En la Colombia que trata de consolidar la paz tras la firma de los acuerdos con las FARC, hace 11 meses, la violencia contra los líderes sociales, activistas y representantes de las comunidades campesinas aún no se ha detenido. La Defensoría del Pueblo calculó el pasado verano que, hasta julio, murieron 186 personas en un año y medio. Según la Fundación Paz y Reconciliación, desde el 24 de noviembre de 2016 se han registrado 89 asesinatos y 282 ataques. El presidente del Gobierno, Juan Manuel Santos, convocó ayer a una comisión de seguridad encargada de analizar esta emergencia.
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