No es el coronavirus lo único que nos está matando

La agenda saturada de los medios y las 'fake news' sobre la enfermedad han alimentado el miedo al covid-19, pero detrás del virus se esconden afecciones que han cobrado más vidas y muestran una región con poca preparación para hacerle frente.

Coronavirus
Imagen de referencia. Crédito: Pixabay.

“Tener una gripe no es tener coronavirus. No hay ninguna razón para el pánico”. Esta fue la frase con la que la alcadesa de Bogotá, Claudia López, llamó a la serenidad y a la población colombiana, donde poco a poco se acerca el coronavirus, una infección respiratoria que comienza con fiebre y tos seca, y que puede derivar en una neumonía grave.

Sus declaraciones se contrastan con las de Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, quien dijo que la pandemia “trajo una cierta histeria y algunos gobernadores, en mi visión, toman medidas que perjudican nuestra economía”. En una línea similar y más al norte, en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador se preguntó: “¿Qué no han resistido los mexicanos?”.

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Hasta este 29 de abril había más de 3.173.036 infectados y más de 225.000 muertos en todo el mundo, la mayoría de ellos en Italia, España, China y Brasil. Las cifras han causado miedo, lo cual se ha sentido incluso en las economías de varios países, pero cuando todas las luces y los reflectores están sobre el COVID-19, llamado así por la Organización Mundial de la Salud, surgen dos preguntas: ¿Qué tan preparada está la región para hacerle frente al virus? Y más importante aún, ¿Es el coronavirus de lo que debemos preocuparnos principalmente, cuando hay otras enfermedades que matan a más personas?

Tres enfermedades desatendidas

El virus del dengue, transmitido por el mosquito Aedes Aegypti, alcanzó en 2019 el mayor número de casos registrados en la historia, con más de tres millones de pacientes. De esta cifra, más de 20.000 fueron casos graves y hubo más de 1.500 muertes reportadas, según la Organización Panamericana de la Salud. Solo en enero del año en curso más de 125.000 habitantes en América Latina se enfermaron de dengue, y al menos 27 murieron. Paraguay va a la cabeza con al menos 20.000 personas afectadas por la enfermedad, incluyendo a su presidente, Mario Abdo Benítez; mientras tanto, Honduras ya registró más de 3.000 casos.

Por otro lado, en África entre 2014 y 2016 hubo el brote del temido Ébola, que tuvo consecuencias devastadoras: 28.000 infectados y 11.300 personas muertas, con una epidemia que inició en Guinea y se extendió por Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Senegal, Estados Unidos, España, Malí y Reino Unido. Si bien se declaró el fin de la emergencia de salud pública el 29 de marzo de 2016, entre el 15 y 21 de enero pasado se registraron 9 casos nuevos en el Congo; no obstante, no fue sino hasta esta semana que dieron de alta a la última paciente y declararon el fin de la epidemia en ese país.

En el caso de las Américas, el ébola no causó estragos ya que en la región se activaron o reforzaron protocolos de prevención: en Perú, el Ministerio de Salud aprobó un plan nacional de preparación y respuesta, con acciones que realizaron las direcciones y oficinas generales de organismos públicos. En Nicaragua, se activó un gabinete de emergencia para la lucha contra el ébola mediante un plan de prevención que presentó la vicepresidenta Rosario Murillo. En México se realizaron controles sanitarios en los aeropuertos y se adquirió un avión medicalizado completamente equipado. Finalmente, en Honduras, el Gobierno recibió una donación de la OPS de 125 equipos de protección personal para prevenir el virus. 

El mal de Chagas también ha causado estragos en la población. Según datos actuales de la OPS, anualmente se registran 30.000 casos en la región de las Américas y 9.000 recién nacidos en la región fueron infectados durante el embarazo. En el último informe de la OMS sobre el tema se apuntó como desafío “el resurgimiento de la enfermedad en regiones donde se había avanzado en el control, como la región del Chaco de Argentina, Paraguay y el Estado Plurinacional de Bolivia. “La enfermedad de Chagas afecta a unas ocho millones de personas -en el mundo- y provoca, en promedio, alrededor de 10.000 muertes al año” a escala global, indica por su parte la OPS en su página web. Recordemos que al principio se presentan algunos síntomas como la aparición de una lesión cutánea, fiebre, dolor de cabeza, palidez, dolores musculares, dificultades para respirar, entre otros.

“Infodemia”

Quizás la rápida expansión del coronavirus por el mundo ha sido uno de los elementos que ha causado pánico en la población, pero el miedo se ha alimentado también por la gran cantidad de noticias falsas que abundan por la red, que pareciera ser el verdadero enemigo, algo que no solo ha afectado al ámbito de la salud sino que también ha salpicado al sector político.

La Organización Mundial de la Salud debió organizar una rueda de prensa con el propósito de frenar una “peligrosa epidemia de información falsa”, a la cual denominó “Infodemia”. “Nos hemos dado cuenta de que esta ‘infodemia’ puede ser un obstáculo para una buena respuesta y minar la efectividad de las medidas”, señaló Sylvie Briand, directora del área de preparación para urgencias infecciosas de la OMS.

Una de las primeras afirmaciones que tuvo que desmentir, y que a día de hoy se sigue viendo en redes sociales, es que el virus se puede transmitir por una “nube infecciosa”. “Las personas accidentalmente tuvieron la impresión de que el virus estaba en el aire y todos pensaron que había una nube que causaba la infección (…) Esa no es la situación”, explicó en febrero.

Luego, en un comunicado, la OMS aclaró una vez más que el coronavirus “se transmite a través de gotitas de saliva o mucosidad que expulsamos al toser o estornudar. Por eso, lavarse correctamente las manos con agua y jabón sigue siendo la principal medida de precaución. También es recomendable estornudar en la parte interior del codo, no en las manos, o en un pañuelo de papel que después hay que tirar de inmediato”.

Asimismo, la OMS desmintió que exista un riesgo por recibir paquetes provenientes de China. “Por experiencias anteriores con otros coronavirus, sabemos que este tipo de virus no sobrevive mucho tiempo en objetos como cartas y paquetes”.

Las buenas noticias

Pareciera que han quedado de lado las buenas noticias referente a los avances que le han hecho frente al coronavirus, y que ayudan a la región a prepararse para enfrentarlo.

La ciencia ya conoce a la enfermedad, sabiendo que se trata de un nuevo coronavirus del grupo 2B, de la misma familia que el SARS (Síndrome respiratorio agudo grave, en español). Sabemos además cómo detectarlo, ya que desde enero hay disponible un ensayo de RT-PCR para detectarlo, una prueba que se ha perfeccionado con el paso de los días.

Si bien se han registrado nuevos casos en América Latina, la situación ha mejorado en China, foco principal del virus, con una disminución de casos conforme pasan las semanas.

También hay que destacar que el 80 por ciento de los casos son leves y la mayoría de las personas se curan, con una cifra que ya se superó los 160.000 casos. 

Además de la forma de prevención, también es posible inactivarlo de las superficies de forma eficaz con una solución de etanol (alcohol al 62 – 71 por ciento), peróxido de hidrógeno (agua oxigenada al 0,5 por ciento) o hipoclorito sódico (lejía al 0,1 por ciento), según este artículo de The Journal of Hospital Infection.

Finalmente, ya hay prototipos de vacunas y más de 80 ensayos clínicos con antivirales en curso, indica la revista Nature.

¿Estamos preparados para hacerle frente al coronavirus?

Hay una epidemia de miedo, sin duda alguna. Estamos viendo una pandemia en tiempo real, con los medios de comunicación hablando sobre el coronavirus varias veces al día, todos los días, mientras que seguimos en directo por redes sociales los registros de nuevos casos.

Sin embargo, mientras otras enfermedades pasan a un segundo plano en la agenda mediática global, estas siguen causando daños. Tomemos como ejemplo la emergencia de salud pública internacional que causó el virus del zika en 2016, que afectó a varios países de América Latina y el Caribe. En su momento ocupó los titulares de muchos medios de comunicación, pero en cuestión de días, la atención a la enfermedad se esfumó por completo, lo que no quiere decir que haya desaparecido.

Así lo afirmó a The New York Times Karin Nielson, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas en UCLA. “En algunos aspectos la situación es un poco más peligrosa porque la gente no está consciente de ella”, afirmó.

El virus aún circula por Brasil y otros países del mundo, como China y Egipto, pero de momento son pocos los casos de pacientes afectados por el zika. Si bien no se ha desarrollado una vacuna, los ciudadanos pusieron en práctica los métodos de prevención y el número de contagios gradualmente mermó.

¿Pasará lo mismo con el coronavirus? No sabemos, especialmente por el contexto adverso que viven muchos países de la región en la actualidad. Haití, Guatemala, Honduras, Guyana y Venezuela son algunas de las naciones más vulnerables ante una emergencia de este calibre, en vista de que no cuentan con sistemas de salud que le puedan hacer frente al coronavirus, sobre todo Venezuela y Haití, países en los que las crisis económica y política han dejado clínicas y hospitales prácticamente sin insumos para la atención de los pacientes.

También debemos tener en cuenta la desigualdad en el grado de protección que existe al interior de los centros asistenciales de las Américas, una diferencia que puede intensificarse a gran magnitud en caso de que la propagación de la pandemia se agrave. 

Son pocos los países de América Latina que combinan dos elementos esenciales:  seguridad sanitaria y alta disponibilidad de camas en hospitales y clínicas para atender a los pacientes. Esta combinación se concentra más en Norteamérica y el lado sur del continente, según datos manejados por Global Health Security. En el caso contrario tenemos a Jamaica, Venezuela, Bolivia, Guyana, Honduras y Guatemala, con muy bajo puntaje en ambos factores.

Entretanto, países como Colombia, México y Ecuador tienen mejor preparación pero no un óptimo acceso hospitalario, ya que el ritmo demográfico ha crecido por encima de las mejoras adquiridas en cuanto a equipamento médico.

Calificación de Colombia en diferentes áreas sobre qué tan preparado está el país para enfrentar el coronavirus, según datos del Global Health Security.

Otro factor que entra a jugar es la relación entre personal médico, de enfermería y equipo sanitario. Los países de América Latina tienen más médicos de cabecera que enfermeros o camas en centros asistenciales, estando así por debajo de la media global, donde la distribución entre estos tres elementos es más equilibrada.

Estos datos nos dejan frente a un escenario en el que algo sí es seguro: la región no está en la forma más óptima para enfrentar una pandemia. Si el virus se propaga por zonas de bajos recursos, los hospitales y clínicas podrían saturarse rápidamente.

Es cierto que en la historia de la humanidad han ocurrido pandemias que han causado la muerte de muchos: la gripe española cobró la vida de más de veinte millones de personas en solo un año; la gripe asiática mató a cuatro millones de personas entre 1957 y 1958. ¿Podría ocurrir algo parecido con el coronavirus? De momento, las autoridades sanitarias y políticas han exhortado a las personas a no ser presas del pánico y a mantenerse informadas; por ello, la OMS publicó esta sección de preguntas y respuestas sobre el coronavirus.