RESERVA LA FECHA

    DÍAS
    :
    HORAS
    :
    MINUTOS
    :
    SEGUNDOS

    EL EVENTO

    En esta conversación se analizaron las principales problemáticas que se viven en las fronteras de Latinoamérica y cómo operan redes de ilegalidad a lo largo de toda la región.

    Este Diálogo CONNECTAS giró en torno a los casos de corrupción registrados en fronteras como las de México – Estados Unidos y Colombia – Venezuela, los modos operandi, la debilidad institucional para evitarlos y judicializarlos, así como posibles salidas a este problema. Además, abordó las irregularidades de los agentes de aduana y de las autoridades de control para evitar el tráfico de armas, drogas y mercancías ilegales. 

    “En la frontera México-Estados Unidos, de más de 3.000 kilómetros, en un solo día se realizaban un millón de cruces (números antes de Covid)”. ¿Qué intereses se mueven en las fronteras? ¿Cómo capacitar a agentes de aduanas para controlar lo que pasa por ahí? ¿Cómo debe funcionar una frontera inteligente?

    Estas son algunas de las preguntas clave para entender el tema de la corrupción en las fronteras.

    Este evento se realizó en alianza con el Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists (ICFJ) en alianza con el Border Center for Journalists, Iniciativa Sinaloa y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y CONNECTAS. 

    En el Diálogo participaron Cecilia Farfán, jefa de programas de investigación en seguridad del Centro de Estudios México-Estados Unidos, Universidad de California San Diego; Iván Briscoe, Director de Crisis Group en América Latina y el Caribe y Francisco Sandoval Alarcón, periodista independiente que ha cubierto la frontera entre Estados Unidos y México.

    Las fronteras con mayores problemas

    Briscoe recordó que hay zonas de conflicto e inestabilidad en varias fronteras de América Latina. Particularmente, entre México – Estados Unidos y Colombia – Venezuela es donde actualmente son más altos los niveles de violencia y la presencia de grupos armados, además de la crisis humanitaria por las oleadas migratorias y tensiones binacionales. 

    Según el informe Venezuela: ¿un Estado mafioso?, realizado por InSight Crime, en el caso de la frontera con Colombia, circulan cerca de 400 toneladas de cocaína al año, lo que representa cerca de USD 400 millones. 

    “Lo que vemos hoy en día, y es muy interesante, es que los diferentes grupos armados que participan directamente en el narcotráfico en la frontera Colombia-Venezuela a veces tienen conflictos con las fuerzas de seguridad Venezolana”, afirmó Briscoe.

    “La Nación Chocolate”

    Solo un ejemplo de las actividades ilegales que suceden actualmente en las fronteras lo da el reportaje “La Nación Chocolate”, realizado por Francisco Sandoval y Marco Tulio Castro. En él se reveló cómo se introducen por la frontera norte de México carros ilegales en los que se cometen delitos (en México son conocidos como carros chocolate o chuecos, de ahí el título). 

    “En el caso de Baja California las autoridades decían que más del 80 % de delitos de alto impacto, asesinatos, secuestros, asaltos con violencia se cometen en este tipo de autos”, aseguró Sandoval.

    ¿Y los Estados qué?

    Si bien en varios expedientes judiciales hay casos de agentes que han sido amenazados para ceder ante las peticiones de los grupos criminales, otros simplemente se han sumado a la nómina de los carteles del narcotráfico, ante lo cual Farfán recordó que muchas veces lo criminal no se opone al Estado.

    Explicó que en el caso de los funcionarios de aduana, la violencia no es necesariamente la primera opción que utilizan los criminales para conseguir sus favores, lo primero que hacen es ofrecerles beneficios, pero muchos de esos funcionarios prefieren colaborar antes de que les paso algo a ellos o a sus familias por la desprotección del Estado.

    Para Farfán, lo que sí ha cambiado en los últimos años es la demostración de que los Estados no quieren o no pueden proteger a sus funcionarios

    Dejando claro que no es una solución completa para el problema, la experta  recomendó el intercambio en tiempo real de información entre las personas que trabajan en las fronteras, pues esto ayudaría a disminuir las prácticas corruptas.

    Al hablar de las soluciones, Briscoe mencionó la importancia de la participación de las comunidades en las decisiones políticas y basado en el caso de la frontera Colombia-Venezuela, la necesidad de crear canales diplomáticos.

    Sandoval señaló la necesidad de que los funcionarios de la aduana vivan cerca de las zonas que controlan, de reforzar los controles en los pasos fronterizos y de aumentar el control de armas, así como de que los castigos a los corruptos sean ejemplares. También se refirió a protocolos de seguridad que algunos medios de comunicación mexicanos han tomado para cubrir estos temas: que los periodistas no firmen las notas sobre delincuencia o corrupción. Alianzas de medios para investigar la corrupción y publicar en bloque para blindarse. Aumentar la rigurosidad en el trabajo periodístico, mejorar las prácticas, no adjetivar y dar derecho de réplica.

     

    PANELISTAS

    Aliados

      REVIVE LOS EVENTOS ANTERIORES