#MaderaIlegal

Lobbys transnacionales y normas débiles
Las gestiones para liberar la madera del Yacu Kallpa muestran las debilidades del sistema en el control y fiscalización sobre el origen de la madera.

La liberación de la madera en México fue posible sólo a través de un audaz movimiento de fichas, como si se tratara de en un tablero de ajedrez político y empresarial entre México y Perú. Durante los meses que la madera estuvo incautada en Tampico, y los empresarios “tocaban puertas”, la ministra peruana Magali Silva se dirigía al Secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo.

Simultáneamente el entonces presidente del gobierno regional de Loreto en Perú, Fernando Meléndez Celis, gestionaba la liberación de la madera con oficios a los titulares del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales (Osinfor), del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), de la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat).

Todos los oficios de la autoridad regional contienen el mismo texto: “Opinión del Gobernador de Loreto sobre el caso de exportación de maderas”. Solo cambia el destinatario y la fecha de emisión. En los escritos el Gobernador de Loreto sostiene que: “No es correcto afirmar que la región de Loreto permite o avala la tala ilegal de sus bosques, afirmación que rechazo tajantemente pues no se ajusta a la verdad”.

La historia de la madera liberada incorpora una red activa de autoridades y empresarios exportadores e importadores vinculados en la comercialización de los recursos forestales, en Perú y México. Todos están conectados. Los empresarios compradores de la madera son a su vez integrantes de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de Productos Forestales (IMEXFOR). Es la misma red, en la que participa la Cámara de Comercio Mexicano Peruano, presidida por Eduardo Guiulfo.

José Ceballos Gallardo es uno de los principales jugadores en el negocio de la madera en México.

  • Entre los compradores de la madera que viajaba en ese buque resaltan CG Grupo Forestal S.A de C.V y CG Universal Wood S.A de C.V, ambas propiedad del mexicano José Ernesto Ceballos Gallardo. Él es directivo de “Grupo Cebra”, un negocio familiar que inició su padre, José Ernesto Ceballos Sobrino.

    José Ernesto Ceballos Gallardo es uno de los principales jugadores en el negocio de la madera importada a México desde la Amazonía peruana. En Estados Unidos, según el registro del estado de Nevada, es propietario de Global Plywood, una de las empresas involucradas en introducir a EE.UU madera peruana producto de la tala ilegal. A diferencia de México, en Estados Unidos sí es delito importar madera ilegal, bajo la Ley Lacey, un marco jurídico que prohíbe la importación de productos extraídos ilícitamente.

    En el 2016, cuando la madera aún estaba decomisada y los empresarios buscaban cómo liberar el cargamento, Ceballos representó a cuatro empresarios compradores de la madera en un amparo que presentaron ante un juez de Tampico.

    Los vínculos de los empresarios mexicanos van más allá de la madera. En una feria de comida internacional en Guadalajara, capital del estado de Jalisco donde Grupo Cebra tiene parte de sus oficinas, el stand de Perú destaca la publicidad de CG Cougards Wood, otra de las empresas de grupo Cebra. CG Cougards Wood pertenece al hermano de José Ernesto Ceballos Gallardo, José Sebastián Ceballos Gallardo, quien fue nombrado Cónsul Honorario de Malasia por el ex presidente Felipe Calderón.

    Las variedades de maderas exportadas de Perú son cumala, lupuna, tornillo, shihuahuaco y capirona.

    Fiscalización ineficiente

    La Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable de México no cuenta con mecanismos detallados para impedir la importación de madera ilegal. Este año, la Cámara de Diputados de México aprobó una nueva ley forestal, sin embargo, falta por aprobarse en la Cámara de Senadores los mecanismos para controlar la legalidad de la madera.

    La organización Política y Legislación Ambiental (POLEA) es una de las que ha planteado la urgencia de fortalecer la legislación para que no vuelva a repetirse el caso de la madera peruana del Yacu Kallpa. “Evitar que desde otros países vengan estas materias primas forestales ilegales para contribuir a evitar la deforestación de esos países y al mismo tiempo ayudar a que los productores nacionales no tengan una competencia desleal e ilegal”, explicó el ambientalista, Iván Zúñiga, Coordinador de Política Pública de Polea.

    Los activistas cuestionan la deficiencia en las revisiones mientras que los empresarios consideran que las verificaciones son suficientes en México, aunque dicen ser los primeros dispuestos en querer tener certeza del origen legal de la madera que compran.

    Aunque recuperaron la madera, los empresarios “ya no quieren poner un centavo en Perú”, dice Eduardo Guiulfo, presidente de la Cámara de Comercio Mexicano Peruano (CCMP) y representante de la empresa Sud American Lumber. Como la madera de la amazonía Peruana ha dado problemas, los empresarios mexicanos comienzan a analizar ofertas para comprar madera de África a través de inversionistas franceses.

    03. La odisea del Yacu Kallpa