MÉXICO
14/11/2018|

Las viñas del poder

Sin saberlo, los mexicanos han invertido 7.73 millones de pesos de sus impuestos en la construcción y equipamiento de vinícolas de políticos de alto nivel, en el Valle de Guadalupe.

Este reportaje especial de HuffPost México, auspiciado por Connectas y el International Center for Journalists revela, a través de documentos oficiales, el uso personal que dieron tres miembros de la clase política mexicana a los recursos destinados para el desarrollo del campo y las pequeñas empresas.

Escondido entre montañas áridas y rocosas de Baja California, se encuentra el Valle de Guadalupe, la principal región vinícola de México, y hogar para más de 70 bodegas que producen el 90 por ciento del vino del país.

Ubicado en el municipio de Ensenada, esta zona se ha convertido en una especie de paraíso mexicano para viticultores, gastrónomos y empresarios innovadores, que trabajan articulados para impulsar la industria y elevar la calidad de sus productos, al mismo tiempo que trabajan por proteger el ecosistema y el desarrollo turístico de la región.

También se han unido para lograr que el vino mexicano se encuentre en su mejor momento, pero ha sido una lucha de años frente a retos como el pago de impuestos arriba del 46%, dejándolo en desventaja frente al vino importado.

La mala noticia del boom del vino, y de la actividad turística que genera más de un millón de visitas al año, es que esta tierra prometida no se está pudiendo salvar de la corrupción.

Algunas de las empresas vinícolas esconden secretos: pertenecen a políticos mexicanos y fueron construidas o equipadas con recursos públicos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y de la Secretaría de Economía, destinados a impulsar el sector agrícola y a los emprendedores nacionales.

Esta situación deja en desventaja a productores alejados de los círculos gubernamentales que administran los recursos federales. Para el vitivinicultor bajacaliforniano, Jaime Palafox, es muy difícil acceder a los fondos públicos de la Sagarpa, pues no hay mecanismos claros ni transparentes para solicitarlos.

"Son recursos públicos, requieren transparencia y que se ejerza correctamente, de otra manera hay un dispendio", expuso Palafox, integrantes de una de las familias con mayor tradición enológica en la región.

En febrero de 2014, Palafox y un grupo de vitivinicultores locales viajaron a la Ciudad de México para interponer su solicitud de recursos a la Sagarpa, pero se encontraron una fila de dos cuadras de largo. De no ser por un agricultor que abandonó la fila enojado por la falta de apertura de la dependencia federal, no hubieran alcanzado un turno para someter su proyecto. Aun así la respuesta fue negativa.

"¿Qué tenemos que hacer para acceder a recursos?", cuestiona enfadado. Después de cuatro años de no participar en una convocatoria.

Como mostraremos a continuación, algunos políticos han podido obtener cinco apoyos federales cinco años seguidos. Otros han logrado aterrizar recursos para infraestructura pública y los han destinado a beneficio de sus empresas vinícolas, en algunos casos, contratando a sus propias empresas para ejercer los recursos provenientes del erario federal.

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"Tenemos un compromiso sólido, férreo, con el tema de la transparencia y la rendición de cuentas", fueron las palabras que pronunció César Camacho Quiroz en el vestíbulo de la Cámara de Diputados, momentos antes de la sesión ordinaria del martes 24 de noviembre de 2015.

El coordinador de la bancada del Partido Revolucionario Institucional hablaba sobre austeridad, responsabilidad y decoro desde sus primeros días como diputado, incluso lo hacía desde que era presidente del partido. "Es necesario abrir puertas y ventanas para que los mexicanos sepan cómo y en qué se invierten los recursos públicos", declaró meses atrás.

Dos días después de la sesión, la mañana del jueves 26 de noviembre, Juan Carlos Guevara, socio de Camacho en Compañía Agroindustrial Vinícola S.A de C.V. firmó la recepción de una transferencia de 2 millones 269 mil 51 pesos emitida por el gobierno federal para la construcción de un edificio que albergaría su empresa productora de vinos Hilo Negro.

Los recursos públicos provenían del Fideicomiso de Riesgo Compartido de la Sagarpa, como parte del Programa de Productividad y Competitividad Agroalimentaria, creado para impulsar la productividad de ejidatarios, comuneros o pequeños propietarios.

Al recibir los fondos públicos, César Camacho violó el artículo 8 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. La sanción establecida para los actos que impliquen beneficio o lucro es la inhabilitación para desempeñar cargos públicos de diez a veinte años.

Una inversión millonaria

A los pies de una montaña árida, rocosa, en el corazón de la zona vinícola del Valle de Guadalupe, se ubica la vinícola Hilo Negro. Desde la terraza de su planta baja se admiran las siete hectáreas de viñedos de distintas variedades: petit verdot, syrah,sauvignon blanc y otras más.

El edificio de tres plantas es minimalista, consistente con el concepto rector de la marca y del diseño de sus etiquetas, explica el arquitecto mexiquense Ramón Salgado, constructor del inmueble y socio de la empresa, con la misma cantidad de acciones que su buen amigo, César Camacho.

En la terraza de la planta baja, Salgado extiende los planos del edificio sobre una mesa de madera y explica que el inmueble se conforma por tres figuras geométricas. El tercer piso es un círculo, y alberga las oficinas de la empresa. El segundo piso es un triángulo, y -según el arquitecto- muy pronto alojará a un bar lounge con terraza panorámica.

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2.26 millones de pesos del erario fueron destinados para la construcción de este edificio.

La planta baja es un cuadro, que en su parte frontal tendrá un restaurante, y en la sección posterior, detrás de un muro de cristal, se ubica el taller de producción vinícola. En el fondo, 13 grandes tanques de acero inoxidable realizan la primera fase de la fermentación, y después descargan el líquido, a través de un sistema de gravedad, a los barriles de roble ubicados en un sótano circular construido bajo tierra, para mantener la temperatura fresca requerida en la siguiente fase de la fermentación.

En entrevista, Salgado explica que la edificación del inmueble y el equipamiento han requerido de una buena inversión, que se ha logrado "gracias al esfuerzo y trabajo de sus socios". Lo que omite decir es que los contribuyentes mexicanos invirtieron 2.26 millones de pesos de sus impuestos en la empresa, a través del programa de estímulo de la Sagarpa en 2015, mientras su socio, César Camacho, presidía la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.

Tampoco menciona que es propietario de Sistemas de Ingeniería, Construcción y Urbanización, S.A de C.V., empresa con sede en Toluca, Estado de México, contratada para la construcción del inmueble que alberga a la vinícola, así como la instalación del sistema eléctrico y de refrigeración, de acuerdo con los documentos de comprobación de gastos del recurso federal, obtenidos porHuffPost Méxicoa través de solicitudes de información.

Documentos de la Sagarpa, con fecha de diciembre de 2015, revelan que 25 empresas bajacalifornianas solicitaron el apoyo federal para construir o equipar sus compañías agrícolas, pero solo Hilo Negro y otra vinícola del Valle de Guadalupe fueron beneficiados con los fondos públicos.

La sociedad anónima

Hilo Negro comenzó como un grupo de enófilos mexiquenses, una cofradía de buenos amigos que se reunían a conversar y degustar vinos, hasta que uno de ellos sugirió: ¿por qué no hacemos nuestro propio vino? Fue entonces que decidieron contratar a uno de los mejores enólogos del país, el chileno Daniel Lonnberg, comprar las mejores uvas disponibles, y producir su primera cosecha en 2012.

Contar la historia despierta una sonrisa en el rostro de Ramón Salgado. Durante la entrevista muestra con orgullo el ejemplar de agosto de la revista de estilo de vida de lujo, Robb Report, que en su portada luce un Ferrari escarlata, y en su página 55 ubica a su vino, Ric Rac cosecha 2016, como el mejor vino del país dentro de un listado de 16 etiquetas mexicanas con un valor de entre 410 y 620 pesos.

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La empresa constructora del socio de César Camacho, Ramón Salgado, fue contratada para construir el edificio, utilizando fondos públicos.

Compañía Agroindustrial Vinícola es una sociedad anónima propiedad de un grupo de políticos y empresarios de Toluca, Estado de México. De acuerdo con su acta constitutiva, inscrita ante el Registro Público de Comercio en octubre de 2013, César Camacho es dueño de 25 de las 100 acciones de la empresa, y Ramón Salgado de otras 25. La otra mitad de las acciones son propiedad de cinco inversionistas.

El ingeniero bajacaliforniano, Juan Carlos Guevara, es propietario del 10 por ciento de las acciones, así como los empresarios mexiquenses Juan Ramón Mercado Monroy, Jorge Luis González Santana y Juan Lázaro Kaye López.

Las 10 acciones restantes pertenecen a Jorge Muciño Escalona, magistrado del Tribunal Electoral del Estado de México desde octubre de 2010. De acuerdo con su currículum, se desempeñó como consejero del Instituto Electoral del Estado de México de 2005 a 2009, y presidió la Comisión de Fiscalización de los recursos de los partidos políticos durante las elecciones locales en las que resultó ganador de la gubernatura Enrique Peña Nieto.

Muciño fue el responsable de elaborar el dictamen mediante el cual Peña Nieto fue exonerado de las denuncias de rebase de topes de gastos de campaña, y logró obtener el cargo de gobernador del Estado de México, cargo que ocupó antes de llegar a la Presidencia de la República.

Una caja negra

Hoy es un día muy importante para Salgado. Debe prepararse para recibir a más de un centenar de clientes que pagarán alrededor de 100 dólares para disfrutar de una cena maridaje al atardecer, en la terraza donde será el restaurante de la vinícola.

También debe acondicionar el área donde se llevará a cabo el coctel de bienvenida de los visitantes, un edificio en construcción ubicado a la entrada de la vinícola, al pie de la carretera, conocida como La Ruta del Vino.

Este espacio con forma rectangular, erigido a tres metros del suelo sobre columnas de acero, se llamará Caja Negra —explica el arquitecto— y será una sala de degustación de vinos. Al centro tendrá una terraza, y en la parte posterior otra edificación cuadrada que llamarán Caja Blanca, que albergará a un restaurante deli, con especialidad en quesos y carnes frías.

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Es el último fin de semana de las Fiestas de la Vendimia en el Valle de Guadalupe, la 27 celebración anual de la cosecha de la uva, en la que por 25 días más de 60 bodegas locales abren sus puertas, ofreciendo degustaciones, catas dirigidas, eventos culinarios, conciertos y verbenas familiares.

La intención es mostrar a los visitantes nacionales y extranjeros un avance de la siguiente faceta empresarial de la empresa propiedad de César Camacho, un nombre que Salgado omite por completo durante su recorrido por la obra en construcción.

Lo que es evidente es que Compañía Agroindustrial Vinícola, a diferencia de muchas de las vinícolas locales, tuvo un crecimiento acelerado en su infraestructura y equipamiento, rubro en el que fue beneficiado por la Sagarpa a través del Programa de Productividad y Competitividad Agroalimentaria, pero también a través del Programa Especial de Energía para el Campo en materia de Energía Eléctrica de Uso Agrícola.

A través de este programa dirigido a productores agrícolas, para disminuir su gasto en energía eléctrica, la empresa del entonces diputado federal obtuvo un descuento del 90 por ciento en su tarifa, recibiendo en 2016 un subsidio de 29,845.32 pesos, de acuerdo con los documentos en poder de Huffpost México.

Como marca, Hilo Negro ha logrado un ascenso repentino en los circuitos enológicos internacionales. En 2017, la cosecha 2014 de su vino tinto Zig Zag, un coupage de Nebbiolo y Syrah, obtuvo uno de los reconocimientos más prestigiosos que puede obtener un vino: la medalla de oro del Concours Mundial de Bruxelles.

En entrevistas posteriores al recibimiento de la presea, el enólogo Daniel Lonnberg, declaró que el reconocimiento había sido muy gratificante para todos los involucrados en la producción del vino, y aseguró que los impulsa a avanzar como marca mexicana.

"Hasta ahorita vamos creciendo año con año tratando de sacar buenos vinos, la idea fue llegar a las 5 mil cajas como tope", declaró el chileno, en entrevista con el periódico Reforma.

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El Valle de Guadalupe es la región vinícola más importante del país. Sus más de 70 bodegas producen nueve de cada 10 botellas de vino del país, y, a pesar de contar con más de un siglo de tradición enológica, la zona sigue preservando su vocación campirana.

La urbanización ha avanzado lentamente, priorizando los espacios naturales, la vegetación endémica, y los caminos de terracería, aunque la falta de pavimentación provoque ponchaduras de llantas a los autos de algunas de las 800 mil personas que visitan el Valle anualmente.

Hasta hace unos años la calle Berilio no estaba exenta de estos inconvenientes, pues atraviesa una empinada colina que cada temporada de lluvias provocaba deslizamientos, y abría zanjas que dificultaban severamente el tránsito.

Esta situación prevaleció por décadas, pues sólo afectaba a un centenar de residentes de rancherías, fincas y viviendas campestres que la transitaban de manera regular. Pero todo cambió, cuando un político local decidió construir su vinícola en la cima de la montaña.

En 2015, año en que Wenceslao Martínez asumió el cargo como diputado federal, comenzó la construcción de la calle de cuatro kilómetros. Se utilizó concreto hidráulico, el material más costoso, y se aplicaron más de 12 centímetros de espesor para garantizar su durabilidad.

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El exdiputado Wenceslao Martínez se benefició con el apoyo de Sagarpa, y contrató a su propia compañía para constituir el edificio.

La obra concluyó en 2018, año en que el legislador panista terminó su encargo, y hasta que la pavimentación llegó a las puertas de su vinícola Relieve.

Martínez negó categóricamente la existencia de un conflicto de interés, a pesar de que durante su gestión promovió 10 de los 20 millones que costó construir los primeros dos kilómetros de la obra. A través de un comunicado de prensa, publicado a finales de 2016, el legislador argumentó que la obra estaba prevista desde 2010, aunque comenzó a construirse cuando ocupó el cargo público.

"Si me critican lo lamento y respeto a quienes lo hagan, pero no hay mala fe en el tema", manifestó.

Mala fe

La gestión de los recursos federales para la pavimentación de la calle Berilio no fue la primera ocasión que la empresa particular del ex diputado panista se vio beneficiada con fondos públicos.

Documentos oficiales en poder deHuffPost México, revelan que, durante 2015, primer año de la LXIII Legislatura, Relieve Vinícola, S.A. de C.V. recibió un apoyo de 876,673 pesos para la compra de maquinaria y equipo, como parte del programa para el desarrollo de la productividad de las industrias ligeras (Proind) de la Secretaría de Economía.

De acuerdo con loslineamientos del programa, publicados el 12 de junio de 2015 en el Diario Oficial de la Federación, el Proind es una política del gobierno federal para impulsar la productividad y el encadenamiento productivo de los sectores de las Industrias Ligeras.

"Busca impulsar una mayor articulación productiva e incorporación de tecnología que promueva la innovación en dichos sectores que producen bienes de consumo básico para la población".

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El político panista recibió cinco apoyos gubernamentales durante cinco años ininterrumpidos.

El programa ayudó a impulsar el desarrollo del sector vinícola, a través del recurso federal inyectado a la vinícola Relieve. Sin embargo, el carácter de funcionario público federal de Wenceslao Martínez, le impedía beneficiarse con fondos públicos, de acuerdo con lo establecido en el artículo 8 de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos

Pero este no fue el único recurso público que recibió Martínez para financiar su emprendimiento enológico. Desde el sexenio de su copartidario, Felipe Calderón, su otra empresa vinícola, Cavalia S.P.R de R.L., se benefició con más de medio millón de pesos de las arcas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

A través del Proyecto estratégico de agricultura protegida, obtuvo un recurso federal de 480,000 pesos, para la "construcción de cuatro hectáreas de macrotúneles para producir uva", según consta en documentos oficiales. También recibió 56,000 del Proyecto estratégico de tecnificación de riego, para instalar sistema de goteo en su vinícola. Ambos recursos de Sagarpa suman un total de 536,000 pesos.

Autocontratación

En 2013, Wenceslao Martínez logró obtener un recurso federal de 2,185,689 pesos, a través del Programa de apoyo al valor agregado de agronegocios con esquemas de riesgo compartido (provar), de la Sagarpa y el Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco).

La copia de la solicitud de apoyo, obtenida vía transparencia, describe que el fondo público sería utilizado para la "construcción de áreas de proceso y atención a clientes, así como la adquisición de equipo para la elaboración de vino".

Los documentos oficiales de comprobación muestran que el recurso se invirtió en el concepto descrito en la solicitud, sin embargo, las facturas entregadas a Sagarpa por el beneficiario revelan que casi dos millones de pesos destinados a la construcción de la cava, fueron pagados a la empresa constructora de la obra: Transportes y Maquinaria Paymar, S.A. de C.V., propiedad de Wenceslao Martínez, y de su esposa, Leticia Payán.

El beneficio del exlegislador fue doble: como el receptor del recurso público y como el empresario que construyó la obra.

También en 2013, se benefició con otro recurso de Sagarpa. A través del Programa de Desarrollo de Mercados Agropecuarios y Pesqueros, obtuvo 126,933 pesos para acudir a eventos de promoción, exposiciones y ferias.

En total, Relieve obtuvo 3,189,295 en fondos públicos, mientras que Cavalia se benefició con 536,000 pesos de recursos de Sagarpa, sumando un total de 3,725,295 pesos del erario inyectados a las empresas particulares del político panista.

Caído del cielo

La empresa Relieve Vinícola S.A. de C.V. fue inscrita ante el Registro Público del Comercio en agosto de 2009, con Wenceslao Martínez Santos como accionista mayoritario, y Eduardo Castillo Meraz como su socio.

Cavalia S.P.R de R.L. aparece con fecha de inscripción 14 de junio de 2007, como una sociedad igualitaria en el número de acciones propiedad de Wenceslao Martínez Santos, su esposa Leticia Payán, y sus hijos Wenceslao y Viviana.

En su perfil público del Sistema de Información Legislativa, el diputado Martínez aparecía como director general en activo de ambas empresas desde 2007 hasta la fecha en que ocupaba el cargo público. También fungió como secretario de la Comisión de la Industria Vinícola hasta el último día de la LXII Legislatura.

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Las marcas Relieve y Cavalia obtuvieron recursos por 3,725,295 millones de pesos entre 2010 y 2015.

En entrevistas, Wenceslao Martínez Payán, hijo del exdiputado, relata que las empresas vinícolas iniciaron como un simple pasatiempo de su padre, que lo llevó a producir desde una barrica en las instalaciones de su empresa constructora, hasta considerar la comercialización de la bebida.

Al ser cuestionado cómo había empezado la idea de formar la empresa Relieve, Wenceslao junior declaró en entrevista: "le cayó del cielo".

Esta idea divina se ha convertido en un negocio pujante, con 14 hectáreas de viñedos que producen anualmente 3 mil cajas de vino: dos tintos, un cabernet sauvignon y un merlot; un blanco mezcla de chardonnay y sauvignon blanc, y un rosado. También producen dos vinos premium: un tempranillo llamado Ovis, y un Nebbiolo, Ciclo.

El negocio ha redituado, al punto en que en 2013 se convirtieron en proveedores del gobierno federal, obteniendo un contrato público para suministrar vino al restaurante de investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económicas.

Un listado del contrato 426453, en poder del HuffPost México, detalla que la vinícola suministró al centro de investigación 780 botellas de vino tinto, con un precio unitario de 275 pesos, así como 84 botellas de vino blanco, con un valor de 170 pesos. En total, el contrato público sumó 228,780 pesos.

La prosperidad económica de Relieve también ha beneficiado a la hija del exdiputado, Viviana Martínez, propietaria del restaurante Mixtura. Ubicado a un costado de los viñedos, dentro del predio de su padre, ofrece una cocina que "refleja el alma bajacaliforniana", según describe en su portal de internet.

Arquitecta de formación y chef de profesión, Viviana Martínez describe en un video de tres minutos su gastronomía como una mezcla de las bondades del mar con el producto agrícola de la región.

"Somos una familia que nos hemos dedicado a la construcción, al diseño, a la arquitectura, y Relieve es un reflejo todo eso".

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Es viernes en la vinícola El Cielo. Una decena de turistas vistiendo camisas blancas y sombreros desciende de una camioneta y caminan frente a un viñedo cinco veces más grande que el Zócalo capitalino. El grupo atraviesa las puertas de cristal del edificio con arquitectura californiana, y descienden a una cava de piedra a degustar una de las 13 variedades de vinos de la bodega.

Algunos comen en su restaurante, Latitud 32, reconocido por su gastronomía fusión de la cocina de Quintana Roo y de Baja California. Otros visitantes beben en las bancas del vasto jardín mediterráneo, donde se realizan conciertos de artistas como Juan Gabriel, Marc Anthony y Alejandro Fernández.

Con copa en mano, los turistas parecen disfrutar del atardecer cálido, y del tono ámbar del cielo, mientras cae el sol sobre las montañas áridas del Valle de Guadalupe.

Para su dueño, el político quintanarroense, Gustavo Ortega Joaquín, y su esposa, Daly Negrón, la vinícola es un sueño hecho realidad, o al menos así lo asegura en el portal de internet de la empresa:

"Nuestro sueño fue retirarnos y construir un hotel boutique en torno a un viñedo, disfrutar lo que hacemos y construir en la tierra nuestro propio paraíso".

1.7 millones de pesos de recursos federales fueron invertidos en la construcción y equipamiento del sueño de Gustavo Ortega Joaquín, ex alcalde de Cozumel y miembro de una de las familias más prominentes de Quintana Roo, política y económicamente.

También es primo hermano de Pedro Joaquín Coldwell, titular de la Secretaría de Energía federal durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, periodo en el que ha recibido cuatro apoyos federales de las secretarías de Economía y de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Herencia política

Vinícola El Cielo es el nombre comercial de la empresa Hoteles y viñedos del Valle de Guadalupe, S.A. de C.V., conformada por Gustavo Ortega Joaquín y su socio, José Luis Martínez Alday, presidente del Grupo Lomas Travel, un corporativo turístico ubicado en Quintana Roo que posee hoteles en la Riviera Maya, agencias de excursiones, y la aerolínea regional Mayair.

Al igual que su primo Pedro Joaquín, Gustavo Ortega combinó la política y los negocios turísticos en su natal Quintana Roo. En 1990, meses después de egresar de la licenciatura de administración de empresas fue nombrado tesorero del municipio de Cozumel. Entre 1997 y 1998 ocupó el cargo de secretario de Turismo del Estado, y a partir de ese año despegó su carrera como empresario turístico.

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La vinícola El Cielo recibió 1.73 millones de pesos en fondos federales entre 2013 y 2016.

En su currículum aparece que ha ocupado la dirección y gerencia de cinco hoteles, un centro de ecoturismo y un club de playa de la Riviera Maya. De acuerdo con el registro público de comercio de Quintana Roo, es socio en cinco empresas de desarrollo turístico e inmobiliario, junto con sus hermanos Jorge Eduardo y Juan Enrique. También es propietario de una empresa dedicada a la planificación de bodas.

Ortega regresó triunfal a la política en 2005, ocupando la presidencia municipal de Cozumel, y posteriormente una diputación federal en la LXI Legislatura. Aunque en sus inicios militó en el PRI, como la mayor parte de su familia, Gustavo se convirtió al PAN para contender por la alcaldía de Cozumel, y continuó en las filas del albiazul durante su estancia en San Lázaro.

Fue ahí donde compartió bancada con Francisco Vega de Lamadrid, gobernador de Baja California, estado donde fundó su vinícola en 2013, mismo año en que Vega llegó a la gubernatura.

Empresa ecoresponsable

Desde el año de su fundación El Cielo ha recibido fondos del gobierno federal. En 2013 obtuvo 79,822.81 pesos del Programa de desarrollo de mercados agropecuarios de la Sagarpa, en su componente de eventos de promoción, de exposiciones y ferias.

Un año después fue beneficiado con otro apoyo de la Sagarpa, este por 750,000 pesos para la compra de un "parque solar para el suministro de energía eléctrica de la planta de procesamiento de uva para el vino", según consta en documento de solicitud obtenido porHuffPost México, a través de solicitudes de acceso a la información.

Cinco conjuntos de paneles de 10 metros y medio de ancho y cinco de alto proveen energía renovable a la empresa del primo del secretario de Energía, pero también sirven como techo para los autos estacionados al extremo oeste de la vinícola.

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La empresa del primo del secretario de Energía obtuvo 750,000 pesos del erario para adquirir un sistema de energía solar.

Un segundo sistema de 45 paneles, instalados en el techo de la bodega de vinos, completa el sistema energético, que, de acuerdo con las dos facturas presentaras en noviembre de 2014 a la Sagarpa, costó 1,142,978 pesos.

El apoyo gubernamental le hizo merecedor en 2015 de un reconocimiento del XXI Ayuntamiento de Ensenada, por ser una empresaecoresponsable, al ser la primera vinícola en utilizar energía limpia para su operación.

En 2015 El Cielo obtuvo un tercer recurso público, por 796,000 pesos, como parte del programa para el desarrollo de la productividad de las industrias ligeras de la Secretaría de Economía. Un año después ganó un incentivo de 112,854.89 pesos para el fomento a la exportación.

Los cuatro recursos federales obtenidos entre 2013 y 2016 suman un total de 1,738,677.70 pesos.

Crecimiento

En tan solo cinco años la empresa de Gustavo Ortega Joaquín ha logrado un crecimiento como pocas casas vinícolas del Valle de Guadalupe. Su viñedo de 85 mil plantas distribuidas en 22 hectáreas cultivadas, producen tres líneas de vinos, con un total de 13 marcas en el mercado.

Dos de sus vinos, Orión y Hubble, ganaron en 2017 la Gran Medalla de Oro en elConcours Mondial de Bruxelles, mientras que otras de sus marcas han recibido calificaciones superiores a 90 en rankings mundiales de vinos como la Guía Peñín de España y la revista de estilo de vida de lujo, Robb Report.

Más allá del vino, El Cielo ha incursionado con éxito en la gastronomía. Su restaurante Latitud 32 es reconocido por mezclar la cocina tradicional yucateca con los productos del mar y los cortes de carne que caracterizan a la cocina de Baja California.

La promoción de conciertos y eventos ha sido otra de las vertientes empresariales de la empresa de Ortega. Marc Anthony, Juan Gabriel, Lupita D'Alessio, Alejandro Fernández y Alex Ubago son algunos de los artistas que se han presentado en los terrenos de la vinícola.

Hospedaje

En los últimos años, la diversificación empresarial de El Cielo avanzó hacia un rubro familiar para Gustavo Ortega: el hospedaje.

La idea detrás del proyecto surgió tras una visita de Gustavo y su esposa Daly por el Valle del Loira, en el centro de Francia.

"Vimos un hotel boutique en medio de un viñedo, con un restaurante gourmet y nos pareció aún más interesante la idea, esto es, tener un hotel y un restaurante que nosotros pudiéramos atender y estar al frente de la operación", declaró Ortega durante una entrevista con Yvette Hesse para la revista Nuestra Gente Quintana Roo.

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Gustavo Ortega Joaquín obtuvo un permiso para construir un hotel de 57 habitaciones, pero construyó una villa con 30 casas de dos pisos, dos lagos artificiales y una iglesia.

En diciembre de 2015 obtuvieron un permiso favorable de la Dirección de Catastro y Control Urbano del municipio de Ensenada, para la construcción y operación de un hotel de 57 habitaciones, de acuerdo con el dictamen de uso de suelo comercial en poder del Huffpost México.

Su edificación se realizaría en un terreno de 28.7 hectáreas, ubicado al este del predio de la vinícola. El documento indica que el inmueble se establecería dentro de una zona de uso agrícola, condicionada al desarrollo con fines turísticos de dos habitaciones por hectárea.

Casi tres años después, donde debería de estar un hotel de 57 recámaras se ubica una villa de 30 casas de dos pisos, distribuidos en tres secciones que rodean a dos lagos artificiales y a una alberca rectangular. Al menos otros seis cimientos aguardan la edificación de seis casas más.

El complejo turístico también contará con una iglesia, actualmente en construcción, pues la organización de bodas es otra de las áreas empresariales de mayor experiencia de Ortega y su familia.



Este reportaje fue realizado en el marco de la iniciativa para el periodismo de investigación en las Américas, del International Center of Journalists (ICFJ), en alianza con Connectas.