El gran lago amenazado de Nicaragua

Una medición de la profundidad del Lago de Nicaragua en la ruta canalera confirma los peores pronósticos.

Al sureste del Volcán Maderas, desde donde la costa de Rivas es sólo una línea difuminada por la distancia, la inmensidad del Cocibolca se despliega con imponencia: extensiones de agua que parecieran sin fin son peinadas con suavidad por el constante viento. El sonar ha detectado en este punto la mayor profundidad de la ruta del ‘Gran Canal Interoceánico’ dentro de este lago que los conquistadores españoles, anonadados, nombraron “La Mar Dulce”.

Expedición al Gran Lago de Nicaragua

El economista Juan Sebastián Chamorro, capitán de la embarcación Calypso,apoyado por el sonar de visión lateral marca Humminbird 980sci calculará horas más tarde, en la fangosa costa de ‘El Tule’, municipio de Rio San Juan, que apenas entre 10 a 15 kilómetros de la ruta canalera trazada por la empresa HKND Group, presenta la profundidad requerida para el paso de mega barcos Post-Panamax.

“Tendrían que dragar casi toda la ruta, porque estamos hablando que solo un tramo de los 105 kilómetros proyectados tiene una profundidad de entre 27 y 30 metros”, dice Chamorro, mientras maniobra el Calypso para que no encalle. Tras analizar los resultados reconocerá que la causa de esta máxima profundidad registrada —que difiere con el resto de la ruta que presentó depresiones medias entre los 6 y 12 metros— ya estaba registrada en un viejo mapa de 1899 y otro de 1972.

El Gran Lago -MapaMapa de localización del Gran Lago de Nicaragua.  Con una extensión de más de 8 mil kilómetros, el Lago de Nicaragua o Lago Cocibolca es el más grande de Centroamérica y el segundo más grande América Latina.
El Lago Cocibolca siempre ha estado en la mira de la aventura canalera. Desde el siglo XIX con los gobiernos de Estados Unidos y, ahora, con el empresario chino Wang Jing, dueño de la concesión otorgada por el gobierno del comandante Daniel Ortega, se han concebido decenas de proyectos, bajo la premisa de aprovechar el lago para la navegación de grandes buques. Pero pocos han realizado estudios científicos sobre la profundidad del lago, y las implicaciones del dragado que tendría que hacerse para conseguirlo.

En julio pasado el ingeniero de HKND, Don Yunsong, anunció la ruta del ‘Gran Canal’ que terminó siendo no muy distinta a la trazada por los estudios esbozados bajo la presidencia del expresidente Enrique Bolaños. “El Canal tendrá una extensión total de 278 kilómetros de longitud total, de los cuales 105 son a través del Lago Cocibolca”, indicó el funcionario chino mediante traductora.

SOlo un tramo de 10 a 15 kilómetros  tiene la profundidad requerida de 27 a 30 metros para el canal, el resto requiere un dragado masivo.

Yunsong expuso en un hotel de Managua que el Canal medirá entre 230 a 250 metros de ancho, y su profundidad oscilará entre los 27.6 a 30 metros. De inmediato la comunidad científica nicaragüense intensificó su alarma por el futuro del Gran Lago, el segundo más grande de Latinoamérica. La razón: su somera profundidad.

El último registro batimétrico del Cocibolca data de 1972. Es la única referencia, aunque desfasada, con la que se cuenta. El informe dio las primeras luces sobre el inevitable dragado al que tendría que someterse el lago para cumplir con las medidas proyectadas por los concesionarios chinos. ¿Cuánto material habría que excavar para construir la zanja dentro del acuífero? ¿Qué repercusiones tendrá en la flora y fauna? ¿Será afectada calidad del agua? Esas son algunas de las interrogantes que flotan en el ambiente a falta de información oficial.

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El 27 de septiembre una expedición de Confidencial, dirigida por  los marineros Juan Sebastián Chamorro, al mando de Calypso, y Pedro Joaquín Chamorro, piloteando la embarcación La Bachi, zarpa desde la costa de Obrajuelo, cerca del río Las Lajas, en Rivas. La zanja del Canal saldría del lago cortando la franja del Pacifico por este pequeño poblado.

La misión del día es recorrer los 105 kilómetros de ruta canalera dentro del lago, siguiendo la raya delineada por HKND lo más fiel posible. Los marineros traspusieron el mapa presentado por Don Yunsong para poder obtener coordenadas aproximadas.

“Los cinco puntos que se escogieron fueron traslapando la ruta que supuestamente está proyectada del canal con una ruta real hecha con GPS. Primero se trazó los puntos y luego se metieron en el GPS, y la seguimos para tomar algunas muestras de profundidad”, detalla Pedro Joaquín Chamorro los tecnicismos.

11 grados 24.385 Norte marca la coordenada de salida. El oleaje está agitado. La dirección es hacia el hito 2, o H2 como se abreviaron, a cinco kilómetros al noreste de Obrajuelo, donde la ruta canalera hace un pequeño quiebre hacia la isla de Ometepe y prosigue en línea recta. Este viaje se ha dividido en cinco hitos para facilitar la medición del fondo lacustre por tramos.

Las profundidades detectadas en el Cocibolca

El primer trecho que recorremos -de Obrajuelo a H2- la distancia es de cinco kilómetros entre ambos puntos. Las profundidad marca 2.1 metros, 27 menos que lo requerido para el canal en el lago. El sonar percibe formaciones rocosas que inician en la costa y se internan 900 metros. En la pantalla del sonar las piedras se reflejan como alteraciones corrugadas en el lecho. A medida que nos alejamos de la orilla, los 2.1 metros de hondura pasan a 8.7. Estamos ya en H2.

El siguiente tramo es de H2 a H3. El pico del volcán Concepción, en Ometepe, se pinta de verde mientras más nos acercamos. Basura es arrastrada por la corriente. El sonar determina una profundidad intermedia de 12.3 metros entre H2 y H3 hasta llegar a los 18 metros. Los motores de La Bachi son acelerados y por el radio de la Calypso se escucha la voz del diputado Pedro Joaquín Chamorro:

–  La Bachi a Calypso, cambio – dice Chamorro

–  Adelante, Pedro –  contesta Juan Sebastián

–  ¡Ya estamos casi encima de la fosa! – refiere el diputado

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Cuando los estadounidenses estaban interesados en el paso interoceánico por Nicaragua, realizaron estudios del territorio que fueron presentados ante las autoridades de aquel país para determinar su viabilidad.

Uno de esos documentos fue un estudio de la hidrografía de que data de 1899, suscrito por el contralmirante John G. Walker, presidente de la marina de EE.UU; el coronel Peter C. Hains, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU, y el profesor Lewis M. Haupt, ingeniero civil.

La medición del Cocibolca realizada por los gringos determinó que hay un espacio que parte del Volcán Maderas de Oeste a Este, en el que las profundidades oscilan entre “80 y más de 100 pies”, es decir entre 24 y 36 metros según la conversión.

En 1972 el Instituto de Fomento de Nicaragua (INFONAC) contrató un estudio de batimetría del Gran Lago, estableciendo las zonas más profundas en la misma zona que los estadounidenses; del Maderas con dirección hacia el archipiélago de Solentiname. Este es el último estudio con el que se cuenta ahora que la aventura canalera ha vuelto a seducir con el progreso a Nicaragua. Pero 42 años después, ¿la profundidad del lago seguirá igual, tomando en cuenta los millones de sedimentos que han caído en el enorme estanque?

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Carlos Herrera/Confidencial.
 –  ¡Es la fosa San Ramón!  –  grita Pedro Joaquín Chamorro desde La Bachi.

El sonar en la Callypso ha doblado los números de la profundidad. Entre H4 y H3 hay 29 kilómetros de distancia. De esos, aproximadamente entre 10 y 15 kilómetros presentan hondonadas de 18 hasta 36 metros. Lo justo para el calado de los monstruosos buques a los que el ‘Gran Canal’ pretende brindarle servicios.

Al terminar la expedición, Pedro Joaquín Chamorro, presidente de la comisión de turismo de la Asamblea Nacional, dirá que solo en un 10% de la ruta canalera dentro del lago Cocibolca no es necesario hacer un dragado para abrir la zanja sumergida. “Es precisamente lo que le llaman la fosa de San Ramón, que va hacia la (isla) Zanata. La ruta la corta transversalmente, no la corta paralelo”.

La Zanata es una pequeña isla ubicada a 6 kilómetros al norte del punto H4, sitio por el cual seguimos ejecutando las mediciones con el sonar. Desde este punto, la costa de Rivas es sólo esa línea difuminada en el horizonte. El calmo oleaje en esta zona permite apreciar sin sobresaltos el dorso del Maderas, antes vestido por la vegetación y hoy desnudo gracias a las parcelas incendiadas destinadas para la agricultura.

Para calcular el ancho de la fosa, el segundo día de la expedición navegamos desde el extremo sur de Ometepe en dirección sur al volcán Orosí. Fueron registradas las mismas profundidades en los tres kilómetros recorridos.

Juan Sebastián Chamorro dice que para tener un detalle más exacto de la fosa sería necesario cubrir una mayor extensión del lago y examinar la fosa en su totalidad. “Habría que sondear continuamente 125 kilómetros cuadrados, que está fuera del alcance actual de exploración”, asegura. Pero un hecho es que la fosa está más cerca de Ometepe y menos próxima a la costa sur del lago.

La profundidad en este punto comienza a achicarse al avanzar al punto H4. El  sonar nuevamente marca 12 metros como profundidad media. Es decir, que de los 29 kilómetros que hay entre H3 y H4, solo 10 o 15 marcan las depresiones más profundas del fondo lacustre.

–  Cambio, cambio. Pedro, podemos proseguir al otro tramo – anuncia Juan Sebastián.

–  Copiado, Juan – responde el capitán de La Bachi. Los motores rugen y Ometepe va quedando atrás a medida que nos arrumbamos hacia la costa Chontaleña de del Cocibolca.


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Este reportaje fue coordinado por Carlos Salinas y escrito por Wilfredo Miranda para Confidencial, Nicaragua, en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas del International Center for Journalists (ICFJ) en alianza con CONNECTAS.  Fue galardonado con el premio de la iniciativa para el periodismo de investigación en las Americas (2015).
 

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