Poner el foco en mejorar
la seguridad de los padrones electorales

El padrón es el registro único de electores en Argentina que incluye a todos los ciudadanos que cumplen con los requisitos necesarios para votar. Tiene graves fallas de seguridad que pueden poner en peligro el desempeño de una elección. Como dijo la Jueza Federal, la Doctora María Servini de Cubría, en la Comisión de Reforma Electoral en el Congreso, “hay errores en el padrón de Buenos Aires, más allá de que está atrasado: hay millones de novedades que no están agregadas”. Explica que “con las idas y vueltas los cambios de domicilio que se producen, nunca se vieron reflejados sobre el padrón que quedó desactualizado. Es más importante poner el foco en el padrón que en el voto electrónico”. No sólo el padrón de Buenos Aires está desactualizado, lo mismo ocurre en otras provincias



Qué es el “Padrón”

El padrón electoral garantiza que cada votante emita un único voto, así es posible evitar que alguien vote más de una vez e impedir que lo hagan quienes no están habilitados para votar o individuos ya fallecidos. Cuando la persona llega al lugar de votación con su documento de identidad, la autoridad electoral comprobará su inscripción en el padrón y realizará una marca para dejar registro de su participación en las elecciones.

Los usos del domicilio configuran la primera fisura en el armado de los padrones electorales. En Argentina, las elecciones están regidas por el derecho público: lo que está en juego es la autoridad del Estado. El domicilio de las personas -regido por el derecho privado- determina el lugar de votación.

Principales irregularidades que genera el actual sistema de padrones:
  1. Agrandar las urnas: la maniobra puede ser realizada antes, durante o después del proceso de votación a partir de padrones que no están “limpios”, no se cruzaron, o tienen fallas e irregularidades, como personas fallecidas o que no viven más en una determinada localidad. Entonces, sabiendo que hay más electores en el padrón que personas que van a concurrir a votar algunos partidos políticos pueden agregar más sobres con boletas, así pasa desapercibida la maniobra, ya que siempre será menor que la cantidad de ciudadanos registrados para emitir el voto.

  2. Usurpar la identidad: si bien es una práctica que ya no es común por su complejidad aún ocurre en algunas localidades cuando una persona vota en nombre de personas fallecidas o de electores que están en el padrón pero que no tienen la obligación de votar. Por ejemplo, mayores de 70 o personas que residen en el exterior o a más de 400 kilómetros del lugar de votación y no cambiaron el domicilio.

  3. Adulterar los padrones: al tener el control de la información del Registro Civil dentro de los municipios, algunos políticos usan la oficina para “imprimir” o “incorporar” domicilios e identidades de personas que no viven en la ciudad o localidad donde deberían votar.

  4. Buscar votantes: en varios casos -fue comprobado por testimonios en Malvinas Argentinas- el día de la elección el poder político de turno puede usar autos particulares, micros, o incluso remises, algunos pagos por el propio partido político o municipio para ir a buscar votantes a los domicilios reales que no corresponden con la localidad donde ejercen el derecho al voto pero lo hacen porque tienen la obligación de votar según dónde estén registrados en el padrón.

  5. Prácticas clientelares: algunos políticos utilizan mecanismos de cooptación de votos aprovechando las necesidades de grupos de personas: piden que los voten, a cambio de ayudas económicas, uso de los servicios del municipio, promesas de pago o trabajo.