interés en la política partidaria; y, finalmente, los que desconfían de los medios de comunicación por lo que juzgan como un afán obsesivo de divulgar información negativa y porque, además, consideran que sus agendas personales están demasiado ocupadas.

Jay Rosen, profesor asociado de la Universidad de Nueva York, agregó otra categoría: quienes se benefician de evitar el consumo de noticias. Recordó cuando Steve Bannon, otrora asesor del expresidente Trump, señaló que la prensa era “la oposición real” y que debía ser “hundida con mierda”.

¿Cómo reconectar con las audiencias? Toff dijo que es importante tener en cuenta la experiencia emocional de los lectores al momento de consumir las noticias, así como también crear vínculos institucionales con ellos. “Quienes consumen información no tienen una comunidad que les explique cómo consumirla; esa experiencia negativa necesita ser superada”, agregó.

“Los temas considerados importantes por los periodistas parecen ser los mismos temas que ahuyentan a las personas. La política, conflictos internacionales, epidemia global”, comentó Rosen. 

El consultor Dmitry Shishkin contó que en la actualidad el modelo de BBC se enfoca en las necesidades de los usuarios, contrario a creer prepotentemente que el periodista es quien sabe las necesidades de los lectores.

Talia Stroud, directora del Center for Media Engagement, de Texas, EE.UU, explicó que un grupo de lectores señaló en una encuesta como sus principales problemas la delincuencia y la inseguridad, el aseo público, el tránsito y el estacionamiento, mientras que los medios de esa localidad se ocupaban muy poco de esos temas y cuando escribían sobre los barrios lo hacían con un enfoque negativo.

Se trata, en todo caso, de ir al encuentro de los lectores. De dialogar para construir confianza, concluyeron los invitados a este panel del ISOJ 2023.

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