Cinco meses atrás, otros dos venezolanos fueron detenidos realizando cobros en Yacuiba, en la región de Tarija, y llamó la atención que se desplazaban en motocicletas, con cascos de vidrio oscuro y con tarjetas de cobros similares a las usadas por los colombianos.
Estamos convencidos, dice uno delos investigadores que participó en el operativo de La Paz, “que estas redes de colombianos están aprovechando la crisis social y humanitaria de los venezolanos para usarlos como cobradores y evadir la acción de las Fuerzas Especiales”.
La directora de Inmigración, Yanet Senzano, revela que aunque Bolivia es un país de paso para los venezolanos “en el 2018 se registró el ingreso de 4.301 ciudadanos extranjeros de Venezuela y salieron 2.428, significa que se quedaron 1.873” deambulando por el país, pidiendo dinero en las calles o realizando ventas informales.
Otros países como Colombia, Ecuador y México también han registrado la presencia de venezolanos realizando actividades de cobro.
Sin embargo, acudimos para este reportaje de El País en alianza con CONNECTAS a la sede de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), donde el coronel Sergio Bustillos Maldonado explica sobre la expansión del delito en Bolivia.
“En el operativo nos dimos cuenta que era prestamista ‘gota a gota’ y que la mujer en realidad estaba atrasada en las cuotas. Esta persona denunció ante los medios de comunicación y empezamos con los operativos para desmantelar estas bandas”, recuerda el uniformado.
En las tres semanas siguientes, hubo dos operativos más en La Paz en los que detuvieron a otras seis personas ubicadas por hacer ‘minipréstamos’, como también conocen el ‘gota a gota’ en Bolivia, con intereses del 40 por ciento. Entre los capturados había una ciudadana boliviana y un ecuatoriano.
“Hemos realizado el llamado Plan Tapón que tiene como principal objetivo limitar el actuar de súbditos colombianos que son los que promueven este tipo de negocios en nuestro medio y estamos
haciendo seguimiento permanente para limitar o neutralizar su accionar en la sociedad boliviana”, señala el coronel Bustillos.
Hemos visto también, explica otra fuente policial, “que hay una especie de escuela del crimen en la que los colombianos que hacen parte de estas estructuras delictuosas, cuyos jefes estarían radicados en la ciudad de Santa Cruz, capacitan a bolivianos y ciudadanos de otras nacionalidades para ampliar este sistema de préstamos de fondos de dudosa procedencia”.
Varios de los prestamistas en mercados bolivianos llegaron a ese país violando normas migratorias y fueron deportados a Colombia.
Datos entregados por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen en La Paz revelan que las tres organizaciones desmanteladas tenían 357 víctimas de los cobros diarios, pero ninguno presentó denuncia.
Foto: Cortesía Agencia Boliviana de Información
La autoridad estableció que el dinero producto del ‘gota a gota’ era remitido desde La Paz a los jefes en Santa Cruz de la Sierra y desde allí se enviaba luego a Colombia.
Ocultan un delito con otro
Cuando el ‘gota a gota’ arribó a Bolivia en el año 2010, exactamente a la ciudad de Santa Cruz, esos primeros colombianos enviados para expandir por la región las redes de prestamistas atrajeron a sus víctimas con un delito más grave que la usura.
Para ocultar la verdadera intención de otorgar créditos con altas tasas de interés, las decenas de personas que ingresaron vía terrestre por Perú, a través del municipio de Desaguadero, junto al lago
Titicaca, empezaron vendiendo a crédito electrodomésticos chinos de mala calidad o de fabricación nacional, los que etiquetaban con marcas japonesas o alemanas.
Tras la creación de la Comunidad Andina de Naciones, entre otros acuerdos, los colombianos no han tenido restricción para ingresar a Bolivia desde 2009. “Nosotros hacemos parte del Mercosur y este convenio multinacional otorga a los colombianos, entre otras nacionalidades, 30 días como turista para estar en Bolivia. Ya cuando son aprehendidos por algún delito, lo que hacemos a través de Interpol es canalizar la información con las embajadas o las policías para verificar sus antecedentes”, explicó el comandante de la FELCC.
Varios países de América Latina pueden consultar de forma inmediata los antecedentes de los colombianos que son detenidos.
La presión y violencia que ejercen los prestamistas a la hora de realizar los cobros, sumados a una histórica presencia en Santa Cruz de miembros de carteles de la droga y de bandas de crimen organizado despertó un sentimiento de rechazo hacia los extranjeros.
Citando las palabras que pronunció entonces el influyente senador, “de cada diez ciudadanos colombianos que llegan a Bolivia hay dos sanos, los demás están comprometidos con cosas ilícitas que puede ser droga o maleantes, ladrones o asesinos”.
En febrero de 2011, la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico detuvo a Jesús María Osorio considerado por ese país como el nexo más importante en Bolivia del cártel colombiano del Norte del Valle.
Foto: Diario El País
Pero hay un elemento más que referencia al Norte del Valle. Los que proceden de esa región y fueron claves en la expansión del ‘gota a gota’ a ciudades cercanas a Santa Cruz como Cotoca, Montero, La Guardia y El Torno.
Otro tanto permanece en las cárceles del país respondiendo por delitos conexos al ‘gota a gota’ como usura, extorsión, delitos financieros, asociación delictuosa, amenazas y estafa, por la comercialización de productos chinos con marcas falsas.
Según datos entregados por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia tras un derecho de petición de información, en Bolivia hay 202 colombianos detenidos aunque no detalla el delito por el cual están detenidos y el dato es general.
De vuelta en Santa Cruz, el fenómeno creció con el silencio de las víctimas hasta que en julio del 2013, la Fuerza Antidroga de Bolivia inició una investigación en el mercado Los Pozos. Su hipótesis fue que esos créditos obedecían a un sistema de lavado de activos de organizaciones de colombianos vinculados con el narcotráfico en el oriente del país.
Los jefes de las redes ‘gota a gota’ tiene la facilidad desde Santa Cruz de huir del país hacia Argentina o Paraguay.
La presión policial desplazó a varios de los prestamistas de esa zona y con los meses aparecieron en Cochabamba, Pandi, Oruro, La Paz y Tarija, frontera con Argentina.
El operativo policial al ‘gota a gota’ en Bolivia fue en marzo del 2018 en Villa Tunari, en la región de Cochabamba. Ahí capturaron a s nueve colombianos acusados de torturar a sus víctimas y detuvieron a su cabecilla, Hugo de Jesús Restrepo. En este operativo también incautaron tres motocicletas, dos armas de fuego calibre 22, dos bolsas y seis sobres de marihuana, dinero en efectivo, billetes falsos y catorce teléfonos celulares, entre otros.
Foto: Diario El País
Sin embargo, el ‘pez gordo’ para las autoridades bolivianas se les escapó dos meses después, en mayo del 2018, en un operativo en el sector de Miraflores, en La Paz, en el que huyó Christian Gómez. Él es señalado por las autoridades en Bolivia de ser la persona el responsable de mover el ‘gota a gota’.
Según la División de Propiedades de Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, el principal accionista abandonó el país por tierra con su esposa y una hija evadiendo controles fronterizos.