Conservación vs extracción un dilema en camino de solución

La comunidad del Chocó en el Pacífico colombiano le apuesta a una vanguardista metodología de conservación de áreas marinas con desarrollo económico y social. ¿Podrá convertise en un modelo a exportar?

Cartagena, la ciudad más conocida de Colombia después de Bogotá, fue el puerto de entrada de los africanos traídos por los colonialistas españoles y convertidos en esclavos durante el siglo XVI. Actualmente, sus descendientes están liderando un proceso innovador para la conservación del océano Pacífico y su litoral marino en el norte de Colombia.

Se trata del primer proyecto en Colombia -y uno de los pocos en el mundo- de ejecución de la metodología conocida como Ordenamiento Espacial Marino (OEM). De acuerdo con la UNESCO ¨el OEM es un proceso público de análisis e identificación de la distribución espacial y temporal de las actividades humanas en las áreas marinas para lograr objetivos ecológicos, económicos y sociales que se especifican a través de un proceso político¨.

En consecuencia, la participación de la comunidad ha sido medular en el proceso, y empezó hace unos 18 años cuando la disminución de los peces y moluscos alertó a los pescadores sobre la amenaza de extinción de esos recursos en el norte del Pacífico colombiano, específicamente en el departamento de Chocó. Entonces, se creó el Grupo Institucional y Comunitario de Pesca Artesanal (GICPA), que actualmente reúne a representantes de los Consejos Comunitarios del Alto Chocó, que son las autoridades afro-colombianas; así como de la Corporación Autónoma Regional de Chocó (CODECHOCO), la cual es la autoridad ambiental regional; de las alcaldías de los municipios del litoral y de la Federación de Trabajadores de la Pesca Artesanal de Chocó.

¨El GICPA es la suma de voluntades de las instituciones y asociaciones a nivel departamental. Como resultado de nuestro trabajo se promulgó la Zona Exclusiva de Pesca Artesanal (ZEPA), la cual alcanza 2,5 millas náuticas mar adentro. Ahora estamos canalizando los esfuerzos hacia un solo objetivo: el Ordenamiento Espacial Marino para la conservación ambiental y también desarrollo social¨, declaró Luis Perea, presidente del GICPA.

Luis_Perea_Presidente_GrupoInstitucionalyComunitarioDePescaArtesanal_GICPALuis Perea, presidente del GICPA

Sin embargo fue solo en 2012 cuando se enteraron del OEM, cuando la ONG MarViva junto con el nacional Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR), iniciaron el proyecto para la planeación del área marina y costera del Golfo de Tribugá basada en el OEM. Un proyecto que hacía parte del programa de protección de áreas protegidas marinas, y que contó con la colaboración de múltiples organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

¨El propósito es que el OEM se convierta en un modelo para las áreas marinas y costeras, donde se desarrollen actividades extractivas -como la pesca- de una manera responsable y ambientalmente sostenible. Pienso que es posible. El OEM puede ser más que una herramienta, puede ser un modelo que dirima el dilema de la conservación versus la extracción, con la permanente participación de la comunidad¨, aseguró Carlos Vieira, Gerente de Comunidades de la ONG MarViva, capítulo Colombia.

Conocimiento técnico y tradicional: un buen matrimonio

El lugar seleccionado para llevar a cabo el Ordenamiento Espacial Marino fue la Unidad Ambiental Costera (UAC) , un área demarcada por la autoridad ambiental, que abarca 220 km de línea de costa entre el límite fronterizo con Panamá hasta Cabo Corrientes. Esta área hace parte del Pacífico Tropical Oriental. MapaDelimitación (703x408)

El proyecto está focalizado en el Golfo de Tribugá, una zona de bosque húmedo tropical al cual sólo se puede acceder vía marítima o aérea. La mayoría de los habitantes ubicados en el litoral son pescadores artesanales, que realizan su actividad con el precario método de canalete, o sea en canoas a remo. El fruto de sus faenas es para llevar a la mesa de su hogar, pero algunos venden a comercializadoras locales de pescado. Esta actividad se combina también con agricultura y en ocasiones con servicios turísticos, ya que a partir de julio los visitan turistas para ver a las ballenas jorobadas en su ruta hacia el sur del continente.

Esta remota área, aún bastante virgen, es conocida por su enorme riqueza biológica. De hecho, su diversidad incluye mangles, estuarios, arrecifes rocosos y de coral, playas donde anidan tortugas marinas y variedad de aves, así como sitios de alimentación y descanso de otras muchas aves.

A diferencia del sur del litoral colombiano sobre el Pacífico, donde los manglares y playas son los principales ecosistemas, en la parte norte hay pocos manglares, pero cumplen un rol muy importante, ya que son el sitio de reproducción de muchas especies marinas. ¨Queremos preservarlo para que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos puedan obtener su comida y asegurar su seguridad alimentaria¨, explicó Enrique Murillo, vicepresidente del Consejo Mayor Comunitario ´Los Riscales´.

Enrique_Murillo_vicepresidente_ConsejoComunitarioMayorLosRiscalesEnrique Murillo, vicepresidente del Consejo Mayor Comunitario “Los Riscales”

Durante un par de años estudiaron los ecosistemas y su vulnerabilidad, así como su fauna y las especies en peligro de extinción. Expertos en monitoreo junto con las comunidades locales desarrollaron análisis de hábitats y talleres de ´cartografía social´, mediante la cual levantaron mapas con la ubicación de las especies, ecosistemas y actividades humanas. ¨Las comunidades saben donde se realizan las diferentes actividades y en qué lugares se encuentran los diferentes animales y sus hábitats, en tanto que, los expertos saben cómo geo-referenciar dichos lugares¨, aseguró el presidente del GICPA. ¨Los pescadores también saben cuáles especies están disminuyendo, mientras que nosotros buscamos una solución técnica. El conocimiento tradicional tiene poco reconocimiento en Colombia, pero a través de este proceso fue valorizado¨, agregó.

¨El conocimiento de biología más el conocimiento local es la clave de la ecuación para el éxito en conservación ambiental¨, afirmó Vieira, biólogo de MarViva. De esta manera, entre todos identificaron los ´objetos de conservación´, es decir las especies y ecosistemas que requieren esfuerzos para su conservación. (consulte mapa interactivo de objetos de conservación dando click en ¨capas¨ para escoger cada objeto y visualizar su ubicación)

De otro lado, también estudiaron las actividades humanas que realizan en el área, tales como la pesca. ¨Basados en un ejercicio de monitoreo que hicimos pudimos definir que hay signos de sobrepesca debido a la pesca de arrastre que desarrollan empresas colombianas, particularmente de pesca de camarón, aseguró Juan Manuel Díaz, Gerente Regional de Ciencias de MarViva-Colombia- Estas empresas antes pescaban en el Caribe, allí acabaron con el camarón de aguas de superficie, luego con el de aguas profundas. Se trasladaron al Pacífico, y allí está pasando lo mismo¨, añadió.

Los pescadores artesanales se quejan de que los buques camaroneros de arrastre también sacan muchos peces, lo que se conoce como ´pesca incidental´. Igualmente, la mayoría de ellos están en contra de la pesca con trasmallo, que utilizan algunos de sus pares, porque atrapan peces que aún no se han reproducido y también porque ¨las mallas se quedan enredadas en los riscales (rocas bajo el agua), donde abundan los peces, pero la malla blanca los aleja¨, como John Urrutia, un pescador artesanal explicó y mostró a esta periodista.

Otras actividades extractivas desarrolladas en el área por las comunidades locales son la tala de manglar, la cacería y la extracción de bosque, entre otras. Además, hay vertimiento de aguas residuales y de residuos sólidos; así como varias actividades no extractivas, como tránsito marino, urbanización, avistamiento de ballenas y buceo recreacional.

El siguiente paso del Ordenamiento Espacial Marino consistió en yuxtaponer los resultados del análisis de ecosistemas con el de actividades humanas a fin de definir hasta qué punto pueden coexistir los usos identificados y su grado de afectación sobre los ecosistemas presentes en el área.

¨El ejercicio reveló que el principal conflicto es el de pesca de arrastre, una técnica comercial consistente en una red que barre el fondo del mar mientras se mueve el barco¨, explicó Díaz, biólogo de MarViva. También se observaron otros usos incompatibles con los ecosistemas, como el uso de trasmallo, así como actividades que pueden ser compatibles con hábitats bajo ciertas restricciones.

MatrizCompatiblidad-(703x408)

¿Por qué la consulta previa?

A fin de equilibrar la necesidad de proteger el medioambiente con la demanda de desarrollo socio-económico, el siguiente paso de la metodología OEM fue visualizar el área en el futuro.

¨La comunidad es la que tiene el derecho de decidir sobre los recursos naturales¨, aseguró Oscar Saya, representante de la alcaldía de Nuquí. A través de talleres donde las comunidades identificaron las zonas de las actividades y de los ecosistemas, así como sus características, las comunidades se dieron cuenta de la necesidad de un área marina protegida para reglamentar el uso humano de sus territorios.

Luego de estudiar los diferentes tipos de áreas marinas protegidas, la comunidad escogió el ¨Distrito Regional de Manejo Integrado¨ como la categoría que mejor encajaba en las expectativas y necesidades relativas a la conservación ambiental, así como a las posibilidades de sostenimiento financiero, realización de actividades productivas y desarrollo de mecanismos de administración compartida.

La ley colombiana No. 70 de 1993 establece que las decisiones que puedan afectar a los ´territorios colectivos´ de las comunidades negras deben ser discutidas con las autoridades afro-colombianas de dichos territorios a través del mecanismo de ´consulta previa´. Esto en virtud de que las comunidades afrodescendientes tienen propiedad colectiva sobre sus tierras a fin de proteger sus territorios ancestrales, así como una autoridad étnica, que en esta área es el Consejo Mayor Comunitario ´Los Riscales´.

¨Representamos 31.469 hectáreas de territorios colectivos que pertenecen a las nueve comunidades negras: Jurubirá, Tribugá, Nuquí, Panguí, Coquí, Joví, Termales, Partadó y Arusí. Estos territorios son inalienables. Cada comunidad tiene su Consejo Comunitario, los cuales unidos componen el Consejo Mayor Comunitario ´Los Riscales¨, explicó el vicepresidente del Consejo Mayor.

En consecuencia, la comunidad fue consultada de acuerdo con la exigencia legal. Representantes de los Consejos Comunitarios locales y del Mayor visitaron otros Distritos Regional de Manejo Integrado (DRMI) existentes en Colombia a fin de conocer a profundidad este tipo de área marina protegida. Luego los Consejos Comunitarios locales llevaron a cabo talleres en cada una de las comunidades para definir los acuerdos sobre el nuevo DRMI. Finalmente, en Nuquí se realizó un taller sobre los impactos y formas de manejo que podrían desarrollarse una vez fuese promulgado el nuevo DRMI.

El presidente del GICPA describió así el proceso: ¨Fue una consulta maravillosa, un tema que todo el mundo lo tiene en el alma, incluso las mujeres, pues también estuvieron involucradas ya que la pesca es la base de nuestra economía. Sin embargo fue más un requisito legal y una forma de blindar el proceso contra posibles enemigos, pues nosotros ya estábamos consultados¨.

El proceso no sólo consultó a la autoridad étnica sino también a las autoridades ambiental, pesquera y gubernamental, a fin de asegurar la co-responsabilidad y el compromiso de todas.

El 18 de diciembre de 2014, CODECHOCO, la autoridad ambiental del Chocó, promulgó la norma por la cual se creó el Distrito Regional de Manejo Integrado Golfo de Tribugá-Cabo Corrientes, que es el resultado más importante alcanzado hasta el momento del Ordenamiento Espacial Marino.

Nace una nueva área marina protegida

Este es trigésimo DRMI en Colombia y hace parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Cubre 60.138 hectáreas (ver mapa) y cuenta con nueve comunidades, incluido Nuquí, que es la única con estatus de municipio.

¨Cuando hablo de recuperar el océano Pacífico, me refiero a que hay que recuperar especies de peces, de corales, etc. Y eso toma muchos años, por eso hay que tomar áreas pequeñas, pues así es posible definir indicadores visibles y medibles. –explicó el Gerente de Comunidades de MarViva – ¨De manera que toda actividad que se autorice en el DRMI debe demostrar disminución del impacto negativo en los objetos de conservación ambiental¨.

El DRMI Golfo de Tribugá-Cabo Corrientes va a proteger:

    • 433,54 hectáreas de fondos blandos para camarones y especies demersales, es decir las que habitan en el fondo del mar.
    • 525 hectáreas de hábitat y refugio de peces e invertebrados marinos,
    • 971,86 hectáreas de playas de anidación de tortugas,
    • 330,19 hectáreas para la congregación de pargos y meros y
    • 7 especies de manglar

Como afirma UNESCO: ¨Si bien, una serie de áreas marinas protegidas puede ser uno de los resultados del OEM, éste busca equilibrar desarrollo económico y conservación ambiental, y no sólo enfocarse en los objetivos de conservación o protección¨.

De hecho, esta área marina protegida no es un parque natural, donde las actividades extractivas están prohibidas, en el DRMI algunas de estas actividades pueden ser permitidas bajo reglamentación, la cual es definida por las entidades a cargo del manejo. A fin de lograr un efectivo co-manejo o administración compartida, se creó la Mesa de Ordenamiento Marino con la participación de las autoridades étnica, ambiental, pesquera y gubernamental, además del departamental Grupo de Pesca Artesanal, y el respaldo de INVEMAR y ONGs internacionales que han estado vinculadas desde el inicio del proceso.

¨El co-manejo es un reto para nosotros, pero estamos en posición de asumirlo y queremos demostrar que sí es posible. Sentimos que podemos. Esperamos ser un modelo de co-manejo de DRMI para Colombia¨, puntualizó el presidente del Grupo Institucional y Comunitario de Pesca Artesanal (GICPA). Para el gerente de comunidades de MarViva, Carlos Vieira, ya existe co-responsabilidad, ¨ellos saben que el DRMI pertenece a todos ellos, y que la autoridad étnica no es la única responsable¨.

Definiendo las ¨reglas del juego¨

Las incompatibilidades entre los objetos de conservación y las actividades humanas son base para los planes de manejo, los cuales serán definidos por los co-administradores. En esos planes ellos determinarán cuáles actividades pueden realizarse en cada zona y de qué manera. Sin embargo, ellos también tendrán en cuenta las necesidades económicas y las tradiciones culturales para reglamentar los usos-extractivos y no extractivos- en las áreas marina y costera del DRMI.

En efecto, este DRMI brinda herramientas para resolver los conflictos entre la pesca de arrastre y la artesanal, así como los desacuerdos entre los pescadores con trasmallo y los demás pescadores artesanales, a través de los planes de manejo.

La generación de una visión conjunta y la negociación con los diversos sectores son elementos fundamentales para responder a la pregunta: ¿cómo se alcanza el futuro deseado? Esta pregunta resume el paso siguiente del Ordenamiento Espacial Marino.

¨Estamos unidos y hablando un mismo lenguaje, y lo más importante, tenemos el apoyo de las comunidades. Se ha creído que como pescadores artesanales no aportamos a la economía. Estamos organizados y sabemos lo que queremos¨, subrayó el presidente del GICPA.

Los pescadores artesanales se quejan de que la pesca de arrastre no sólo es responsable de la disminución del camarón sino también que sus mallas arrancan los anzuelos de los artesanales y que el ruido de los barcos de arrastre ahuyenta a los peces. Además, aducen que los camaroneros capturan incidentalmente peces jóvenes que no se han reproducido aún, lo cual repercute en la baja de las poblaciones de peces.

De hecho a principios de 2015, los pescadores artesanales fueron llamados por primera vez para participar en las negociaciones con compañías de barcos de arrastre y las autoridades pesquera y ambiental. Los principales ajustes acordados son la disminución del volumen de captura de 1000 toneladas a 750, para todo el Pacífico colombiano. Dos, que pescarán no siete meses sino cuatro meses al año. Y tercero, se disminuyó el área de pesca de arrastre de 68 km₂, a 40 km₂.

Pero los representantes de los pescadores artesanales están preocupados por la captura incidental, es decir la fauna-diferente a camarones- que sacan los barcos de arrastre y que es descartada. Entre dicha fauna hay peces que no han alcanzado la madurez reproductiva y especies en peligro de extinción.

¨Los datos nacionales indican que anualmente se capturan 750 toneladas de camarón, entonces ¿cuántas toneladas de otra fauna capturan?¨ se pregunta Perea, presidente del GICPA.

De hecho no hay certeza sobre los volúmenes de captura incidental, por ello se acordó con las compañías el monitoreo a bordo de sus barcos. La autoridad pesquera nacional capacitó a pescadores artesanales, quienes subieron a los barcos y levantaron el registro de las capturas.

¨El arrastre es de tres horas por vez y la fauna incidental sale muerta debido al sedimento del fondo marino¨, aseguró Yesid Salas, quien monitoreó a bordo- Los volúmenes son diferentes en cada ´lance´(lanzamiento de la red), por ejemplo de 114 kilos de captura, 3,5 k eran calamares y el resto fue descartado; en otro ´lance´ de 536 kilos, 236 k fueron de camarón y el resto descartado¨, agregó Salas leyendo su libreta de registros.

A fin de contar con un completo estudio de monitoreo de la captura incidental, el INVEMAR contrató un crucero de investigación para la pesca de arrastre en el área. Cuando dicho estudio arroje cifras, los co-administradores van a negociar los volúmenes permitidos de captura de la pesca de arrastre.

¿Cómo se asegura que la propuesta sea alcanzada? La respuesta a esta pregunta es a través del plan de manejo del DRMI, que comprende los planes sectoriales de manejo, ya que también se permitirán actividades de otros sectores, como el ecoturismo, la pesca responsable, la agricultura sostenible, la caza para subsistencia y el aprovechamiento forestal sostenible, entre otros.

A partir de julio de 2015, cada Consejo Comunitario local va a realizar reuniones con sus respectivas comunidades para definir los usos que desean y no desean en cada zona, y las medidas a tomar, como las vedas por especies, que pueden ser temporales o permanentes. ¨Luego, vamos a desarrollar asambleas para socializar lo que definieron las diferentes comunidades, y finalmente los representantes de éstas firmarán los acuerdos¨, explicó el vicepresidente del Consejo Mayor Comunitario. ¨De esta manera, los acuerdos sobre las actividades serán ´ley´ para todos¨, agregó.

El cumplimiento de estos acuerdos será vigilado por las entidades competentes. ¨Su vigilancia es importante, pero es más eficiente el control social. Cuando la gente es consciente de las ´reglas´, sí las cumplen y además, hacen control social¨, puntualizó el representante de la alcaldía de Nuquí.

Para el presidente del GICPA, ¨el hecho de que haber consultado a la comunidad sobre el DRMI y que no haya habido imposiciones ya ha generado conciencia entre la gente sobre la necesidad de la conservación¨. Al mismo tiempo, las comunidades ya se dieron cuenta del desarrollo socio-económico asociado a la conservación, como por ejemplo, el mejoramiento de los ingresos derivados de la pesca responsable.


El mapa, gráfico y recurso interactivo fueron elaborados por la Fundación MarViva-Colombia. El reportaje , realizado para CONNECTAS, fue posible gracias al apoyo de Internews´ Earth Journalism Network.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí