¿Puede la Carta Democrática ayudar a resolver los conflictos de la región?

En medio de un ciclo de inestabilidad política que ha amenazado la democracia en Brasil y Venezuela, y afectado la institucionalidad en México y Paraguay, se han abierto los cuestionamientos sobre la eficacia de la Carta Democrática y el papel de la OEA en la resolución de conflictos en el continente americano

Jean Michel Arrighi (izquierda), secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA, y Gonzalo Koncke (centro), jefe de gabinete de la OEA, hablaron sobre la salud de la democracia en el continente. Fotografía tomada de la cuenta Flickr de la OEA

La Carta Democrática Interamericana, que implica el compromiso de los gobiernos regionales con la democracia, fue aprobada por unanimidad en septiembre de 2001 en una sesión especial de la Asamblea de la Organización de Estados Americanos, con el objetivo de fortalecer la institucionalidad democrática. 16 años después, en medio de un ciclo de inestabilidad política que ha amenazado la democracia en Brasil y Venezuela, así como ha afectado la institucionalidad en México y Paraguay, se han abierto los cuestionamientos sobre la eficacia de esta herramienta legal y el papel de la organización en la resolución de conflictos en el continente americano.

Gonzalo Koncke, jefe del gabinete del Secretario General de la OEA, y Jean Michel Arrighi, secretario de Asuntos Jurídicos de la entidad, fueron entrevistados por Mateo Guerrero, periodista de El Espectador, y Teresita Goyeneche, periodista de CONNECTAS, despejaron interrogantes sobre el funcionamiento del organismo regional y de la Carta Democrática, aprobada en 2001.

Koncke manifestó la preocupación de los países miembros de la OEA por la crisis política y social que atraviesa Venezuela y espera que la redemocratización sea el derrotero que aguarde al país caribeño, con elecciones con observación internacional como una de las estaciones en ese camino. Sin embargo, considera difícil prever qué puede pasar en Venezuela desde hoy hasta que se haga efectiva su separación de la entidad.

Sobre la posibilidad de expulsar a un país de la OEA como método de presión para devolver a un país al cauce democrático, indicó que “la suspensión (de un Estado miembro) no es un fin en sí mismo” y apuntó que la presión de los pares es un instrumento que suele ser más efectivo. Aclaró que la Carta Democrática es empleada como un método de “diplomacia preventiva”.

Respecto a Brasil, Koncke afirmó, refiriéndose a la inestabilidad política que sortea ese país, que “por ahora no es una hipótesis intervenir” porque las instituciones de la nación gobernada interinamente por Michel Temer no han dejado de funcionar.

Recordó los aportes que ha hecho la OEA a la resolución de tensiones en el continente, como el papel fundamental que jugó la OEA en el proceso electoral en noviembre de 2016 que llevó a la presidencia de Haití a Jovenel Moïse desde febrero de este año. “La secretaría general de la OEA también tuvo una presencia muy activa en Honduras, en el apoyo contra la corrupción y la impunidad. Asimismo, ha habido una misión de apoyo de la organización al proceso de paz en Colombia, un proceso crítico para la región. También en Nicaragua la secretaría general ha trabajado por un diálogo entre oposición y Gobierno”. Agregó que hoy la agenda de la entidad, “muy desafiante y densa”, no es la misma del siglo XX.

Arrighi rememoró el contexto en el cual fue concebida la Carta Democrática en el año 2001 y cómo incorporó tres hipótesis, además del golpe militar, para una intermediación de la OEA en la resolución de conflictos de sus países miembros: 1) una crisis institucional que lleve al gobierno del país aquejado a pedir ayuda de la organización, 2) cuando países vecinos dicen que hay una situación grave en un país hermano y ese gobierno acepta la ayuda, 3) el caso Fujimori, cuando el propio Gobierno afecta a las instituciones, 4) el caso Honduras, cuando ya no hay Gobierno.

Apuntó el jurista que el documento ha sido un instrumento para resolver conflictos en el continente y que ha ayudado a dar estabilidad a las democracias de la región. Mencionó que, entre 2004 y 2005, el expresidente Enrique Bolaños pidió ayuda de la OEA y la aplicación de la Carta Democrática en Nicaragua para encaminar el diálogo. También hizo alusión a la solicitud de ayuda que hizo el presidente Hugo Chávez en nombre de Venezuela en el año 2002 para crear una mesa de diálogo entre oposición y gobierno con el fin de fortalecer la democracia de ese país. En 2005, el presidente interino Alfredo Palacio Moreno pidió el apoyo de la OEA para la reorganización del poder judicial de Ecuador.

Resaltó que la organización está comprometida con la defensa de la democracia representativa, un principio que está en el documento marco que rige la institución, y que cuando los países miembros hacen un llamado a la defensa de este sistema de gobierno no cometen ninguna injerencia.

Explicó que la Carta Democrática no es el único mecanismo de la entidad continental para responder en el caso de que un Gobierno esté violando los derechos humanos  y que las sanciones son el último extremo. “Solo se ha aplicado dos veces, una en el marco de la Carta Democrática en 2009 bajo el marco de la Carta Democrática no se reconoció al gobierno de Honduras y otra en el de la resolución 1080 (gobierno de facto en Haití)”

Arrighi insistió en que la organización trabaja por el fortalecimiento institucional de los países miembros, sin que esto signifique o deba ser asumido como un acto intervencionista. Asimismo, señaló que el Sistema Interamericano de la OEA va mucho más allá de lo que establece la Carta Democrática.

Más sobre los panelistas

Gonzalo Koncke. Jefe de gabinete del Secretario General de la Organización de Estados Americanos desde enero de 2016. Anteriormente se desempeñó como el Representante Permanente de Uruguay en la Organización de Naciones Unidas (entre enero de 2014 y diciembre de 2015). También ocupó el cargo de jefe de la Mesa Ejecutiva de ONU Mujer, así como la posición de Jefe de la Comisión de Población y Desarrollo de la ONU. Entre agosto de 2011 y diciembre de 2013 fungió como ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, y entre marzo de 2010 y agosto de 2011 fue director general de Asuntos Económicos Internacionales, adscrito al ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay.

Jean Michel Arrighi. Nacido en Montevideo, Uruguay. Abogado, Doctor en Derecho y Ciencias Sociales (Universidad de la República Oriental del Uruguay). Profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de la República y en la Universidad Católica (Uruguay), ha dictado clases, entre otras, en la Universidad Federal de Rio de Janeiro (Brasil), Universidad de Buenos Aires (Argentina), Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Curso de Derecho Internacional de la OEA, Universidad de Ottawa, Universidad de Paris II (Francia), en la Universidad Autónoma de Madrid, en Georgetown Universtity (Washington DC) y en la Academia de Derecho Internacional de La Haya (donde dictara un curso publicado en el tomo 355 del Recueil des Cours). Actual secretario de Asuntos Jurídicos de la OEA.