Por Priscila Hernández Flores para CONNECTAS

Una de las cartas de Cuba en ferias turísticas internacionales de turismo es su apertura a la construcción de campos de golf en playas poco exploradas por el turismo que podrían ser sede de lujosos hoteles. La isla se convirtió en un destino no solo de turistas sino de constructores, inversionistas y arquitectos expertos en el exigente diseño de campos para este deporte. La promoción turística ya está en pie y las inversiones del golf comenzaron a llegar a la isla.

El ministerio de Turismo de Cuba afirma que “en la actualidad se promueve la creación de inmobiliarias asociadas a esta modalidad deportiva para potenciar el desarrollo del turismo en Cuba”. En los anuncios oficiales repiten que serán 27 campos de golf los que se construirán. “Es un proyecto que se desarrollará en 25 años. Estamos en la primera fase de la primera etapa”, explicó el director de Cuba Golf S.A, Raudel García, al iniciar la construcción de Punta Colorada, uno de los primeros proyectos de la isla. 

Para esta investigación de CONNECTAS se revisaron los proyectos de estos campos de golf con información oficial y la publicada por los despachos de arquitectos y diseñadores en sus portales web, con esto se lograron confirmar 12 campos de golf en seis proyectos vigentes. 

Estos campos avanzan sin informar con claridad cómo tomarán agua, para el mantenimiento de los céspedes, aunque algunos prometen que será a partir de aguas residuales. Sin embargo, no existen datos sobre cómo será el abastecimiento para que los campos de golf cumplan con los estándares internacionales en un país con problemas de agua, sequías y dificultades para abastecer a la población. 

Es tal la preocupación por los problemas del agua en Cuba que en 2016, en la sexta reunión del Partido Comunista, hubo lineamientos específicos para los temas hidráulicos con metas a 2020. Allí, por primera vez, se explica que se buscará crear programas para  “garantizar la cantidad y calidad del agua, disminuir las pérdidas, incrementar su reciclaje, reducir el consumo energético y los servicios asociados a los sistemas de aprovechamiento, acueducto y alcantarillado”.

En Cuba sólo hay dos campos de golf: uno en Varadero, con 18 hoyos y otro en La Habana con nueve hoyos. Sin embargo, solo con los 12 proyectos que hacen parte de esta investigación, los terrenos para practicar este deporte se aumentarían en 3.345 hectáreas. 

Según la Asociación de Golf de Estados Unidos (USGA por su nombre en inglés), un campo promedio en este país requiere alrededor de 130.000 galones (492.103 litros) de agua por día. La cifra puede variar de acuerdo al clima y la extensión. Por su parte los expertos del deporte de precisión coinciden que para la calidad del campo es fundamental tener un césped óptimo. Para lograr esto es indispensable el agua que garantiza el crecimiento del pasto de una variedad específica.

Sin embargo, en Cuba no hay leyes que regulen la construcción de campos de golf  y cómo deben acceder al agua. El Instituto Nacional Hídrico de Cuba reconoce que las normas “en sentido general y específicamente las de consumo están desactualizadas”. Mientras las leyes cubanas son anacrónicas, la isla tiene como principal fuente de agua “la lluvia y su magnitud es relativamente baja, siendo la media anual de 1.335 mm”.

La ejecución de los proyectos de campos de golf se hizo a partir de “empresas mixtas”, es decir, compañías conformadas por empresas extranjeras con una empresa Cubana, algo que ahora permite la Ley de Inversión Extranjera. Las tres empresas cubanas con las que se conformaron los complejos de turismo y de golf son: Palmares S.A, Cuba Golf y Gaviota S.A, esta última empresa turística está en la lista de comercios restringidos por Estados Unidos, por ser una empresa asociada a las fuerzas militares cubanas.

En 2014, el ministerio de Turismo de Cuba promovió como actividad extra hotelera y como una posible fuente de ingresos e inversiones la construcción de campos de Golf,  así lo anunció al mundo en el documento Cuba como plaza de inversión. 

En plena apertura económica de Cuba con Estados Unidos, durante la administración de Barack Obama, parecía que el mercado estaría dirigido a los golfistas de este país. Hoy, con las políticas de la administración del presidente Donald Trump, que incluyen la prohibición de ingreso de cruceros a la isla y limitaciones en el envío de remesas a Cuba, esos turistas se ven cada vez más lejos. Aunque los estadounidenses aún no pueden viajar abiertamente a Cuba, la expectativa de los nuevos desarrollos sigue puesta principalmente en el mercado estadounidense.

Del agua no se habla

Este mapa ubica los campos de golf que están en diferentes fases. La información para localizarlos fue obtenida de las páginas oficiales, así como los  proyectos de diseños arquitectónicos.

Con un son Cubano comienza el video en el que explican la infraestructura de Punta Colorada Cuba Golf Marina con dos campos de golf que construyen en Pinar del Río y que ya está en fase de ejecución. Este complejo, según información oficial, será el primer campo en el mundo  en contar con un hoyo en el mar.

Para este proyecto crearon la empresa mixta Punta Colorada S.A de C.V  conformada por la empresa española Playa Golf Resorts International S.A. y Cubagolf S.A. En marzo de 2018 arrancó la primera fase del complejo. “Este resort tendrá sostenibilidad total, o sea , la energía es cien por ciento limpia”, fueron las palabras de Jaume Roma, presidente de Playa Golf Resorts International S.A., empresa extranjera.

Este complejo, ubicado en Pinar del Río, va a ser el primer campo de golf con un hoyo en el mar. Ya se encuentra en fase de ejecución. Crédito: Punta Colorada Cuba Golf Marina.

Sin detallar cómo será el abastecimiento de agua de esta infraestructura, Rafael de la Hoz, uno de los responsables del diseño de este campo de golf sólo detalla en el Plan Director Punta Colorada Golf & Marina Cuba que “se propone un diseño flexible y de bajo mantenimiento que protege, regenera y pone de relieve los valores patrimoniales y los recursos naturales del lugar”. Según información de sus desarrolladores, los campos de golf están en playas como Playa Larga y Punta Luis. En contraste, en Pinar del Río a su vez varias personas han reclamado que solo acceden al agua por medio de pipas.

Otro de los proyectos es Rancho La Luna, construido por el Grupo Financiero Urbas de origen español, en el municipio de Cienfuegos, una de las localidades más afectadas por la sequía en Cuba. Según datos del grupo empresarial, este proyecto está diseñado para consolidarse en 25 años, periodo en el  que construirán cinco hoteles y seis campos de golf. Aunque hay información comercial en la página institucional, no hay detalles del proyecto ni explican cómo obtendrán el agua. 

Un desarrollo más será El Salado, un campo de golf  de 18 hoyos en la playa del mismo nombre, a 20 km del Oeste de La Habana en el municipio de Artemisa en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), considerada la zona de atracción de inversión en la isla y el proyecto emblema por las modificaciones a las Leyes de Inversión Extranjera.  Este campo es construido por la Empresa Mixta El Salado, creada por la empresa española El Salado Resorts LS, empresa de Mallorca, y Cubagolf. Desde 2018, este proyecto está en la fase de pre-inversión y el Estudio de Factibilidad indica que para 2020 iniciará  la construcción. En la revisión de la información oficial no hay datos de quién estará a cargo del diseño y cómo es que será el manejo del agua para el campo de golf y los hoteles. La empresa mixta solo informa que “se han culminado los estudios topográficos, geológicos, de peligros ambientales, fotogrametría y se actualizó la línea base ambiental”.

Este campo de 18 hoyos tendría lugar en la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM). Se calcula que en 2020 iniciará su construcción. Crédito: El Salado S.A.

Otro complejo, Carbonera Club, es un inmobiliario turístico asentado en Matanzas a cargo de Esencias Hotels, de capital Inglés. Este espacio proyecta construir un campo de golf de 18 hoyos. En su sitio web la empresa afirma que el diseño incluye “un modelo de agua sostenible para todo el complejo para cumplir con los estándares internacionales de sostenibilidad”, sin precisar de dónde tomará el agua (vea aquí el diseño).

Inversionistas chinos lideran el proyecto Bellomonte Campo Golf, ubicado en Playa del Este en La Habana. En el diseño, a cargo del despacho de arquitectura Ekistics, tampoco explican cómo abastecerán de agua al campo. “Cada componente de Bellomonte ha sido considerado cuidadosamente, es un desarrollo de bajo impacto y amigable ecológicamente”, es su descripción en la presentación del proyecto (vea aquí el diseño).

A pesar de que la descripción del proyecto Bellomonte habla de ser amigable con el medio ambiente, tampoco explica cómo abastecerá de agua al campo. Crédito: Ekistics.

El problema del agua 

El gobierno cubano acepta la crisis de agua en la isla. La Estrategia Ambiental Nacional 2016-2020 sintetiza el problema: “Cuba carece de abundantes recursos hídricos y su única fuente de formación lo constituyen las precipitaciones. La intensificación y recurrencia de los periodos de sequía, el uso ineficiente de este recurso, y el deterioro sufrido por la contaminación lo coloca en una situación crítica en algunas regiones del país”.

En este reporte las autoridades admiten que, sumado a que los recursos hídricos de la isla son limitados, también hay fallas en el suministro por fugas. Según estimaciones de la Estrategia Ambiental, las pérdidas son de hasta 60 por ciento del agua y “la intermitencia del servicio obliga a una parte de la población, incluida la que recibe el servicio domiciliario, a almacenar el agua en tanques y otros depósitos, lo que puede reducir los efectos de la potabilización, a lo que contribuye también el mal estado de una parte de las redes de distribución”.

Al ser una isla, Cuba también tiene problemas de que el agua dulce se mezcla con el agua del mar por filtraciones de agua marina, lo que afecta la calidad del agua, proceso conocido como intrusión salina.

Los problemas de gestión del agua en Cuba quedaron asentados en  las conclusiones de la Evaluación del medio ambiente cubano: GeoCuba 2007, un informe realizado por más de 70 instituciones gubernamentales y 130 expertos de Cuba apoyados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba y auspiciado por el Programa de las Nacionales Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Por su parte, el académico cubano José Antonio Díaz, autor del artículo “Hacia el uso sostenible del agua en Cuba”, explica que hay “bajo índice de agua disponible por habitante al año, consumo excesivo y niveles elevados de pérdidas en las redes de abastecimiento y aguas represadas”.

Cuba se sumó a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, de la agenda de las Naciones Unidas, en los que una de las metas principales es “asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir considerablemente el número de personas que sufren falta de agua”.

En el diseño de los campos Club de Golf Buenavista y Carbonera Club, los diseñadores de ambos proyectos afirman que van a reusar el agua. Algo que esta por verse pues no es habitual en la isla, como consta en la Estrategia Nacional 2016-2020 el gobierno cubano informa que “aún no se actualizan y utilizan adecuadamente los índices de consumo por unidad de producto o servicio y persiste una baja cultura con respecto al uso racional del recurso a nivel de la población y los sectores de la producción y los servicios. En general, es bajo el reuso del agua y la “cosecha” de agua de lluvia”.

Los campos de golf requieren un alto consumo de agua que ni siquiera está garantizada para la población, como lo confirman y publican en un artículo académico, Juan Pacheco Seguí  de la Universidad Central de las Villas de Cuba y Ezequiel Pacheco, jefe de la unidad inversionista del Campo de Golf Cayo Coco. Los investigadores hicieron la revisión de este último campo para calcular si bastaría el agua reusada y concluyeron que no sería suficiente.

En su publicación, estos académicos informaron que “el riego de las áreas de césped consume en el golf importantes cantidades de agua, pues se trata de lograr un paisaje agradable al jugador con especies de plantas cespitosas que reclaman de una aplicación de riego diario, debido al sustrato que soporta el sistema radicular, el cual, tiene un alto porcentaje de arena (60% mínimo) según las normas de la USGA (1993) con una pobre capacidad de retención de agua”. 

En su publicación, los autores concluyen que en el proyecto del campo de golf en el Cayo Coco con las condiciones actuales “el agua residual no cubre la demanda del campo de golf de 18 hoyos, por lo que debe esperarse a un mayor desarrollo hotelero en la zona o emplear otra especie cespitosa como el Paspalum vaginatum Swartz, que tolera el riego con aguas salinas”.  El uso de estas especies sin embargo, es algo que no se ha desarrollado aún.

El campo de golf que afirma ser la excepción 

“El primer campo de golf ecológico en Cuba”, así bautizó el arquitecto Ignacio García al Golf Club Buenavista que diseña y que construye la empresa cubana Grupo de Turismo Gaviota, S.A. Este campo de golf de 18 hoyos tendrá una extensión de 80 hectáreas y estará en la provincia de Villa Clara. El arquitecto califica el lugar como uno de los polos turísticos de mayor proyección internacional de la isla.

“Este campo de golf no se diseñó al amparo de un desarrollo inmobiliario, ni para formar parte de él. Es el primer diseño de campo de golf ecológico en Cuba en los últimos 60 años o más y, probablemente, continuará siendo el único campo de golf no asociado al desarrollo inmobiliario en la isla y que únicamente promueve la práctica del deporte con el máximo respeto al medio ambiente”, respondió el arquitecto al cuestionario enviado por CONNECTAS para esta publicación (Vea aquí las respuestas completas).

El Golf Club Buenavista se vende como el primer campo de golf ecológico en los últimos 60 años —o más— en Cuba. Crédito: Ignacio García IGGA International.

El arquitecto explica que le ofrecieron construir este campo de golf en la Feria Internacional de Turismo de España, realizada en Madrid, donde el vicepresidente de Desarrollo y Negocios del Grupo de Turismo Gaviota, S.A. lo invitó a participar en la licitación y su proyecto fue aceptado.

Sobre los aspectos  técnicos de este campo, el fundador y manager de la firma IGGA Internacional, explicó que incluye academias de prácticas y que “el diseño sigue las normas USGA para que, una vez construido, forme parte de los mejores campos de golf de El Caribe y  albergue cualquier tipo de competición de nivel internacional (Championship Golf Course)”. Esta reglamentación solo tiene que ver con las características del terreno para la competencia y no regulan nada técnico sobre su irrigación.

Al preguntarle cómo entender el concepto de un campo de golf ecológico, especialmente porque hay una relación de estos espacios con el alto consumo del agua, el arquitecto señaló, sin dar una respuesta concreta que “lamentablemente, no todos los campos de golf que se diseñan y construyen son ecológicos. Sin embargo, los que se diseñan, construyen y gestionan sosteniblemente y proporcionan valores positivos para la sociedad y el medio ambiente, son campos de golf ecológicos”

García asegura que el campo que diseña cuenta con un estudio de impacto ambiental en el que la Agencia de Medio Ambiente de la Empresa Geocuba avaló el diseño por diferentes razones, entre ellas porque respeta las ruinas del Ingenio Azucarero Dolores, patrimonio cultural cubano. 

Con respecto a la regulación legal, el arquitecto afirma que su proyecto tiene el amparo del «Reglamento del Proceso de Evaluación de Impacto Ambiental» del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y que cumple con la Norma Cubana NC 69: 1999 «Requisitos de alcance y contenido de los servicios técnicos para inversiones turísticas», una legislación aprobada hace 20 años y que es anterior a la modificación a la Ley de Inversiones que permite la construcción de campos de golf con empresas extranjeras.

Sobre el tipo de césped, uno de los puntos revisados para determinar el consumo del agua, el arquitecto explicó que construirán un campo de ensayo de 10.000 metros cuadrados en el mismo terreno para experimentar con diferentes hierbas y ver su reacción a lo largo del año. Esto podría convertirse en un programa de producción de césped deportivo en Cuba.

El fundador de IGGA Internacional afirmó que ante la escasez de árboles en la zona realizaron un proyecto de forestación. Sobre cómo será la captación del agua, así explica lo que su diseño incluye: “Para los huracanes, el diseño añade un sistema de drenaje abierto que aprovecha las escorrentías naturales de los terrenos, con canales sembrados de césped preparados para resisitir las fuertes lluvias que afectan a esta zona de la isla cada año, recoger el agua pluvial y conducirla hacia las lagunas y desde estas hacia el lago de riego del campo de golf”.


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Añadió que el diseño incluirá la construcción de una estación depuradora para tratar el agua residual del municipio de Caibarién, Remedios, y ser reutilizada para el riego del campo de golf y que descartó el consumo de agua para riego desde los pozos de agua potable que abastecen el Polo turístico de Cayos de Villa Clara.

Los campos de golf son espacios que generan inversiones e ingresos económicos en diferentes partes del mundo. España es uno de los países europeos donde se incrementaron los campos de golf, en el 2000 sólo había 211, y para 2019 hay 497 campos. Varios de ellos están instalados en zonas de sequía, lo que ha generado tal impacto que los académicos españoles han estudiado el conflicto ambiental que se produce cuando los campos de golf se construyen sin planes ecológicos que no consideran el consumo de agua, el tipo de plantas que se usarán para el césped y los pesticidas para mantenerlo.

En la Agencia Ingenieros Consultores en Medio ambiente, (ICMA), los expertos Álvaro de la Barreda e Iñigo Sobrini, al revisar casos de campos de golf en España concluyeron que “los campos de golf no deberían provocar impactos ambientales; los impactos ambientales los provocan los campos de golf mal ubicados, mal concebidos, mal diseñados, mal construidos o mal gestionados”. 

“Si existe una demanda satisfacerla de la mejor manera posible y con el menor grado de impacto”, explican los académicos que es lo que debería hacerse ante el incremento de los campos de golf. Para estos expertos, incluir el enfoque ecológico genera dobles ventajas como “menor consumo de agua y de pesticidas, ahorro por menores movimientos de tierra, mínimos costes de mantenimiento, ahorros económicos”, así como el que esto ayuda a una aprobación social del proyecto.

Para conocer cómo es que garantizarán el agua en las mismas zonas donde hay sequías en Cuba o que la población tiene problemas para abastecerse del líquido, CONNECTAS envió cuestionarios a cada una de las seis empresas relacionadas con los 12 proyectos de golf para preguntarles sobre el plan de manejo de agua en los campos de golf y en los complejos turísticos. En algunos casos confirmaron de recibido y afirmaron que  atenderían la petición de entrevista; sin embargo, no respondieron.

También se buscó la versión oficial del Estado Cubano, se solicitó entrevista al Ministerio de Turismo en Cuba, al Ministerio de Relaciones Exteriores, al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente así como al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Cuba. Aunque respondieron al recibir la solicitud, no dieron su versión.

El golf como actividad enfocada en un mercado internacional, se convierte para Cuba en una opción para el ingreso económico. Sin embargo, su propio territorio lo hace vulnerable a los efectos de la crisis climática y a las sequías continuas; por eso, de construirse estos campos de golf, el agua es uno de los temas que deberá resolverse y de los que ahora no hay suficientes respuestas.

Autor

Periodista mexicana con especialización en temas sociales con énfasis en discapacidad, género, migración y derechos humanos. Es miembro destacado de la Comunidad de CONNECTAS, de la que participó de su programa de Residencia Periodística en 2018 y actualmente es parte de su Mesa Editorial. Estudió Ciencias de la Comunicación y la maestría en periodismo de la Universidad de San Andrés y la Universidad de Columbia en el diario Clarín de Argentina. Becaria en los programas de capacitación de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas del International Center for Journalists y CONNECTAS. En 2009 recibió el Premio Rey de España por el trabajo “La Discriminación viaja por Avianca”. Ha publicado en medios como W Radio, Milenio y El Universal en México, y Clarín en Argentina, entre otros. También ha participado de reportajes colaborativos en medios como CONNECTAS, Ojo Público de Perú, Animal Político de México y el Mundo y Revista FACTUM de El Salvador.

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Periodista mexicana con especialización en temas sociales con énfasis en discapacidad, género, migración y derechos humanos. Es miembro destacado de la Comunidad de CONNECTAS, de la que participó de su programa de Residencia Periodística en 2018 y actualmente es parte de su Mesa Editorial. Estudió Ciencias de la Comunicación y la maestría en periodismo de la Universidad de San Andrés y la Universidad de Columbia en el diario Clarín de Argentina. Becaria en los programas de capacitación de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas del International Center for Journalists y CONNECTAS. En 2009 recibió el Premio Rey de España por el trabajo “La Discriminación viaja por Avianca”. Ha publicado en medios como W Radio, Milenio y El Universal en México, y Clarín en Argentina, entre otros. También ha participado de reportajes colaborativos en medios como CONNECTAS, Ojo Público de Perú, Animal Político de México y el Mundo y Revista FACTUM de El Salvador.

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