El reinado de los carteles mexicanos en América Latina

Los narcocarteles mexicanos avanzan con éxito en la integración de su negocio desde la producción hasta la venta al menudeo, convirtiéndose en una nueva amenaza regional.

Imagen bajo licencia Creative Commons. Autor: Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. y photy.org

Desde la época del cartel de Medellín con Pablo Escobar a la cabeza, en la región no se veía una estructura que fuese capaz de lograr tener el control del negocio del narcotráfico de principio a fin. Durante más de tres décadas de guerra contra las drogas, lograr desarticular las diferentes etapas de tan jugosa cadena, parecía uno de los pocos logros de esta polémica política. Hasta ahora. Con la retirada de la guerrilla de las FARC en las zonas de cultivos de hoja de coca en Colombia, diferentes carteles mexicanos han entrado con bríos a disputar el control de esta actividad.

Más allá de lo que significa esto para las finanzas del mundo criminal, está el impacto desestabilizador que puede tener para la región el que surja una o varias superpoderosas estructuras que operan articuladas desde la Patagonia hasta Rio Grande.

Una evidencia de lo que puede significar esta presencia en la región, la vivió el proceso de paz colombiano luego de que se lograra la detención de uno de los líderes desmovilizados de la exguerrilla de las FARC, cuando según las autoridades negociaba un cargamento de 10 toneladas de droga con supuestos emisarios del cartel de Sinaloa. La Fiscalía maneja la hipótesis que los aparentes contactos con la organización mexicana habrían iniciado en 2017.

También los ecuatorianos han tenido una dura prueba en la frontera tras ataques con explosivos a su fuerza pública, aparentemente por el aumento en la incautación de droga que llega por la frontera con Colombia. Hechos de violencia que nunca habían vivido en su territorio.

El gobierno de Ecuador, atribuyó dichos ataques a Carteles Mexicanos asociados con criminales colombianos en la disputa de las rutas por esta zona fronteriza, sin que se proporcionara el nombre de las bandas que allí estarían operando.


Además, se suma el secuestro del equipo periodístico de El Comercio de Quito, hecho al que se le atribuye relación con carteles aztecas. Un doloroso episodio que tras varios días de incertidumbre el Gobierno confirmó la muerte de las tres personas que estaban en cautiverio.

En Colombia las autoridades atribuyen a los mismos carteles la mayor parte de las 420 toneladas de droga incautada en 2017, una cifra sin precedentes. De forma similar autoridades de otros países también atribuyen a estas las incautaciones en sus territorios. Así es, por ejemplo, en Argentina, donde incautaron dos toneladas de droga (una cifra récord en ese país) en un cargamento con un sofisticado camuflaje en medio de unas bobinas de hierro.

También en Brasil, hay evidencias de esta presencia. La Policía Federal anunció con bombos y platillos la detención de José González Valencia a quien identificaron como uno de los líderes del cartel Jalisco nueva Generación y es solicitado por las Justicia de los Estados Unidos.

Según la DEA son ocho los carteles mexicanos que se disputan el territorio no solo en su país sino todo el continente. Siendo los más importantes el de Sinaloa, Jalisco y los Zetas, que buscan el control de los mercados de Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Panamá, El Salvador, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Además de naciones fuera de la región como China, japón, Reino Unido, Francia Holanda, España, india, Alemania y África Occidental.

El control del negocio, pareciera estar dándose a través de fuertes alianzas con organizaciones delincuenciales locales que en el panorama regional no tendrían mayor calado, pero que con una organización superior que las articule, puede significar amenazas inéditas para diferentes países.

El temor es que en las ansias del control del negocio, las alianzas no se den solo con pillos de menor cuantía, sino que escalen a políticos que les garanticen un mayor control del territorio a cambio de puñados de dólares. Varios analistas coincidieron que esta es una de las mayores inquietudes de lo que puede estar pasando en varias de las instancias de la maltrecha institucionalidad venezolana.

Con varios procesos electorales claves en la región este año, como es el caso de México, Colombia, Venezuela y Brasil, no hay  que minimizar que en la región hay un nuevo actor, que puede estar dispuesto a lo que sea por lograr este control. Tiene la fuerza y el poder económico para hacerlo.

Ya Alfonso Navarrete, secretario de Gobernación de México, reconoció que organizaciones ilegales han intentado intervenir en las campañas electorales de cara a los comicios del 1 de julio. Aseguró que es una situación que no se permitirá y que tendrá toda la atención del Gobierno, pero es incierto conocer qué tantos casos quedarán en impunidad por el silencio y miedo a represalias.

Óscar Naranjo, actual vicepresidente de Colombia y uno de los más experimentados funcionarios en la lucha contra las drogas en la región, también lo advierte: “Es prioritario romper el vínculo entre organizaciones mexicanas y colombianas y asegurar la captura de miembros de esas organizaciones trasnacionales que muestran interés en Colombia”. Pero no sólo es este país, sino toda la región.

Este será el tema central que se discutirá esta semana en el Encuentro Virtual CONNECTAS “La expansión del narco mexicano en América Latina”que contará con la participación de los expertos Jeremy McDermott, director ejecutivo de inSight Crime; Rafael Croda, corresponsal en Colombia de la revista Proceso, y Silber Meza, periodista Nodo de CONNECTAS en México.

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