Asesinatos de inmigrantes

La investigación de Indhira Suero conforma el trabajo "República de las Injusticias" publicado en CONNECTAS, el cual revela diferentes fenómenos de violencia e impunidad en República Dominicana. Un trabajo que da cuenta de la crudeza social que viven algunas zonas del país y la precariedad de la justicia.

Santiago es una provincia limpia y organizada, adornada de murales con colores brillantes. A ese lugar, hace 27 años, llegó Wendy Osiris, un haitiano de unos 35 años. Una vez lo atracaron en la calle 15 de Gurabo, cuando salió a comprarle una medicina a su hijo. “Ay de ti si tú no andas con algo”, recuerda que le advirtieron los asaltantes, apuntándole con un arma de fuego. Wendy les entregó dos mil pesos y su pasaporte. Al poco tiempo, se mudó.

Justo en Santiago, el 11 de febrero de 2015, se descubrió el cadáver del limpiabotas Jean Claude Harry “Tulile” colgado de un árbol y supuestamente linchado en el parque público Ercilia Pepín. “Tulile es la representación de lo que puede pasar a la comunidad haitiana en República Dominicana porque no hay seguimiento. Hemos estado esperando una respuesta contundente, porque después de la muerte de Tulile el pueblo haitiano se siente más vulnerable”, dice Wendy.

Agentes de la Policía Dominicana descartaron el odio hacia los extranjeros en este caso.

En 2015, en el sector La Otra Banda, de Santiago, una multitud intentó linchar a un haitiano que rompió y quemó la bandera dominicana. La Policía impidió que lo asesinaran. En  2011, en San José de La Mina, al sur de Santiago, expulsaron a cientos tras asegurar que transmitían enfermedades y se comportaban de manera inadecuada. Algunos haitianos sufrieron de quema de casas, persecuciones, asesinatos y amenazas.

Al igual que en Santiago, la zona fronteriza presenta varios casos. Por ejemplo, en 2005, en Hatillo Palma, a Vitelio Charles y Olani Pie los degollaron, luego que otros haitianos asaltaran un negocio y mataran una mujer. “Si un haitiano comete cualquier delito eso explota y más en zonas donde hay mucha presencia de población haitiana como Montecristi, Santiago e Higüey”, indica la socióloga Tahira Vargas.

También en 2011, en Cacique Enriquillo, en la Descubierta, familiares de un hombre asesinado en un mercado, mataron a haitianos que nada tenían que ver con el caso. Hasta septiembre de 2018, se contabilizan cinco casos de quema de casas de haitianos en las ciudades de Pedernales, Salcedo, Moca y Navarrete. En Salcedo, luego de que asesinaran a machetazos a un dominicano, una señora dijo: “No queremos haitianos por aquí, para que no pase una desgracia”.

Según la Segunda Encuesta Nacional de Inmigrantes en la República Dominicana, ENI-2017, de un total de 570.933 de población inmigrante en el país, la nacida en Haití es la mayoritaria, con un 87.2%. De los 67 casos de linchamiento examinados para este reportaje hay 15 de haitianos muertos por linchamientos. Mientras que hubo nueve intentos. Solo aparece un crimen de este tipo contra otra nacionalidad. En 2017, en Montecristi, trataron de matar al venezolano Eliou Torres Bermúdez, tras acusarle, junto a un dominicano, de atraco a mano armada.

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