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    EL EVENTO

    Este debate te ayuda a entender por qué en México y América Latina miles de mujeres son asesinadas y las autoridades no tipifican estos crímenes como feminicidios y cómo el subregistro de estos asesinatos y los vacíos legales que se traducen en impunidad e injusticia

    México es uno de los países de América Latina más riesgosos para ser mujer. Más de siete mil mujeres han muerto en circunstancias violentas, de acuerdo con una investigación de Mexicanos contra la corrupción y la impunidad y CONNECTAS, pero estos crímenes no son calificados por las autoridades como feminicidios.

    El subregistro de estos asesinatos y los vacíos legales que se traducen en impunidad para los victimarios fue el tema de este conversatorio virtual cuyo panel estuvo integrado por , abogada y directora de la Asociación Civil Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social y Valeria DuránKarla Micheel Salas Ramírez, periodista mexicana autora de la investigación “Las muertas que no se ven: el limbo de los feminicidios”. La moderación estuvo a cargo de Silber Meza, periodista mexicano. Tanto Durán como Meza integran el equipo de la plataforma Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, y son miembros de CONNECTASHub.

    Durán contó que descubrir que un gran número de homicidios dolosos debieron ser tipificados por las autoridades como feminicidios fue el punto de partida de su investigación: “Comprobar que entre los homicidios dolosos había características de feminicidios”. Durante su pesquisa halló que solo en 11 de los 32 estados federales de México recogen las siete circunstancias para que un crimen sea considerado feminicidio que establece el Código Penal Federal.

    “Cuando detecté que solo 11 de los 32 estados y que la única circunstancia fija en todos estos estados era que el cuerpo tuviera rastro de violencia sexual o mutilación, se descubrió que era la pregunta clave que teníamos que hacer a las procuradurías estatales para ver las diferencias que tuvieran ellos entre su conteo oficial y lo que omitieron, lo que enviaron directo a la cuenta de homicidios dolosos”, explicó.

    Salas Ramírez señaló que en 17 códigos penales en México aún existe la “emoción violenta” que disminuye el tiempo de las penas por feminicidio y censuró la inacción oficial ante la violencia contra la mujer: “A las mujeres las siguen asesinando porque ‘no pasa nada'”.

    Ratificó la dificultad de conseguir registros administrativos de crímenes contra mujeres. “Siempre va a haber una cifra negra, algo que no está registrado, porque depende de las denuncias que hagan las víctimas”, resaltó. “Con los feminicidios no tendría que haber ese problema, porque por cada asesinato de mujer debería haber una investigación, no solo en México sino en toda América Latina”.

    Indicó que la danza de las cifras es un problema regional, así como las disparidades entre las cifras oficiales y las que recopilan las organizaciones de la sociedad civil. Insistió en la importancia de nombrar y recordar el drama detrás de estos crímenes (en México se cometen 7 al día), a la par que reportar el aumento del número de mujeres asesinadas.

    Durán denunció, por su parte, la falta de registros en feminicidios en México e indicó la dificultad de dar seguimiento a los crímenes contra la mujer por la existencia de subregistros. Asimismo, comentó que las respuestas de procuradurías y fiscalías en solicitudes de acceso que presentó para elaborar el especial sobre feminicidios en ocasiones, son poco creíbles.

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